En los comienzos del competitivo de League of Legends, España destacó por contar con varios jugadores que rindieron a un gran nivel, especialmente dos: Ocelote y xPeke. La rivalidad entre ambos fue una de las primeras que se generó en el MOBA de Riot Games y que más adelante, cuando se fundaron Origen y G2 Esports, se trasladó a la propia liga europea. De la figura de Enrique Cedeño ya hablamos con anterioridad, y en el día de hoy, toca escribir sobre Carlos 'Ocelote' Rodríguez, que llevó a lo mejor y lo peor de G2 Esports con su toma de decisiones.
En la Grieta, Ocelote no fue un mal jugador, pero si que es cierto que hay numerosos talentos de esa época que lo opacan totalmente. Sin embargo, su gran éxito fue la fundación de Gamers 2 (que pasó más adelante a llamarse G2 Esports) y aunque el nombre sonó un poco meme al principio de su creación, los hechos y los trofeos hablaron por él mismo. Actualmente es el club más laureado de la historia europea y estuvo a una sola eliminatoria al mejor de 5 de lograr lo que no ha hecho ningún equipo en el mundo: ganar todos los títulos regionales e internacionales en un mismo año.
Ocelote supo explotar al máximo la comunicación y marketing del equipo
En el sentido empresarial y de gestión del equipo, el fundador de G2 supo explotar al máximo las características de su club desde el minuto uno, con una comunicación, clara concisa y agresiva, lo que lo diferenció rápidamente de su competencia que mantenía tonos más conservadores o alejados de los memes o el trashtalk.
El ejemplo claro de esto lo podemos encontrar el día después de que perdiesen la final de Worlds ante FPX. G2 subió un vídeo con Ocelote pintándose la cara y acabando disfrazado como un payaso para reírse de si mismo. En esto, la disciplina samurái no tuvo rival, al igual que la monetización y el sacar productos de debajo de las piedras. Las líneas de las camisetas de G2 Esports han sido muy vistosas, teniendo temáticas nacionales incluso cuando visitaban algún país emblemático para ellos, como el caso de Polonia o de España.
Este último caso es curioso, porque el equipo estaba convencido de que jugarían las finales en Vistalegre de LCS EU y finalmente no las llegaron a lucir para esa cita. En consonancia a esto, lanzaron líneas de ropa más allá de las del equipo de esports, haciendo referencia a memes o cosas relacionadas con el club, como la cara de risa del propio Ocelote o de Flakked y su pato Tetoncito, al que le sacaron una camiseta de edición limitada.
Además, y en lo que a la creación de contenido respecta, Ocelote logró fichar a Ibai para su equipo, dándole un altavoz más importante dentro de la comunidad hispana, y se aprovechó en este sentido del confinamiento para hacer un gran contenido y que subiesen las métricas del excomentarista de LVP de forma exponencial, tanto dentro de League of Legends como con juegos como el Risk.
Una huida hacia adelante y la caída de naipes de Ocelote
Todo estaba yendo a pedir de boca para Ocelote, aunque a nivel internacional G2 Esports se alejaba de 2019 y 2020 en los que estuvieron entre los mejores equipos de Worlds. Sin embargo, su final no llegó por League of Legends, sino por Valorant y el sistema de franquicias que conocemos hoy en día. G2 Esports iba a entrar en Norteamérica, de hecho estaba ya todo acordado con Riot e incluso Ocelote tenía un par de entrevistas pactadas en varios medios de renombre en Estados Unidos.
Todo esto dio un giro de 180 grados cuando se publicaron vídeos de una fiesta con Andrew Tate. Las aguas no se calmaron, sino todo lo contrario y con un "Nadie podrá controlar nunca mis amistades. Me voy de fiesta con quien me da la p*ta gana", estas palabras sembraron el final para él en los esports. La comunidad, el club y Riot se mostraron muy en contra de estas actitudes, tanto que acabaron con el acuerdo que tenían con G2 Esports en VCT de Valorant e incluso llegaron a obligar a G2 (aunque esto no se ha oficializado nunca) a que su fundador abandonase el equipo si no querían tener más represalias.
Cambio radical de vida en Dubái
A partir de ahí, y semanas después de lo sucedido, Ocelote vendió sus participaciones en G2 Esports para marcharse a vivir a Dubái y tener una vida llena de lujos y excentricidades, con un divorcio de por medio. A lo largo de este tiempo ha dejado perlas como "El feminismo es una mentira", "La gente pobre también puede ser feliz. Supongo que nunca lo sabré" o un "Que Dios bendiga a la República de Uganda", el día que anunció que este país aprobó la pena de muerte por ser homosexual.
En la actualidad, prácticamente ha dejado de lado los esports de lado, aunque alguna que otra vez se acuerda de ellos cuando hay algún hecho o evento relevante, como la victoria de G2 Esports a Fnatic del Spring Split de LEC. Prácticamente de la nada forjó uno de los clubes más laureados de la historia de los esports, pero sus decisiones fuera de lo empresarial van a borrar el legado de una de las personalidades más controvertidas de los deportes electrónicos.
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Foto: Riot Games
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