Con más de 25 años a sus espaldas, el soltero de oro de los videojuegos regresa con un remake de la aventura gráfica que le vio nacer, que conserva intacto el gran sentido del humor que siempre le ha caracterizado. Un renovado apartado audiovisual, mejoras en el diseño de sus rompecabezas y algún que otro desafío adicional son los puntos fuertes de esta versión Reloaded del clásico Leisure Suit Larry, a la que su estilo clásico también le ha pasado factura en ciertos aspectos.
Su pestilente aliento se huele a kilómetros de distancia. Su look anticuado e incipiente calvicie no ayudan a disimular su extrema fealdad ni peculiares proporciones. Y para colmo, tiene el mismo tacto al hablar con las mujeres que un borracho con trastornos esquizoides. ¿Por qué entonces queremos tanto al desdichado cuarentón de Larry Laffer? Tal vez, los más, nos sintamos identificados con sus torpes intentos por ligar con las mujeres más despampanantes posibles. Otros, en cambio, sentirán pena por este tapón con patas que nunca se ha comido un rosco. Y los que más, por último, simplemente encontrarán divertidos los vanos y desesperados intentos por echar un "quiqui" de este entrañable personaje.
Lo que está claro, más de 25 años después de su nacimiento, es que el "soltero de oro" creado por Al Lowe se ha convertido en todo un referente para millones de aficionados a las aventuras gráficas, que durante años gozaron con las locas desventuras de este nada estiloso ligón gracias a la serie Leisure Suit Larry. Una franquicia que en los últimos años no ha pasado por su mejor momento, más bien ha sido horrendo; pero que gracias al empuje de los aficionados y de su propio creador, por fin ha vuelto a la vida con un remake del clásico que dio origen a la misma. ¿Está a la altura de las circunstancias? Sí y no, como comprobaremos a continuación.
Ligar no es cosa de niños
Al borde de los 40 años y todavía virgen, el bueno de Larry Laffer se ha propuesto "estrenarse" con una mujer de verdad en la ciudad del pecado Lost Wages, donde espera encontrar a la mujer –o mujeres, por qué no- de su vida… ¡Y punto! ¡Se acabó! Esta es la línea argumental del divertido Leisure Suit Larry: Reloaded, que ya desde un primer momento deja muy claro el estilo cómico y desenfadado por el que apostaron sus creadores hace ya tantos años. Y es que si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?
Desgraciadamente, esta es una afirmación que no siempre trae consigo los resultados esperados. Y en el caso de este remake, con más razón todavía. Porque si bien es cierto el lavado de cara que ha sufrido In the Land of the Longe Lizards resulta admirable, con la inclusión de nuevos diálogos y puzles que alargan levemente la vida del programa, es en el apartado jugable, y principalmente con todo lo relacionado a su interfaz de usuario, donde peor se comporta el juego. ¿La razón? Pese a los retoques, se mantiene intacto el estilo añejo de los clásicos del género, obligándonos primero a seleccionar la acción que queremos ejecutar antes de poder actuar en consonancia. Lo que, huelga destacar, a estas alturas no es nada práctico.
Y es que andar cambiando de acción cada dos por tres es algo que terminará frustrándonos en ciertos momentos de la partida, en los que ni tan siquiera comprenderemos por qué se ha decidido mantener intacta una interfaz de usuario tan chapada a la antigua. ¿Queremos ir a un lugar concreto? Hay que seleccionar antes la acción de andar. ¿Pretendemos entonces hablar con un personaje? Escojamos esa opción y hagamos clic en la pantalla. ¿Qué ahora nos interesa observar algo? Pues ya sabéis, seleccionáis el icono de mirar y listo. Fácil de entender, como veis, pero también muy incómodo de usar. Algo que descubriréis por vosotros mismos cuando pretendáis dar un paso al frente y no podáis porque… ¡oh, sorpresa!, no tenías seleccionada previamente la opción de caminar.
Una losa muy pesada con la que ya de primeras carga este Leisure Suit Larry: Reloaded, que tampoco ha variado mucho en lo que se refiere a la hostilidad con la que recibe a los jugadores. Y es que estamos ante una aventura parca en detalles en la que no se nos dice prácticamente en ningún momento qué debemos hacer ni hacia dónde debemos encaminarnos. Será cosa nuestra, tras la investigación de escenarios y la charla con ciertos personajes, el determinar qué se espera que hagamos… y no siempre de forma lógica.
Detalle que particularmente a nosotros nos ha gustado mucho –no así la falta de coherencia en ciertos puzles-, pero que a los jugadores menos acostumbrados a este tipo de aventuras puede resultar algo más chocante. Sobre todo porque ni tan siquiera los objetos con los que podemos interactuar aparecen resaltados en los escenarios, lo que obviamente dificulta bastante el avance.
Retocando un clásico
Así que sin pistas ni todas las ayudas visuales que se han integrado en el género de las aventuras gráficas durante los últimos años, Leisure Suit Larry: Reloaded se presenta como un videojuego desafiante con el que cualquier apasionado al género disfrutará de lo lindo. Máxime gracias al genial sentido del humor que destila esta obra, con la que no dejaremos de reírnos constantemente durante las escasas cuatro horas que puede llevarnos completarla. Una marca pobre a estas alturas, pero entendible teniendo en cuenta que es un remake de un juego ya de por sí corto.
Aun así, conviene destacar que el equipo de Replay Games no se ha limitado únicamente a mejorar los gráficos y ya está. Este remake también incluye diálogos adaptados a los nuevos tiempos, algún que otro rompecabezas adicional que complementan a la perfección a los del título original –en algunos casos dotándolos de más sentido-, e incluso una pequeña línea argumental extra[b] centrada en la exótica figura de Jasmine, a la que obviamente tendremos que conquistar. Añadido este último que en cierto modo nos ha decepcionado por su escasa duración y peso narrativo, pero que se agradece igualmente desde el punto de vista de todos aquellos que ya disfrutaron del original en su día.
Pero una vez más, esta versión Reloaded del clásico de Al Lowe ofrece una de cal y otra de arena. Porque en su afán por mantenerse fieles al original, se mantiene intacta la imperiosa necesidad de obtener grandes sumas de [b]dinero dentro del propio juego para costear ciertos caprichos de Larry, necesarios para avanzar en la partida, así como costear los viajes en el taxi. Algo que per se no es negativo, ya que le da un toque distintivo a esta aventura, pero que sin embargo resulta cansino y molesto por la forma en la que se obtiene el dinero. Y es que si en su día no resultaba nada divertido usar máquinas tragaperras –azar, por tanto-, más de 25 años después el cuento no ha variado un ápice.
Afortunadamente, si nos quedamos sin dinero un mendigo nos ofrecerá diez dólares para que podamos continuar en la partida; pero la necesidad de obtener dinero es tan alta, que al final tendremos que ir a parar a las tragaperras sí o sí, donde perderemos tontamente el tiempo tratando de incrementar nuestros ingresos. Fiel al original, claro que sí, pero no por ello acertado. Y este es un dilema que se repite constantemente en Leisure Suit Larry: Reloaded, como ya hemos visto en lo que respecta a su interfaz de usuario, diseño de rompecabezas, estructura de juego, etc.
Técnicamente hablando, eso sí, pocas pegas se le pueden poner a este remake, que luce un acabado gráfico bastante notable en lo que respecta al diseño de sus escenarios, muy fieles a los vistos en el anterior remake para VGA del clásico Leisure Suit Larry. En este sentido, la cantidad de detalles chorras que nos encontraremos en estas localizaciones resulta digno de admiración, aunque también existen ciertos entornos menos trabajados que deslucen algo el resultado final. Sin embargo, la peor parte se la lleva el diseño de los personajes secundarios, que en la mayoría de casos es pobre y poco imaginativo. Algo a lo que debemos sumar, para más inri, que no casan nada con el estilo caricaturesco del propio Larry Laffer, creando cierta sensación de incoherencia visual que no ayuda nada al programa.
Las animaciones de estos personajes tampoco están tan trabajadas como las vistas en otros títulos de corte similar, con demasiados altibajos que no hacen justicia a un clásico de la talla de Leisure Suit Larry. Nada que ver, eso sí, con el magnífico trabajo llevado a cabo a nivel sonoro, tanto en lo que se refiere a las voces en inglés de todos los personajes –con textos traducidos al castellano-, como a la acertada banda sonora compuesta a cargo del músico tras el genial Journey, Austin Wintory.
Tampoco podemos obviar la presencia de un narrador omnisciente, que será el encargado de contar y describir la historia del pobre Larry con un gran sentido del humor, haciéndonos partícipes de muchas de las bromas a las que someterá a nuestro particular héroe. Un fantástico añadido que denota que Al Lowe y el guionista Josh Mandel mantienen intacto su talento para crear historias cómicas con gran estilo. Hasta tal punto es así, que solo por curiosidad nos veremos probando todas las acciones posibles con todos los objetos disponibles en el juego tan solo para escuchar los delirantes chistes de Larry o el propio narrador, que no se cortará ni un pelo en describir lo grotesco de ciertas situaciones.
Muy fiel pero también valiente en ciertos aspectos, Leisure Suit Larry: Reloaded se presenta así como un buen remake de un gran clásico de las aventuras gráficas, al que le ha faltado algo más de ambición y coraje para modificar ciertos patrones jugables, arcaicos hoy en día. Y hablamos, claro está, de la interfaz de usuario, que por momentos hará que nos tiremos de los pelos. Algo que nos entristece porque el juego, visto los cambios efectuados en el diseño de ciertos puzles, la inclusión de nuevos diálogos y una chica adicional, daba para mucho más.
Con el mismo sentido del humor y encanto que el original, Leisure Suit Larry: Reloaded se trata de una muy buena aventura gráfica con la que es difícil no pasarlo bien. Su mayor pega es que la interfaz de usuario, y algunas de sus mecánicas jugables, están totalmente anticuadas, lo que puede hacer que no todo el mundo disfrute por igual con las locas desventuras de Larry Laffer. Aun así, es una obra recomendable por la trascendencia que tuvo en el género hace más de 25 años.
