Empezar de cero da miedo. Sino, que se lo digan a Ichiban Kasuga y a SEGA en Like a Dragon: Infinite Wealth. Cuando la saga Yakuza había estallado por fin en Occidente, Ryu Ga Gotoku Studio decidió tomar sus dos decisiones creativas más arriesgadas: quitarse a Kazuma Kiryu de encima, tras casi dos décadas como su gran estrella, y convertir su franquicia en un RPG por turnos. Eso, en un clima dentro de la industria donde hasta juegos como Final Fantasy XVI rehúyen de los turnos. Empezar de cero es arriesgado, por eso asusta. Y el "primer" Yakuza: Like a Dragon recompensó la apuesta de SEGA con un gran éxito internacional, atrayendo incluso a esos jugadores que nunca antes se habían atrevido con un juego de la serie.
Con la secuela, ese atrevimiento parecía haber remitido: Kiryu regresa como coprotagonista, a pesar de haber pasado el testigo a los nuevos protagonistas de la saga Yakuza, y la frescura del salto al RPG por turnos ya no sorprende tanto. ¿Es eso algo malo? En absoluto. Like a Dragon: Infinite Wealth no sólo es más, es mucho mejor de lo mismo que ya hizo del "primer" Yakuza: Like a Dragon una experiencia fantástica. Eso es algo que ya comenté en mi preanálisis hace unas semanas tras haber jugado más de 50 horas a Infinite Wealth. Y, ahora que lo he completado hasta los créditos y después de invertir casi 100 horas, he profundizado en todos sus contenidos secundarios y bebido de lo que ofrece la nueva ambientación de Hawái, puedo afirmar sin reparos que se trata de una de las mejores entregas de la saga, y una aventura excelente de principio a fin.
La historia de Yakuza y el futuro de Like a Dragon
Tres años después de los acontecimientos de Yakuza: Like a Dragon, Ichiban Kasuga es una figura reputada dentro de Yokohama, aunque a escondidas, dedica su tiempo a ayudar a los exyakuza locales a encontrar trabajo honesto para redimir su vida criminal. Una misión loable, pero que termina por estallar en su cara cuando una streamer conocida tergiversa su historia y le pone en el foco de mira de la sociedad japonesa, por un motivo incierto. De la noche a la mañana, Ichiban se encuentra sin empleo y repudiado públicamente. Pero, cuando una puerta se cierra, otra se abre. O eso dicen en las casas donde hace corriente. En su momento más bajo, un aliado inesperado de su pasado regresa para darle un mensaje a Ichiban: su madre sigue viva y se encuentra en Hawái.
Sin dudarlo dos veces, Ichiban se dirige al aeropuerto más cercano y pone rumbo a la isla estadounidense del Pacífco, aunque Hawái resulta no ser el paraíso prometido: nada más llegar es atracado, se enfrenta a la yakuza local, vuelve a ser atracado, le drogan, le abandonan desnudo en la playa y es detenido por la policía. ¿A quién no le ha pasado eso en una noche tranquila de vacaciones? Pero, de lo que no hay rastro alguno, es de la mujer a la que busca. Cuando además aparece Kazuma Kiryu para rescatarle de la policía, ahora convertido en un agente secreto, sabes que en Hawái se cuece algo gordo… Y que alguien tendrá que retomar el bate de héroe para solucionarlo.
Todo esto no es más que la introducción de Like a Dragon: Infinite Wealth, y si no doy más detalles concretos sobre la trama a partir de ahora, es deliberado. No porque la historia esté repleta de los giros de guión y las revelaciones inesperadas que acompañan a cualquier juego de la saga, que lo está, sino porque se trata de una historia arraigada nuevamente en lo personal, para Ichiban y para sus nuevos aliados. Una historia sobre buscar la redención y aceptar que la gente comete errores, que el perdón hay que trabajarlo, pero todo el mundo tiene derecho a buscarlo. Pero, también, es una historia sobre quererse a uno mismo. Sobre asumir que, a veces, uno tiene demasiada carga sobre sus espaldas y necesita soltarla, apoyarse en los demás, y hacer lo que necesita en su vida. Y lo más importante, es una historia que tiene el difícil papel de edificar el futuro de Yakuza a los hombros de Ichiban, a la vez que cierra el pasado de la saga con Kiryu. Y lo hace de manera magistral, de principio a fin.
Como mencionaba antes, el regreso de Kiryu a la saga principal podía parecer un movimiento "cobarde" por parte de Ryu Ga Gotoku Studio cuando se anunció el juego. Habiendo completado la historia, y como fan de la serie, sólo puedo dar las gracias al estudio por hacerlo. La parte de la historia de Kiryu no sólo es el contrapunto perfecto a la de Ichiban, es a la vez un homenaje inmenso a la historia de la saga y un giro ambicioso a la figura de un personaje icónico, que le aporta mayor profundidad aún y nos muestra facetas hasta ahora inéditas de él. ¿Era necesario? Tal vez no, de la misma manera que muchas cosas en la vida no son estrictamente necesarias.
Pero, ¿es Like a Dragon: Infinite Wealth un juego mejor de lo que hubiera sido, de no incluir a Kiryu? Sin dudarlo: sí, lo es. Ya lo era durante la primera mitad de la aventura, y tras conocer la conclusión de la historia, no puedo quedar más satisfecho. De hecho, Infinite Wealth es una consagración del inmenso talento narrativo que ha desarrollado RGG Studio a lo largo de los años, desde las historias más pequeñas, momento a momento, hasta los distintos arcos narrativos y de personaje que se elaboran durante la aventura. Cuando el juego es capaz de reconvertir a los personajes secundarios de una misión secundaria absurda, recurrente de la saga, en uno de los momentos más emotivos y lacrimógenos de la aventura, no puedes sino agradecer el trabajo hecho por el estudio de SEGA. Y esto, ojo aquí, se trata simplemente de una misión secundaria opcional, de las más de 50 que hay en el juego.
Combates JRPG por turnos a lo Yakuza
Si bien la historia de Like a Dragon: Infinite Wealth es tan excelente como lo fue la de la entrega anterior, su jugabilidad… Pues es aún mejor, y con mucha diferencia. Como recordatorio breve, estamos ante un JRPG por turnos de batallas callejeras, donde los enemigos son versiones exageradas de criminales, gamberros y pervertidos varios, a los que enfrentamos utilizando ataques físicos, objetos del escenario y habilidades especiales. Por no repetirme demasiado con el preanálisis del juego, donde me explayo más en este aspecto, he de decir que los combates han mejorado gratamente con respecto al anterior juego, gracias a algo tan simple como permitirnos mover a los personajes con relativa libertad. Esto aumenta la profundidad táctica de las luchas, y a la vez, les da un dinamismo e interactividad mayores, dado que ahora puedes apuntar mejor los ataques, empujar a enemigos para encadenar ataques o acercarse a los objetos que hay por la calle para utilizarlos como arma a tu antojo.
El resumen es que los combates son muchísimo más divertidos y ágiles que en Yakuza: LaD. Y esto es muy importante ante una aventura de tanta duración, puesto que consigue que las batallas me parecieran tan divertidas en el tramo final como lo eran en las primeras horas. Esto se apoya también sobre un diseño global notablemente superior al de la entrega anterior, a todos los niveles. A nivel de equilibrado, donde la aventura rehúye de picos de nivel elevados que te corten el progreso drásticamente. A nivel de contenidos, con un flujo constante de nuevas actividades secundarias, minijuegos y subhistorias que acometer, lo que facilita tu progresión paulatina sin dejar de disfrutar en ningún momento. Y a nivel puramente de diseño de niveles y de enemigos, donde el juego se vuelve cada vez más ambicioso según progresas en la historia.
No voy a hacer spoilers, pero sólo diré que destaca cierto capítulo de la aventura que supone un cambio drástico de ambientación, con dos jefes tan reñidos e inesperados que suponen una sorpresa hasta para una saga que siempre se ha caracterizado por su acción exagerada. Y lo mejor de todo es que, aún alejados del realismo estricto, estos enemigos no desentonan con su identidad actual como saga RPG, siempre y cuando recuerdes que los enemigos que tú ves dependen de la imaginación de Ichiban. En general, el desarrollo de la aventura se mantiene bastante consistente de principio a fin, y el hecho de dividir la historia entre dos grupos de personajes - Ichiban en Hawái y Kiryu en Japón - ayuda a mantener el interés y la frescura aún cuando llevas decenas de horas a tus espaldas.
Y también ayuda la ampliación del sistema de trabajos con nuevos roles. Un total de 9 trabajos nuevos, además de los predeterminados de los nuevos personajes y Kiryu, más dos trabajos DLC. Todos ellos son un gran aporte a la fórmula jugable, hasta el punto de no haber utilizado los trabajos de la anterior entrega casi en absoluto durante el juego. Y, por supuesto, están tan repletos de carisma y diversión como uno espera en un yakuza: vaqueros, samuráis, surfistas, bailarinas, kunoichis, etc. En mi análisis de Yakuza: Like a Dragon me mostré escéptico con la utilidad del sistema de trabajos del juego, pero en esta entrega RGG Studio ha logrado que me coma mis palabras, y no podría alegrarme más por ello.
Minijuegos y actividades: ¿Pokémon y Animal Crossing a lo Yakuza?
Hawái es el destino de vacaciones ideal que aparenta ser cuando pasas por una agencia de viajes y te dejas vender la moto. Aguas cristalinas y playas doradas, palmeras con cocos frescos y cócteles frutales, comida exótica y espectáculos al aire libre, combates de Pokémon en las calles… Espera, ¿combates de Pokémon? ¿Y qué es eso de un "Animal Crossing"? Pues sí, SEGA ha logrado lo imposible con Infinite Wealth. Implementar dos juegos de Pokémon y Animal Crossing sin que Nintendo los demande. Y lo más increíble de todo: tienen la profundidad, la duración y la diversión suficientes como para que te los tomes como si fueran dos juegos completos, hechos y derechos. Piensa en la adicción a los cabarets y la inmobiliaria de Yakuza 0, pero elevada al cuadrado.
Sobre lo primero, recordaréis que el anterior Like a Dragon introdujo al Profesor Sujimon y su curiosa "Sujidex". Los sujimon son su manera de referirse a la marabunta de degenerados y personas sospechosas que tienden a atacarnos por las calles en el juego, los cuales ahora podemos capturar, entrenar y emplear en combates sujimon para llegar a ser el mejor que habrá jamás. Y no, no se trata de una simple actividad secundaria con un par de combates, es una aventura Pokémon completa e integrada en el mundo del juego, a todos los niveles: hay gimnasios y poképaradas, incursiones temporales, sujimon legendarios, entrenadores por las calles e, incluso, puedes capturar sujimon con regalos y hacer que tus sujimon evolucionen. En mi experiencia, superar todos los gimnasios y ganar la Liga Sujimon puede llevarte entre 5 y 10 horas por sí solo, pero si hablamos ya de completar la Sujidex y los retos de la Liga, las horas de juego son ilimitadas.
Y lo mismo ocurre con la Isla Dondoko, el "Animal Crossing" de esta entrega. El objetivo es devolver a la gloria a un resort isleño caído en desgracia y repleto de basura. ¿De qué manera? Limpiando la isla y redecorándola, fabricando mobiliario, atrayendo a visitantes y defendiéndola a palos de los piratas basureros que vienen a defenestrarla. Y, por el camino, puedes cazar insectos, recolectar conchas y minerales, pescar en sus ríos y orillas… Pasa el día, y vuelta a empezar. He de ser honesto, la Isla Dondoko me ha parecido la actividad secundaria más ambiciosa del juego, en cuanto a propuesta y envergadura, pero no una que necesariamente me haya aportado un valor significativo a mi experiencia. Sí, hay más de un centenar de elementos que completar en tu diario, entre insectos, peces y minerales/objetos; así como una infinidad de muebles y edificios por fabricar, para decorar la isla de maneras bastante creativas.
Y sí, también hay una granja donde puedes entrenar a tus sujimon y obligarlos a cultivar plantas y recolectar recursos para ti. Pero el bucle general - consistente en limpiar la isla de basura a diario, recolectar recursos y fauna, fabricar objetos y vuelta a empezar - se me ha antojado muy repetitivo, sin ser necesariamente entretenido más allá de las primeras horas. Porque alcanzar el nivel de isla de 5 estrellas sí supone grindear, y mucho, este mismo bucle no para desbloquear nuevas cosas, sino simplemente para acumular los recursos necesarios para fabricar un nuevo puente, limpiar una nueva zona o comprar una nueva mejora. Hablamos de entre 10 a 20 horas de contenido, que quizá alguien que encuentre su "zen" en este tipo de experiencias las disfrute mucho más, pero a mí, personalmente, no me han parecido el aspecto más brillante de todo el contenido que ofrece Infinite Wealth.
Por suerte, de contenido va sobrado el juego. Tienes una suerte de misiones de reparto de comida extremo a lo Crazy Taxi que suponen un par de horas de diversión por sí solas. Un "Pokémon Snap" descarado donde recorres Hawái en trolebús sacando fotos a degenerados por las calles. Un juego de citas en un tinder chusquero, con menos verificación real que el Twitter actual, que bebe de las salas de chat de Yakuza 6 pero elevando el absurdo al cuadrado. Y eso sin entrar en las subhistorias, las misiones secundarias de los Yakuza. Que, en esta entrega, no sólo mantienen la extravagancia y la capacidad de sorprenderte, sino que la mayoría introducen minijuegos propios puntuales: hacer de doble de acción en una parodia de Fast & Furious, perseguir carritos de bebé a la fuga por la carretera, participar en un concurso japonés de televisión, repartir limonada por la ciudad, hacer de socorrista, ayudar a gente enterrada en la arena… Son más de 50 subhistorias repartidas por Hawái, y nunca sabrás con lo que te vas a topar.
Y eso sólo en Hawái. En Japón, a los mandos de Kiryu, te esperan 90 coleccionables repartidos por Yokohama y Kamurocho, que rememoran los momentos más icónicos de la saga y de la vida del Dragón de Dojima. Pero, claro, quién te narra estos hechos es el propio Kiryu, y siendo cómo es, tan pronto está pensando en el recuerdo más emotivo de su vida, como ligando dos conceptos completamente irrelevantes de manera absurda para hablarte de aquellas veces que le han disparado desde un helicóptero, o de ese sueño que tuvo en el que Kamurocho acabó asolada por los zombies.
Junto a estos coleccionables, hay 8 subhistorias exclusivas de Kiryu con personajes clásicos de la saga, que supondrán un golpe de nostalgia para los fans más longevos, y un motivo de peso para que los recién llegados se interesen por el pasado de la saga. ¿Cuántas horas de juego supone todo esto? En mi experiencia, completar Like a Dragon: Infinite Wealth y sus contenidos secundarios, sin contar el endgame, te va a llevar cerca de 70 horas de juego… Si juegas a un ritmo decente. Si eres de tomarte los juegos de rol con calma, o si te gusta perderte por completo en las actividades secundarias, podemos hablar de las cerca de 100 horas que le he dedicado.
DLC de Like a Dragon: Infinite Wealth - Endgame y Nueva Partida+
Y ahora, como harían Ichiban Kasuga y compañía en las playas de Hawái, toca abrir un melón importante: el endgame de Like a Dragon: Infinite Wealth. Antes del lanzamiento del juego, se conoció que dos contenidos posteriores a los créditos iban a ser exclusivos de pago, en concreto, el modo Nueva Partida + y una historia secundaria - "La gran marejada" - con una mazmorra de desafío para personajes de alto nivel. ¿Suponen un contenido diferencial para el jugador? No, ni mucho menos, en especial al tener en cuenta que no afectan en absoluto a la historia ni a tu progresión.
Pero, en mi opinión personal, el modo Nueva Partida + debería haber estado incluido con la compra del juego base. La mazmorra adicional ya es más debatible por todo el contenido que aporta, aunque igualmente se me antoja un contenido muy jugoso para quienes busquen exprimir y disfrutar al máximo del juego y sus combates RPG. Se trata de una mazmorra con nueva ambientación y enemigos de gran poder, dividida en 5 secciones distintas que afrontar, cada una con múltiples pisos, y las mejores recompensas del juego por desbloquear. No sólo eso: en ella encontrarás combates contra versiones más poderosas de los jefes de la historia, en ocasiones varios a la vez, que te harán usar todo tu repertorio para derrotarlos. Y, de por medio, te toparás con algunas escenas adicionales con todo el reparto del juego de vacaciones por Hawai, para ponerle la puntilla a la aventura. En definitiva, es otro "comehoras" más, que supone por sí solo varias decenas de horas adicionales de juego de lo más entretenidas.
Ahora, que la única pega de peso que tenga con Like a Dragon: Infinite Wealth, tras completar el juego y exprimirlo al máximo, sea el DLC, es la prueba de la inmensa aventura que nos brindan RGG Studio y SEGA. La última aventura de Ichiban Kasuga se postula como uno de los mejores juegos de Yakuza en cuanto a historia, contenido y calidad, demostrando que su estudio ha sabido refinar la fórmula JRPG que debutó en la anterior entrega con maestría. Y puede sonar aventurado decir esto en febrero, pero podemos hablar ya de un candidato a ser uno de los mejores juegos del año. Una aventura emotiva y apasionante a partes iguales, tan divertida como sólo sabe ser esta saga, y tan profunda como cualquier JRPG por turno de renombre. Y con un desenlace de oro para la tan difícil tarea de compaginar el futuro de Ichiban Kasuga con la inmensa figura del pasado de Kiryu. Sin duda, un juego imprescindible para quien haya amado esta saga desde sus inicios, y para quien la adore ahora desde su renacimiento.
He reído y llorado con Like a Dragon: Infinite Wealth. He sentido nostalgia, he vivido sorpresas y he estado pegado a la pantalla durante toda la aventura. La continuación de la historia de Ichiban Kasuga es más y mejor de todo lo bueno que tienen los Yakuza, y un JRPG mucho mejor de lo que fue su antecesor. Un juego imprescindible para los fans, y no tan fans, de la saga.
Comprar Like a Dragon: Infinite Wealth- Cuatro personajes jugables nuevos se unen al plantel de la entrega anterior, incluido Kiryu Kazuma.
- La aventura se desarrolla principalmente en Hawái, pero también en Yokohama y Kamurocho.
- Completar la aventura puede llevarte más de 70 horas… A un ritmo rápido.
- Se han mejorado todos los aspectos RPG, tanto a nivel de diseño general como en las mecánicas de combate.
- Nuevos trabajos absurdos, un juego completo de Pokémon y Animal Crossing, múltiples minijuegos… Te faltarán horas para jugar.
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