La saga Mass Effect de BioWare es conocida por sus complejas tramas, decisiones que afectan el destino de toda una galaxia y personajes carismáticos que se ganan el corazón de los jugadores. Sin embargo, uno de los momentos más extraños y memorables de la historia de los videojuegos tiene que ver con una relación romántica que, en principio, no estaba planeada por los creadores: la historia de amor entre Shepard y Garrus Vakarian, un turiano ex-cazarrecompensas. Lo que comenzó como una simple camaradería terminó siendo uno de los romances más queridos de la saga, gracias a la inesperada influencia de los fans.
Amar y bailar
En Mass Effect 2 (2010), BioWare sorprendió a los jugadores al incluir a Garrus como una opción romántica, algo que no estaba previsto inicialmente. Drew Karpyshyn, escritor principal de los primeros dos juegos, confesó que el equipo de desarrollo no anticipó que los jugadores pedirían un romance con Garrus, ya que su primera relación con Shepard era estrictamente platónica, a apenas un intercambio de cumplidos. A pesar de esto, los fans dejaron claro que querían algo más, y la respuesta de BioWare fue la de incluir al turiano en el círculo de opciones románticas, lo que desató una avalancha de apoyo de la comunidad.
Lo más extraño vino con la forma en la que BioWare llevó esto al juego. Cuando Garrus, conocido por su actitud seria y profesional, se convirtió en uno de los personajes más solicitados para ser pareja romántica de Shepard. Lo que los creadores no sabían es que este romance iba a traer consigo uno de los momentos más raros y memorables de la saga. Tal como nos explica nuesta lectora Sonica Kuroi Tenshi, en Mass Effect 3, Garrus decide romper el hielo en una cita y mostrar su afecto hacia Shepard de una forma completamente inusual: con un baile. Y es que según explica el mismo Garrus, tomó clases de baile. No seres nadie en el espacio si no dominas el tango. Este gesto, que parecía salido de una parodia, fue aclamado por los fans, aunque su inclusión sorprendió a muchos, tanto dentro como fuera del estudio.

Este famoso "baile" de Garrus se convirtió en un símbolo de la relación peculiar entre él y Shepard. Aunque su propósito era romántico, la ejecución de la escena, que mostraba a un Garrus completamente fuera de su zona de confort, resultó ser tan extraña como entrañable. El contraste entre su comportamiento habitual, serio y disciplinado, y este momento de vulnerabilidad, dio lugar a una de las escenas más recordadas y discutidas del juego. La magia del tango.
A través de sus peticiones, los jugadores lograron darle a Garrus una dimensión completamente nueva, transformándolo de un aliado en una de las figuras románticas más queridas de la historia de los videojuegos. Y también de las más extrañas para el año 2010. No cabe duda de que esta interacción entre los creadores y los jugadores ayudó a cimentar a Garrus como uno de los personajes más icónicos de la franquicia, que no solo marcó una generación por sus giros argumentales y sus decisiones éticas, sino también por la manera en la que los jugadores podían establecer relaciones sentimentales con el resto de miembros de su equipo.
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