Los aficionados al mundo de los videojuegos siempre recordarán a la saga Metal Gear como una de las principales puntas de lanza de la industria. La franquicia de acción y espionaje de Konami supuso una influencia enorme para otros juegos desarrollados posteriormente y, además, lanzó al estrellato a Hideo Kojima, el creador japonés que es considerado a día de hoy toda una eminencia en el medio.
Sin embargo, la historia de la serie está repleta de curiosidades: ¿sabías que, tras las dos entregas de MSX, Metal Gear Solid no iba a existir como tal? Trasladémonos a una conferencia en 2016 en la que Kojima comentó, sin ningún tipo de reparo, que se podría decir que la serie Metal Gear Solid existe gracias a PlayStation. “Hice Metal Gear 1 y 2, y la saga, para mí, ya estaba completa y acabada. Comencé a trabajar en otros proyectos. […] Trabajaba en otros videojuegos de aventuras y vi en las noticias un nuevo hardware llamado PlayStation que se iba a lanzar al mercado. Era impresionante escuchar todas las cosas que iba a poder hacer a la hora de crear polígonos en tiempo real”, comentó Kojima.
El creativo compartió otros detalles como que la idea inicial era que los jugadores se escondieran y el ángulo de visión cambiase, pero en ese momento tenían que hacerlo todo en 2D debido a las limitaciones y, por eso, Metal Gear se diseñó con una vista cenital. Pero Kojima pasó por alto algo importante: la tercera entrega de Metal Gear no estaba siendo desarrollada inicialmente para PlayStation, sino que se ideó para 3DO.
Metal Gear Solid estaba siendo desarrollado inicialmente para la 3DO de Panasonic
Hablamos de un sistema de consolas de Panasonic que intentó romper todos los esquemas a mediados de los noventa. En concreto, la 3DO Interactive Multiplayer de Panasonic disponía de dos procesadores de 32 bits a 12.5 MHz y dos coprocesadores de vídeo, unas especificaciones que le otorgaban una potencia más alta respecto a los estándares de la época, permitiéndole la ejecución de títulos que otras consolas no eran capaces de mover adecuadamente. Por eso, antes de que se decidiese que se lanzaría en PlayStation (a finales 1998 en Japón y Norteamérica, y en 1999 en Europa), Konami estaba preparando el sucesor de Metal Gear 2 para 3DO.
Hay que remontarse a 1994, justo después del lanzamiento de Policenauts, una aventura gráfica con narrativa de ciencia ficción escrita y dirigida por Kojima. Este título iba a llegar también a DSO y guarda una curiosa relación con Metal Gear Solid: Policenauts incluía a un personaje denominado Meryl Silverburgh, que recordarás por su desempeño en las entregas posteriores de Metal Gear. De hecho, en el disco piloto de DSO aparecían dos bocetos de las primeras versiones tanto de Meryl como de Solid Snake y FOXHOUND.
Los planes de Konami incluían que el originalmente denominado ‘Metal Gear 3’ se lanzase exclusivamente en el sistema de Panasonic. Nos referimos así a él porque el propio Hideo Kojima terminó desvelando que aprovechó la etiqueta ‘Solid’ del personaje para el nombre del juego. Resultaba ideal al hacer uso este de gráficos más sólidos en 3D, y el entorno poligonal del juego dio pie al japonés a explotar a conciencia su amor por el cine. Por todos son recordadas aquellas escenas raramente vistas en los videojuegos y los planos tan cinematográficos que eligió para hacer avanzar los diálogos y la narrativa.
En principio, el título iba a presentar un mejor apartado gráfico que el que acabó teniendo en PlayStation, aunque los cimientos eran los mismos, con la vigilada e imponente base de Shadow Moses como escenario principal y un joven Solid Snake siendo el protagonista, en busca de resolver una misión prácticamente imposible a la vez que obtenía respuestas importantes sobre su origen.
Pero The 3DO Company y su líder, Trip Hawkins, cometieron un error que les costó el futuro. La premisa de la empresa era conseguir implantar un modelo similar al de los reproductores de cintas VHS en la industria del videojuego, pero había un problema: el precio. 3DO Interactive Multiplayer costaba casi 700 dólares, y ese fue el principio del fin para el proyecto. A pesar de que de cara a los desarrolladores ofrecían mejores condiciones para publicar los juegos, en la compañía no consideraron que los sistemas DSO se lanzaran a pérdidas, algo que es habitual a día de hoy. La idea es ser conscientes de que no se va a recuperar la inversión de fabricación con el propio hardware, siendo la estrategia ideal poner a la venta la consola a un precio más bajo y conseguir beneficios económico posteriormente con la venta de software para ese sistema.
El pobre rendimiento comercial de 3DO Interactive Multiplayer provocó la alianza e Konami con Sony
El coste de las máquinas DSO supuso una barrera tremenda para los consumidores, y cuando Panasonic quiso reaccionar con una revisión del modelo inicial con un precio más atractivo (la 3DO FZ-10), el mercado se había complicado. Con los 16 bits dominados por Nintendo y SEGA, los 32 bits venían fuertes con Saturn y PlayStation, que tomaban la delantera desde Japón. En 1995, DSO estaba lejos del resto de sistemas sin apenas cuota de mercado, lo que llevó a Konami a firmar una alianza con Sony para Metal Gear Solid. The DSO Company intentó remontar el vuelo poco después con una sucesora de nueva generación con nombre en clave M2, pero acabó no llegando al mercado. En su lugar, decidieron cambiar de rumbo y continuaron activos publicando juegos para otros sistemas, incluyendo la PlayStation que les había “quitado” la obra magna de Kojima. El resto es historia.
Afortunadamente para los fans -y hay que decir “afortunadamente” tras ver cuál ha sido el desenlace de DSO-, Metal Gear Solid terminó llegando a la primera consola de Sony, donde se convirtió en todo un éxito comercial, vendiendo más de seis millones de copias en todo el mundo. Además, fue muy bien recibido en cuanto a crítica profesional, y dio pie a numerosas entregas y spin-offs, hasta que la relación entre Konami y Kojima llegó a su fin en uno de los sucesos que más impactó al mundo de los videojuegos. Pese a que los fans siguen esperando un regreso, a día de hoy Metal Gear Solid es considerado como una de las mejores obras de la historia del medio; todo un adelantado a su época cuyo destino pudo haber sido muy diferente al que conocemos.
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