Con NBA 2K21 en PS5 y Xbox Series X, Visual Concepts da un paso de gigante en cuanto a la experiencia de juego para un simulador deportivo. Una verdadera evolución gráfica y jugable dentro de la cancha, aunque lo que sucede fuera de ella no supone un gran cambio.
Comenzaba el análisis de NBA 2K21 en la generación pasada hablando de un juego "conformista". De una entrega que, honestamente, podría ser el juego del año pasado con dos retoques y una portada nueva. Pero, un mes después de su lanzamiento, 2K Sports nos sorprendió a todos con un primer gameplay de NBA 2K21 en PS5 que parecía de verdad una experiencia de nueva generación. O al menos a mí sí que me sorprendió. A lo mejor es por una vida jugando a títulos deportivos, escuchando año tras año esas declaraciones de que "la próxima entrega supondrá un cambio radical", "el juego más realista hasta la fecha", y demás promesas de los estudios que suelen caer en saco roto. Pero el caso es que, cuando Visual Concepts mostró lo que tenía en camino, no pude sino quedarme pasmado.
A finales de agosto, en una mesa redonda con los medios, el productor Erick Boesnich de 2K Sports me comentaba que el NBA 2K21 de PS5 y Xbox Series X sería una experiencia completamente nueva, y si bien yo no llegaría hasta ese extremo a la hora de describirlo, sí que creo que Visual Concepts ha cumplido con lo prometido. Que esta versión no se limita a ofrecer gráficos mejores y ya, sino que de verdad han tratado de remodelar todos y cada uno de los elementos del juego. Y la experiencia de juego sigue siendo un poco la misma cuando hablamos de los modos -y de los micropagos, que trataré luego- pero vaya si no te quedas asombrado cada vez que te pones a los mandos, y saltas a la cancha en la nueva generación de consolas.
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La recreación del parquet y de los elementos de la cancha, los modelos de los jugadores, las animaciones y las colisiones, el brillo y la iluminación… es todo un espectáculo, simple y llanamente, en especial si pensamos que esto es un juego de inicio de generación. Y luego está el modo Mi Jugador con una ciudad entera como espacio social, y el modo WNBA con una carrera completa para jugadoras profesionales, y un modo Mi Liga que no revoluciona su fórmula, pero ofrece más personalización que nunca. Hay muchas cosas buenas, también hay otras que no lo son tanto, pero este NBA 2K21 de nueva generación sí que es una entrega que merece la pena.
El baloncesto, a pie de cancha
En mi primer partido, Mavericks contra Hawks, hubo un momento en el que me quedé especialmente impresionado. Tocaba tirar unos tiros libres, nada especial. Pero, de repente, algo llama mi atención en la cancha: ahí estaba John Collins reflejado en la pintura. Y, como él, el resto de jugadores esperando al rebote. Este es el tipo de detalles que hacen tan realista la representación de los partidos en NBA 2K21, los que marcan la diferencia entre un juego que "se ve bien", y uno que "se siente real". El hecho de que cada jugador haga señas a sus compañeros y siga la jugada con la mirada. La forma en la que un defensor se trastabilla de manera fluida, o tu alero carga con el hombro para hacerse hueco al penetrar sin que parezca una animación predefinida.
Y sí, hay ocasiones en las que una animación canta más que otras, que un jugador se queda con la mirada perdida, o que un tapón o mate parecen algo falsos, pero estas son las excepciones. NBA 2K21 no es un cambio radical en lo jugable, pero la suma de todos y cada uno de los pequeños detalles que incorpora en la nueva generación convierten los partidos en una experiencia más fluida, más natural que nunca. Y más física. Esto no lo puedo destacar lo suficiente, pero las físicas del juego han dado un verdadero salto con el cambio de generación, acompañado por una IA que aprovecha mejor el posicionamiento y los desajustes defensivos para redondear la experiencia. Así como detalle, el sistema de tiro por apuntado está más refinado, más cómodo a la hora de tirar de lo que fue en el estreno de la generación pasada.
Si bien los jugadores son los que acaparan los focos en la cancha, la recreación de los partidos brilla especialmente en sus alrededores. El público está compuesto por espectadores individuales, que animan cada uno a su manera, que se levantan de los asientos o van a por comida, que reaccionan a cada acción…. Y tienes también a los periodistas a pie de cancha y los fotógrafos, a los comentaristas en la mesa, los compañeros en el banquillo. Son elementos que siempre han estado ahí, y no dejan de ser mera decoración, pero aquí se sienten como elementos vivos y diferenciados. Y el paso de los menús a los partidos es casi instantáneo, gracias a los tiempos de carga presentes en las nuevas consolas. Antes de que te des cuenta, estás metido de lleno en la previa del partido a pie de cancha, lo que ayuda a la inmersión general.
Una de cal, y otra de arena
Podría parecer que todo son positivos con este NBA 2K21, pero también hay otros elementos que dejan que desear. Voy a entrar de lleno con Mi Jugador y Mi Carrera, y antes que nada, hay que reconocer lo bueno: el nuevo sistema de creación de jugadores es lo que estaba deseando desde hace años. Atrás quedan los arquetipos predefinidos, ahora podemos ajustar con libertad los potenciales máximos de cada estadística, hasta alcanzar esa primera media máxima de 95, lo que ofrece más variedad que nunca a la hora de definir nuestro estilo de juego y las insignias que obtenemos. También hay insignias nuevas, y se han quitado algunas como la de quick release -para eso está el creador de tiros- y, en general, creo que todos los cambios relacionados con la creación de jugadores son gratamente positivos.
El segundo punto positivo: el aspecto gráfico de La Ciudad. Cuando anunciaron La Ciudad, pensaba que sería como El Barrio pero más grande. Y…sí, es eso tal cual. Pero no te haces una idea de las dimensiones que tiene hasta que pones un pie en ella. La Ciudad es inmensa, cuesta creer que Visual Concepts haya creado un escenario de este tamaño para algo que no deja de ser un hub social, y cuando la recorres a 4K, con los efectos gráficos y de iluminación del juego, invita a pararse a cada poco para sacar capturas de sus escenarios. En la ciudad están las típicas tiendas y locales, canchas de juego y canchas especiales, y algún que otro ciudadano NPC que te propone desafíos especiales contra la máquina, para ganar recompensas cosméticas y un montón de reputación.
Pero aquí vienen los puntos negativos. Por todo lo grande que es La Ciudad, también es un mundo completamente vacío. Calles inertes, edificios y locales sin vida… hace que te preguntes si de verdad era necesario un mundo de este tamaño para que luego esté tan desaprovechado como lo está. Al final, todas las personas del servidor están concentradas en las canchas de su facción, porque no hay mucho que merezca la pena fuera de esos reductos en el mapa. Las nuevas opciones de movimiento con el skate suenan bien de primeras, pudiendo hacer trucos y grinds mientras recorremos la ciudad, pero su manejo es tosco, impreciso e incómodo. Da la sensación de que lo metieron en el juego por el hecho de anunciarlo como novedad más que por otro motivo cualquiera.
La Ciudad es El Barrio de siempre, pero el sombrero es nuevo
Tampoco ayuda que, para llegar a La Ciudad, tengas que pasar antes por un tutorial para novatos en unas canchas aisladas fuera del mapa y saturadas de gente, que conlleva varias horas de grindeo. Al final, La Ciudad es El Barrio de siempre, pero el sombrero es nuevo y más grande. Sin embargo, la idea de las facciones -cada jugador está afiliado a una de las cuatro bandas de La Ciudad, y puede votar a su representante- tiene mucho potencial para crear historias de manera orgánica entre los jugadores más fieles. Ahora mismo me parece que La Ciudad es la novedad por la novedad, un elemento profundamente desaprovechado en su forma actual, pero creo que es una propuesta muy interesante de cara al futuro de la saga, si la desarrollan bien.
Por supuesto, toda la experiencia gira en torno al mismo pilar de siempre, los micropagos. Inicias tu carrera, entras a las canchas para novatos, y jugadores de media de 85 por doquier. Sales a La Ciudad con el juego recién estrenado, y gente maximizada. Los modos online de NBA 2K21 mantienen intactas todas esas cosas negativas de la saga en los últimos años, una experiencia que se basa en pagar o grindear si quieres tener la oportunidad de competir. Todo cuesta VC, cada menú tiene un botón que te insta a comprar VC, todos los comercios de La Ciudad son tiendas donde se paga con VC. Algunas cosas no cambian ni con el paso de generación.
La NBA y la WNBA al completo
Por su parte, el modo Mi Equipo es idéntico al de PS4, Xbox One y PC. De hecho, tu progreso de Mi Equipo se transfiere de una generación a otra, por lo que no me voy a detener mucho aquí. De lo que sí voy a hablar es de la WNBA. Y aquí, solo puedo aplaudir la labor de Visual Concepts y 2K Sports. Creo que es importante dar al deporte femenino la visibilidad que se merece. Y lo fácil hubiera sido hacer un copia-pega del modo Mi Carrera de hace varios años pero con jugadoras femeninas. Lejos de ello, 2K ha optado por crear un modo Carrera propio completamente nuevo, con opciones online integradas. En Mi WNBA podemos crear a nuestra jugadora, en base a una serie de arquetipos más tradicionales, y progresar a base de jugar partidos. Sí, en este modo se progresa jugando, no hay VC que valgan.
Y todo esto viene de la mano con una serie de elementos RPG básicos que determinan nuestro progreso dentro y fuera de la cancha. Después de cada partido podremos escoger una actividad entre varias disponibles, donde cada una de ellas mejorará uno de los aspectos de nuestra carrera profesional. Jugando y entrenando mejoramos la media y los atributos, si ganamos dinero con acciones promocionales podremos obtener accesorios más vistosos, y una mayor fama en la liga nos ofrecerá mejores animaciones de dribbling y de tiro. Y todo esto queda completado por The W, un modo online con partidos de 3 contra 3, con las jugadoras que creamos en este modo. De nuevo, 2K podría haberse limitado a copiar y pegar lo de otros años, y hay que valorar su compromiso en hacer un modo propio desde cero para la WNBA.
Pasamos de la WNBA a la NBA, y aquí NBA 2K21 trae un cambio muy curioso. El modo Mi GM y el modo Mi Liga se han fusionado en un único modo: Mi NBA. Pero no temáis, no han juntado las dos experiencias tal cual. Ahora, todas y cada una de las funciones de estos modos son personalizables al completo ¿Que no te gustan las conversaciones constantes de Mi GM, pero sí el sistema de niveles y las mejoras? Pues desactivas las charlas pero activas los niveles ¿Que te gusta el control total de Mi Liga, pero quieres una experiencia más rolera? Pues activas las opciones de edición junto con las funciones de Mi GM. Se agradece el nivel de personalización que ofrece Mi NBA. Pero, al final, lo que ofrece no deja de ser lo mismo que lo de los modos de los años pasados, troceado en opciones individuales, por lo que se acusa la misma falta de novedad que en la entrega de septiembre.
El NBA 2K21 que nos merecíamos
La versión de nueva generación de NBA 2K21 es el juego que los usuarios nos merecíamos hace dos meses
En definitiva, creo que la versión de nueva generación de NBA 2K21 es el juego que los usuarios nos merecíamos hace dos meses, y también es el mejor exponente del estado actual de la saga de 2K, tanto en lo bueno como en lo malo. Dentro de la pista no habrás visto nada como lo que ofrece este juego, tanto en realismo y gráficos como en jugabilidad. Pero fuera de la pista persiste esa monetización abusiva que baila sobre la línea del pay-to-win, y no puedo sino sentir que La Ciudad está gratamente desaprovechada. Aún así, creo que es una entrega que merece la pena, un exponente de todo lo que nos espera en la nueva generación de consolas, que no hay que dejar pasar por alto.
NBA 2K21 es todo un espectáculo dentro de la pista. Un salto de calidad para el género deportivo que se siente de verdad como un juego de nueva generación, que te deja sin habla en cuanto pones un pie sobre el parquet y empiezas a botar el balón. Pero fuera de la pista sigue pecando de los mismos males de siempre: una monetización agresiva en torno a los micropagos que lastra la experiencia general, y la deja lejos de su potencial.
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- Una de las jugabilidades más fluidas y realistas que jamás se hayan visto en un juego deportivo
- El nuevo creador de jugadores, el modo carrera en la WNBA, las opciones de personalización en Mi NBA...
- Una experiencia plagada de micropagos, como en la generación pasada, que lastra todo lo demás
- La Ciudad es un hub vacío y completamente desaprovechado
- En general, las innovaciones en Mi Carrera y Mi NBA se quedan en lo superficial