El videojuego más exclusivo que jamás ha creado Nintendo es uno que nunca se ha vendido en las tiendas y que dura poco más de seis minutos. Un producto del que se fabricaron apenas unos cientos de unidades y que, por si no fuera suficientemente raro, tuvo una edición especial de la que solo existieron 26 copias en todo el mundo. Todo fue culpa de una gran jugada de marketing cuya efectividad está más que comprobada. No solo sirvió para que la compañía se ganase el corazón de los jugadores a comienzo de la década de los noventa, si no para que estemos hablando de ello cuando ya han pasado más de treinta años.
Un cartucho dorado que podría valer un millón de dólares
Nintendo organizó en el año 1990 un evento llamado "Nintendo World Championship" que, pese al nombre, en realidad era una serie de eventos presenciales organizados en Estados Unidos. La cuestión es que la marca quería buscar al mejor jugador de videojuegos del país y, para ello, necesitaba algo especial. Debía medir su talento en varios títulos y, como estos eran eventos presenciales, crear un reto que pudiese superarse en poco tiempo. Fue así como decidió crear un videojuego modificado especial para el campeonato. El cartucho incluía un nivel de Super Mario World, un circuito de Rad Racer y una versión limitada del Tetris de 1989.
El cartucho, perfectamente funcional y conocido simplemente como "Nintendo World Championship Cartridge" se utilizó para el torneo y, además, se entregó como premio a cada uno de los 90 ganadores (tres por categoría en cada una de las treinta sedes de la competición) de modo que pudiesen entrenar para una gran final que se disputaba en diciembre de 1990. Así, podrían diseñar estrategias interesantes para superar cada uno de los tres desafíos que incluía el cartucho. Cabe destacar que la partida duraba un máximo de 6 minutos y 21 segundos, siendo el desafío conseguir los máximos puntos en el tiempo disponible.
- Super Mario World: El objetivo era conseguir 50 monedas en el menor tiempo posible
- Rad Racer: Había que completar un circuito especial creado para el Nintendo World Championship
- Tetris: Se jugaba hasta que se terminaba el tiempo
Hasta aquí ya tenemos una historia interesante. Sin embargo, lo verdaderamente llamativo es culpa de una edición especial del videojuego. Para promocionar su 'campeonato del mundo', Nintendo se asoció con una de las revistas más populares de la época: Nintendo Power. La publicación número 14 del magacín (agosto de 1990) incluía en las páginas 98 y 99 el anuncio de un sorteo. El premio tanto para el ganador (que además se llevaba un viaje) como para los 25 segundos clasificados era un cartucho dorado que incluía "el mismo programa utilizado en la Nintendo World Championship". La diferencia es que el cartucho venía en color dorado, diferente al gris que había distribuido Nintendo.
Aunque en ese momento era solo un detalle que la revista había tenido con sus lectores, lo que provocó es que hubiera una versión aún más exclusiva del que ya era uno de los videojuegos más raros de la historia. Ahora que han pasado 34 años, el tiempo ha hecho el resto. De esas 26 copias originales se estima que solo una docena están localizadas, lo que ha hecho que muchos usuarios lo consideren algo así como "el santo grial del coleccionismo". A lo largo de los últimos años al menos una copia ha aparecido en el mercado con un precio de un millón de dólares. Se desconoce, sin embargo, si llegó a cerrarse alguna venta a ese precio. El cartucho gris, por su parte, puede encontrarse en ebay a 175.000 dólares.
La propia Nintendo se ha aprovechado de la popularidad de este cartucho dorado para comercializar uno de sus próximos videojuegos. El día 18 de julio se estrena el Nintendo World Championship: NES Edition. Si bien el juego solo estará disponible de forma digital y a precio reducido, existirá una edición coleccionista que tendrá como gran atractivo incluir una réplica de exposición de aquel cartucho dorado. Sin duda, un aliciente interesante para los fans de una compañía que siempre sabe tocar los botones correctos cuando se trata de apelar a la nostalgia.