Pensar en los viejos tiempos nos suele hacer recordar las cosas con cariño y muchas veces también, por la nostalgia, mejor de lo que eran en realidad. Pero hay otro proceso en paralelo que solemos olvidar y es lo difíciles que eran los juegos antes. Lo digo porque en su día disfruté como un loco de los míticos Caesar III o Pharaoh cuando apenas tenía 14 años, y tras jugar durante decenas de horas al remake de este último, de verdad que no sé cómo era capaz de enfrentarme a títulos de estrategia tan complejos y desafiantes como estos. Es increíble el grado de complejidad que tenían estos clásicos city builders editados por la extinta Sierra Online, y ha sido un enorme placer volver a encarnar a un arquitecto del Antiguo Egipto con la ardua tarea de construir el más grande imperio de la antigüedad.
Y al final la nostalgia me ha asaltado, precisamente, porque no me había dado cuenta de lo mucho que echaba de menos esta clase de juegos. Es verdad que los ha habido en los últimos años, pero no hay nada como volver a uno de los juegos de tu infancia y descubrir que sigue siendo tan increíble como lo recordabas. Porque el remake de Pharaoh tiene los ingredientes necesarios para convertirse en tu nuevo placer culpable durante muchas, muchas horas. No solo es divertido construir desde cero grandes ciudades a orillas del Nilo, sino también, afrontar las desafiantes misiones de su modo campaña, los muchos retos que plantea en misiones especiales, o ya en las próximas semanas probar también los mapas creados por la comunidad.
El difícil reto de construir Egipto
Si nunca antes jugaste a estos clásicos de Sierra puede que tu primera impresión sea tremendamente engañosa. Con ese renovado aspecto gráfico tan colorido, cuesta creer que Pharaoh sea tan concienzudo en su recreación del Antiguo Egipto pero es que una vez te pones a trabajar, el juego no deja de crecer con más y más opciones que complican, en el buen sentido, la supervivencia de tu ciudad en el despiadado desierto.
La esencia de Pharaoh es la misma que tantos otros juegos del estilo. Construyes casas para acoger a los trabajadores y las rodeas de servicios básicos como agua (recuerda, estás en el desierto), un bazar para comprar, la consulta del médico, bomberos para prevenir incendios, etc. Por otro lado, necesitas una industria fuerte, así que en paralelo buscas alimentos y materias primas con las que cubrir las necesidades esenciales de los ciudadanos. Y luego, claro, está el tema del dinero; así que también tienes que preocuparte de que todo el mundo pague sus impuestos. Nada es tan fácil como suena.
No siempre puedes salir de caza o cultivar garbanzos, trigo, cebada o lo que sea que crezca en este yermo, como tampoco es posible obtener todas las materias primas necesarias para fabricar productos vitales para el progreso de la ciudad. Así que toca ingeniárselas para que nunca se detenga la producción de cerámica, cerveza, muebles de ébano o hasta joyas. Y es aquí donde empiezas a disfrutar a lo grande de la experiencia Pharaoh. Nunca tienes un segundo de respiro. Aunque tu ciudad esté más o menos en el buen camino, siempre puede haber un problema que rompa la cadena de suministros y detenga la producción de estos bienes tan necesarios. Hablo por ejemplo de un brote de malaria provocado por vivir cerca de zonas pantanosas y no tener suficientes boticarios, o claro, los típicos incendios, conatos de delincuencia, ¡o hasta la ira de los dioses!
Hay que construir templos. Que no se te olvide. Y no esperes mucho para hacerlo. En una de mis primeras misiones me puse a crear la zona industrial de mi ciudad… y ¡PUM! Un gran incendio asoló los almacenes porque, claro, cómo me atreví a construir algo así sin rendir antes tributo al dios de turno. Pharaoh da una gran importancia a la religión pero a diferencia de su antecesor más directo, Caesar III, no te abruma con una inmensa cantidad de deidades. Están las más importantes, cada una de ellas con bendiciones y castigos relacionadas con la guerra, el comercio, la industria y la fertilidad de los campos, a las que se complace simple y llanamente alzando templos en su nombre.
Tus propios ciudadanos necesitan templos cerca de sus hogares para satisfacer su necesidad de fe, por lo que es algo que vas a hacer de forma natural. Pero ojo porque los dioses se pelean entre ellos, y si ven que uno tiene más templos que otro… pues se cabreará y te lanzará alguna maldición. Para aplacar estos momentos de ira puedes organizar fiestas en su honor; y más adelante en la partida, podrás incluso crear grandes complejos religiosos con su oráculo y demás para conseguir la gracia divina.
La campaña de Pharaoh es de lo más divertida
Ni se te ocurra por un momento saltarte la campaña de Pharaoh porque, primero, es el mejor tutorial que vas a encontrar para aprender a construir y gestionar tus ciudades; y segundo, es divertida y desafiante. Lo es porque siempre encuentra la forma de enfrentarte a nuevos retos en mapas donde puede haber una total falta de recursos, o en los que cada dos por tres te ataca un ejército de beduinos con ganas de saquear. Pero ojo que la guerra, si bien es importante, no es muy allá en términos de juego. Tienes que adiestrar y equipar a los soldados, y ellos solos hacen el resto.
La guerra, si bien es importante, no es muy allá en términos de juego
La progresión es constante. Empiezas con apenas un par de opciones de construcción y en cuestión de unas horas ya estás comerciando con otras ciudades, adiestrando tropas para luchar en la guerra, o fabricando artículos de lujo en largas cadenas de producción. En este sentido el juego ha cambiado mucho con respecto al original porque ahora tenemos una interfaz mucho más sencilla e intuitiva que apenas requiere un máximo de dos clics para acceder a las opciones deseadas. Se ha mejorado también la gestión del comercio o de los trabajadores para recurrir a ellos sin depender siempre del reclutador.
Por otro lado este remake permite controlar las rutas de los trabajadores bloqueando su camino para que no deambulen por zonas en las que obviamente no se les necesita. En definitiva, se han limado muchas de las asperezas propias de los juegos de aquella época sin restar ni un ápice de la complejidad del Pharaoh original. Y el resultado es bastante bueno. Por supuesto hay otros juegos de construcción y gestión de ciudades que en estos últimos años han creado mundos más complejos con más opciones entre las que elegir, con un mejor equipo de asesores controlados por la IA para que te ayuden durante la partida, e incluso ideas más originales. Pero tanto si eres veterano como si nunca antes jugaste a un título de esta serie, creo que Pharaoh te va a brindar bastantes horas de entretenimiento. Para que te hagas una idea. La campaña principal junto a la de Cleopatra puede durar en torno a las 60 horas, ¡y luego hay misiones especiales!
El lavado de cara es total y aunque no me termina de convencer el nuevo apartado gráfico, con ese estilo tan de dibujo animado, es innegable que cuando tienes una ciudad a pleno rendimiento rodeada de templos, palacios y monumentos, el juego se ve bonito. También la banda sonora re orquestada casa a la perfección con la acción de Pharaoh, animando tus largas sesiones de juego con un variado repertorio de piezas musicales propias del Antiguo Egipto. En definitiva, ha sido todo un gustazo volver a este clásico y descubrir que a pesar de estos más de 20 años que han pasado desde su lanzamiento original sigue siendo un city builder que se deja disfrutar hoy en día. No por nada este era uno de los juegos que incluimos en nuestro especial sobre la historia de los city builders.
Regresar al Egipto de Pharaoh ha sido toda una experiencia porque me ha hecho ver lo buenos que eran aquellos clásicos city builders con los que crecí. Con su renovado apartado gráfico y algunos retoques para mejorar la experiencia de juego, Pharaoh es un muy buen remake capaz de hacer disfrutar a veteranos y nuevos jugadores. Obviamente puede que eches en falta algunas mejoras u opciones más propias de los nuevos tiempos, pero aún así, este viaje al pasado es uno de esos que merece la pena hacer. Y no solo por la nostalgia.
Comprar Pharaoh: A New Era- El juego original tiene más de 20 años. Este remake incluye Pharaoh y su expansión Cleopatra.
- No puedes descuidar a los dioses porque su ira puede provocar incendios o dejarte con una mala temporada de cosechas, lo que puede ser fatal para tu economía.
- Además de la campaña hay misiones especiales y mapas personalizados por los jugadores para seguir disfrutando de la experiencia Pharaoh.
- El juego es el mismo que el original pero se han suavizado algunos detalles de la interfaz y la gestión para que no sea tan duro.
- Se ha apostado por gráficos parecidos a los de una película de dibujos.
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