Todos lo recuerdan como uno de los mejores, pero es el segundo juego de Pokémon peor vendido de la historia: Ahora la franquicia ha cambiado su estrategia para siempre

La saga principal de Pokémon se quedó, con el lanzamiento de la octava generación, cerca de las 300 millones de unidades vendidas. Una cifra asombrosa que no tiene en cuenta los contenidos descargables o las recientes entregas Escarlata y Púrpura. La franquicia tiene incontables fans a lo largo del mundo que han apoyado sin parar las ya 21 entregas de Game Freak. Unas aventuras únicas entre las que, por supuesto, hay algunas particularmente queridas. Según los votos de los usuarios en Metacritic, las mejores ediciones son las siguientes: Heart Gold y Soul Silver (9,15), Platino (8,9) y Esmeralda (8,9).

Pokémon Esmeralda es uno de los más queridos por los fans

Pokémon Esmeralda es uno de los tres mejores juegos de la franquicia según las opiniones de los usuarios. Sin embargo, también está en todo lo alto de una lista mucho menos honrosa. Aunque resulta poco intuitivo, la entrega definitiva de la tercera generación es una de las menos vendidas de la historia de la saga. Apenas superó los siete millones de copias en el mercado. El registro es muy elevado en términos generales, pero si ordenamos los juegos en función a su éxito de ventas, se queda en la vigésima posición (de 21) superando únicamente a Pokémon Cristal.

Hay buenos motivos para que los jugadores se enamorasen de Pokémon Esmeralda. Tomaba las bases de una generación que hizo avanzar mucho a la franquicia, nos permitía enfrentarnos a dos equipos villanos al mismo tiempo e incluía un gran número de especies únicas. Además, sus grandes legendarios son algunos de los más queridos de la historia. Rayquaza completó un trío en el que ya formaban Kyogre y Groudon. El monstruo también protagonizó una cinemática rompedora para la época en la que calmaba a las dos grandes bestias de Rubí y Zafiro para restaurar el orden natural.

Rayquaza es uno de los Pokémon favoritos de la comunidad (vía Bulbapedia)

Sin embargo, el gran elemento que ha hecho de Pokémon Esmeralda uno de los mejor valorados por todos los jugadores es el Frente Batalla. Ya no solemos tener en cuenta la duración de los juegos, pero en su momento era una variable clave. Muchos jugamos a este título de pequeños, cuando no teníamos poder adquisitivo y dependíamos de cumpleaños y grandes fiestas para tener un nuevo videojuego a nuestra disposición. En este sentido, el 'postgame' que ofrecía la edición definitiva de tercera generación era uno de los más largos y de mayor calidad en la historia de la franquicia.

El Frente Batalla ofrece una cantidad elevadísima de desafíos agrupados en diferentes categorías. En ellos, los jugadores deben utilizar diferentes pokémon capturados en la aventura. Ya no bastaba con un equipo principal, si no que había que adaptarse a cada reto. Esto generaba un bucle larguísimo y entretenido. Además, había recompensas en forma de objetos y otros artículos que mejoraban de forma considerable a nuestras criaturas. En cierto modo, no era muy diferente a sistemas de progresión constante de videojuegos multijugador y, a estas alturas, huelga decir lo bien que funcionan este tipo de sistemas a la hora de mantener interesados a los jugadores.

Cada uno de los grandes edificios del Frente Batalla ofrecía un reto diferente (vía Bulbapedia)

El gran cambio en la saga Pokémon

Con todas estas virtudes, a uno le cuesta todavía más imaginar porque esta es una de las entregas menos vendidas de la franquicia. Sin embargo, los motivos son bastante simples. Con todas sus bondades, Pokémon Esmeralda era una revisión de los dos títulos anteriores. Rubi y Zafiro habían vendido de forma conjunta unas 16 millones de unidades y, la misma lógica que sirve para defender al juego, también puede utilizarse en su contra. Muchos jugadores ya tenían una copia de tercera generación y las diferencias de esta nueva entrega no justificaban pagarla a precio completo o sacrificar la oportunidad de conseguir un videojuego diferente.

De forma consistente a lo largo de la saga, las versiones definitivas de cada generación han sido las menos vendidas. La única excepción es Pokémon Amarillo, pero esto probablemente se deba a un mayor número de cambios en la historia y la idea de seguir los pasos de Ash en el anime. Adicionalmente, la saga ha ido creciendo con el paso de los años. Cristal (2ª Gen), Esmeralda (3ª Gen), Platino (4ª Gen) Blanco/Negro 2 (5ª Gen) y Ultra Sol/Ultra Luna (7ª Gen) son los juegos menos vendidos de la franquicia en ese orden (de menos a más). Quizá por eso en su momento nos quedamos sin el esperado Pokémon Z y, muy probablemente, la situación ayudó al cambio definitivo tras el estreno de Espada y Escudo.

Aunque las entregas definitivas de cada versión mejoraban con mucho a la original, ahora es más fácil apostar por dejar ese trabajo a las actualizaciones tras el lanzamiento y centrar la monetización en los contenidos descargables. La idea de expandir la aventura es más interesante para los jugadores que la de reinterpretarla. Además, es fácil colocar ganchos como los que vemos en Escarlata y Púrpura que den ganas de continuar con la historia. Puede que la trama de Paldea quede bien cerrada, pero nadie le diría que no a saber más sobre el Área Cero o el Teratipo. Si haciendo uno de los juegos más queridos de la saga no eres capaz de arrasar en ventas, lo más inteligente es cambiar de estrategia.

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