La leyenda ha resucitado gracias a Xbox Live Arcade. Disfruta de la primera aventura de Prince of Persia de manera inmejorable, con un producto que respeta escrupulosamente todos los factores que hicieron grande al original, pero que aporta además un deslumbrante lavado de cara. ¿Vas a perdértelo?
De sobras es conocida la historia de cómo nació este legendario Prince of Persia hace la friolera de casi veinte años, pero nunca viene mal recordar los inicios de la magia. Jordan Mechner se encontraba presionado por Broderbund, el tiempo se le echaba encima y tenía que presentar un proyecto de calidad tras su discutible debut con Karateka en el 85. Ni corto ni perezoso Mechner grabó a su hermano escalando la litera de su dormitorio, saltando de una baldosa a otra o corriendo por el pasillo de su casa; y tras horas y horas de estudiar sus movimientos e inspirándose en la historia del príncipe de Persia de la ópera Turandot, presentó a Broderbund el que sería un auténtico clásico del género de aventuras, el primer Prince of Persia.
Más tarde, y como ya todos sabemos, Ubisoft revitalizó la franquicia tras las dos primeras entregas de Mechner, y presentó la trilogía de Las Arenas del Tiempo con tres brillantes episodios, en los que se pulía la fórmula agregando numerosos elementos hasta lograr una mixtura de géneros casi perfecta con un aroma clásico totalmente indeleble.
La Primera Aventura
Y aquí está de nuevo nuestro príncipe favorito, haciendo uso de una de las mejores plataformas de las que puede gozar en este momento para volver a vivir sus ya míticas aventuras, el servicio Xbox Live Arcade. Y es que es con títulos de la calidad de éste, y no con tanto producto de fácil consumo pero olvidable desarrollo, como el soporte de Microsoft para arcades gozará de buena salud.
Este Prince of Persia no es un mero port del original, es una auténtica revisión tecnológica del juego que nos asombró en 1989; y que, siendo respetuoso con su esencia y su aroma clásico, ofrece un aspecto visual estupendo y una reformulación en clave de mejora de ciertos aspectos como los combates o las acrobacias.
La historia que empuja al príncipe a vivir esta aventura es simple e inocente, y por momentos incluso pueril, pero encierra de manera inmejorable el espíritu de los juegos de antaño. La princesa ha sido secuestrada por el visir Jaffar y el príncipe, su novio, ha sido encerrado. A ella se la ha dado la opción de escoger entre casarse con Jaffar o morir. La princesa dispone de una hora para decidir y nosotros de una hora para liberarla. Es el amor, como no podía ser de otro modo, el que empuja al príncipe a embarcarse en esta epopeya, en lo que es un argumento que sienta las bases de la trilogía posterior, cuyo desarrollo ha girado siempre entorno al amor.
Los Clásicos de Verdad Nunca Mueren
Prince of Persia es plataformas, es acción, es aventura, es puzzles y es exploración, todo ello mezclado con manos hábiles y con un sentido del ritmo fantásticamente logrado, que sabe administrar a la perfección los momentos de combates con las acrobacias más espectaculares y los acertijos ligeros en base al uso de botones y losas sueltas.
La dificultad es alta, eso no hay quien lo niegue. Tenemos una hora para completarlo y si somos impacientes y poco hábiles puede ser verdaderamente frustrante, a pesar del agradecido aditivo de los checkpoints de los que si disfrutaremos en esta versión. Si vamos a lo loco el juego se volverá una sucesión de episodios marcados por el estilo ensayo-error, que puede desembocar en una sensación muy desagradable. En cambio si jugamos con un sentido del ritmo acusado, pues no conviene dormirse ya que vamos a contra reloj, pero siempre atentos y siempre prudentes, el título nos recompensa con una experiencia tan deliciosa como la de antaño.
El juego es ágil, es intuitivo, y todo se desarrolla con gran fluidez mediante el brillante empleo del mando. Podemos agacharnos o saltar empleando tanto la palanca o cruceta como los botones, cada cual preferirá un sistema y el programa nos da opción de jugar como nos plazca. Un botón para recoger objetos, otro para atacar y por último uno para bloquear, completan la terna de sencillos controles con los que realizar innumerables combinaciones. Los combates se han llenado de matices que no estaban presentes en el original, empleando las combinaciones de los gatillos con la palanca de movimientos lograremos diferentes bloqueos o golpes de espada, algunos de ellos realmente espectaculares.
Prince of Persia Classic conserva los mapeados idénticos a los del original, y también respeta su asfixiante carácter contra reloj en tiempo real. Aporta además efectivas escenas cinemáticas mudas entre nivel y nivel durante las cuales se nos narra la historia, básicamente la espera de la princesa al lado de un gigantesco reloj de arena que marca el inexorable paso del tiempo que determina el momento de su muerte.
Lavando la Cara a un Mito
Cuando uno ve por primera vez este poderoso remake lo que deslumbra desde el comienzo es el apartado gráfico. Como ya adelantamos en su momento el trabajo de iluminación, de texturización y de animaciones es brillante, es un juego que visualmente no tiene nada que envidiar en muchos aspectos a la mayoría de títulos Next-Gen. El príncipe de esta nueva aventura poco se parece al que nos deslumbró hace 20 años, el modelado ha sido tomado directamente de Prince of Persia Sands of Time, y su aspecto rubio y juvenil se adapta mucho mejor a los brillantes y luminosos entornos de este POP, en contraposición a las oscuras mazmorras del original.
Se ha ampliado ostensiblemente el abanico de animaciones del protagonista, y veremos por ejemplo como damos saltos de espaldas o como tenemos un gran número de tipos de golpeos y bloqueos, incluida una manera de esquivar estocadas al más puro estilo Matrix. También se ha mejorado la cadencia de todos los movimientos, que ahora se unen unos con otros de forma mucho más fluida y natural.
Algunos elementos de los renovados escenarios como las terrazas o ventanas aportan una cierta sensación de profundidad de campo muy interesante en un juego que es esencialmente bidimensional. También se han respetado detalles geniales del original como el hecho de introducirse en las puertas hacia el fondo para acabar el nivel, el imprevisible empleo de las pócimas, o el escrupuloso respeto por los diseños de enemigos y trampas que permanecen idénticos.
El único pero que se le puede poner al apartado gráfico, por lo demás deslumbrante, es la ausencia en las opciones de la posibilidad de dejar el juego con su aspecto original como si viene dándose en otros juegos clásicos del servicio Live Arcade. Siendo muy superior visualmente este remake, a muchos se les puede antojar incomprensible que a otros les guste disfrutarlo también con su aspecto original, pero los nostálgicos quizá debieran de haber sido más tenidos en cuenta.
De nuevo ausencia casi total de música ya que sólo la escucharemos breves partituras en los videos, y en las muertes, tanto en las de los enemigos como en las propias. Así mismo tampoco hay voces, ni tan siquiera en las cinemáticas en lo que nos parece una decisión muy acertada, que le otorga a los videos un carácter de cine mudo muy acorde con el espíritu de la historia y del concepto clásico.
En ocasiones nos vemos obligados a puntualizar a la hora de recomendar juegos de XLA, estableciendo restricciones reduciendo su público al reducido espectro de los nostálgicos, pero esta revisión de POP Classic es tan actual, que obliga a recomendarlo a toda clase de públicos por sus inmensas virtudes.
Prince of Persia Classic es, sin lugar a dudas, y junto a Castlevania Symphony of the Night, uno de los mejores juegos que se pueden adquirir en estos momentos en Xbox Live Arcade. Su acabado gráfico lo convierte en un juego que sin rubor puede compararse a los lanzamientos del momento, y sus maravillosos mapeados todavía son ejemplo para muchas compañías a la hora de diseñar los suyos. Su capacidad de adicción y su cóctel atemporal de géneros lo convierten en un imprescindible, tanto si lo jugaste en su momento como si no tuviste esa suerte.
