Hay una leyenda urbana que afirma que Lukas Podolski, el que fuera delantero de la selección alemana, dijo en una ocasión lo siguiente: "El fútbol es como el ajedrez, pero sin los dados". Por mucho que Podolski sea un personaje peculiar, como evidencia que haya ganado más dinero con sus franquicias de Döner Kebab que jugando al fútbol, lo cierto es que la cita le corresponde a un humorista que lo imitó hace ya unos cuantos años. Y es muy útil para explicar cómo de descolocado me tiene Rematch.
Supongo que no soy el único que esperaba otra cosa después de que los franceses de Sloclap recibieran un sonoro aplauso mundial con Sifu, uno de los mejores títulos de su año. Pero lo cierto es que su siguiente proyecto no ha sido otra cosa que un título deportivo, tan alejado de la acción que brindaba la aventura basada en el Kung Fu que tantos galardones se llevó.
Pero lo cierto es que ha convencido con sus primeras pruebas, como demuestran las decenas de miles de jugadores concurrentes en la última beta en Steam, o que en el día de estreno del acceso adelantado aún más caro que la versión final, la cifra en la plataforma de Valve haya llegado a 43.000 en la misma métrica; y eso sin contar los usuarios de PlayStation 5 y los de Game Pass que llegarán el jueves.
Una apuesta arriesgada que puede salir bien
La apuesta por algo tan a priori arriesgado, con el pastel deportivo repartido desde hace lustros, parece haber conseguido calar entre los jugadores... Pero también ha tenido polémicas alrededor de su lanzamiento como el no contar con crossplay de inicio, o un rendimiento mejorable en lo que a servidores se refiere.
Quizás hemos estado tanto tiempo entumecidos por la fórmula relativamente estática de FIFA y PES primero, y EA FC y eFootball después, que no se nos ocurría pensar en la posibilidad de que un juego de fútbol tuviera un control distinto. Y lo cierto es que funciona como un guante, especialmente tras un tutorial eficaz y un aprendizaje rápido tras unos pocos partidos.
Ojalá fuera tan fácil como decir que Rematch es divertidísimo una vez entras al campo
Rematch subvierte de forma constante las expectativas, tanto para bien como para mal, y como esa frase falsamente asociada a Podolski, camina una fina línea entre lo absurdo de ciertos aspectos de la propuesta extrañamente poco pulidos y una genialidad que quizás tiene mucho más de lo que podríamos pensar sobre el papel. Porque no hay otra forma de explicaros que tras jugar no pocas horas al acceso adelantado de Rematch, estamos frente a uno de los títulos con más aristas al que servidor se ha enfrentado en mucho tiempo.
Ojalá fuera tan fácil como decir que Rematch es divertidísimo una vez entras al campo, porque esa es la realidad. En cuanto te haces con los controles, apuntar tus pases y disparos con el joystick derecho con una mirilla es algo revolucionario para alguien como yo con cientos y miles de horas a simuladores futbolísticos, así como rematar con el gatillo tiene la dosis justa de diégesis para ser mucho más satisfactorio que las apuestas clásicas del género.
El basar en animaciones como si de un Soulslike se tratase un juego deportivo, un género que debería ser el rey de la jugabilidad emergente por cuestiones como las físicas y la rejugabilidad de la propia disciplina, es todo un acierto. Lo es, principalmente, porque de esta forma se aborda de una forma muy eficaz el "easy to play, hard to master" que todo título con un componente de rejugabilidad alto busca (y los deportivos lo son).
Incluso lo que sucede en pista ha mutado en estos primeros días con Rematch. Lo que el primer día era un correcalles y montoneras de jugadores haciendo segadas alrededor del balón, ha pasado a estructurarse bastante más en los días sucesivos. Por supuesto que de vez en cuando te toca algún chupón en tu equipo, pero la mayoría ha entendido en tiempo récord que mantener cierto orden o que pasar el balón a quien está desmarcado, es mucho más rentable que hacer regates sin fin.
Dicho esto, si tienes en tu equipo un jugador que se marca goles en propia, o que no la pasa, no hay forma de comunicarte con él más allá de un "Lo siento" o "Bien jugado" si no usas el chat de voz, así como tampoco hay posibilidad de reportar a quienes acosan o son tóxicos dentro de las partidas. Una de tantas cosas que dejan claro que Rematch está a medio cocer.
En el campo, todo es felicidad
Es cierto que sigue siendo un problema el modo 3vs3, donde es más complicado sacar la táctica a pasear, limitando las posibilidades que ofrece Rematch al haber muchísimo más espacio disponible y beneficiando el juego en largo sin demasiado concierto. Con 4vs4 la cosa mejora pero 5vs5 es la experiencia superior. Las jugadas son mucho más largas, el usar las bandas es vital para no acabar encerrado en ataque e incluso los porteros pueden marcar las diferencias si optan por ser un líbero durante la fase ofensiva.
Mientras todo el mundo hace regates, sombreros y jugadas rebotando el balón contra la pared, yo he encontrado una gran satisfacción jugando de defensa o de portero. La experiencia se parece mucho a jugar apoyo en un shooter por equipos como Overwatch o Marvel Rivals, porque el equipo mejora exponencialmente a poco que cumplas con un rol relativamente sacrificado.
El sistema de puntuación, además, hace que las intercepciones, pases o despejes acaben sumando casi tanto como un gol, retroalimentando este estilo de juego que además tiene la ventaja de ver casi siempre lo que está sucediendo de cara. Otra cosa es que la progresión no sea
Y eso no quiere decir que ser goleador no sea relevante, o que no haya mérito en hacer diabluras con el balón. De hecho recompensa muchísimo al jugador el elevado techo de habilidad que tiene Rematch, de nuevo a causa de basarse en físicas y animaciones. Como si fuera un título de lucha donde se juega con los golpes y los enlaces entre combos, es posible enlazar movimientos con la pelota que te hagan ser inalcanzable por las defensas.
El pase de batalla es poco intuitivo y no algo que vaya a ser extremadamente popular en un juego de pago.
El problema de lo bueno que es Rematch dentro del campo llega cuando sales de él. Su sistema de pase de batalla es relativamente confuso, la personalización de tu protagonista te hace relacionarte con varias divisas de las cuales no siempre tienes clara su conversión y mejor uso.
Por no hablar de que los menús tampoco ayudan demasiado, especialmente en el plano de la customización, configuración y demás cuestiones satélite al puro juego. Y no es plato de buen gusto los relativamente frecuentes fallos de servidores y lagueos, especialmente cuando estos primeros días se ha pagado una versión más cara para poder jugar.
Sloclap tampoco partía de cero con Rematch, porque Absolver era un juego con componentes multijugador. Pero el tipo de contenido que requiere un título de corte deportivo, y lo accesible que ha de ser todo lo que rodea al propio juego, no está a la altura de lo esperado. Por suerte, y a pesar de esto, Rematch apunta a ser un éxito y su estudio no va a ceder hasta que cosas tan solicitadas como el crossplay estén disponibles, y hasta que refinar todo lo que sucede fuera de la cancha. Y menos mal que eso es así, porque merece mucho la pena.
Lo que las betas y pruebas previas indicaban era cierto: Rematch es muy divertido, especialmente jugando con amigos. Sin embargo, cuestiones como salir sin crossplay, con problemas de servidores, unos menús engorrosos, pase de batalla y varias divisas al estilo F2P de móviles no le ayudan, y menos teniendo en cuenta que se trata de un título de pago; que además algunos han pagado de más para jugar antes y se han encontrado una experiencia a medio cocer. Tiene buenos mimbres pero en su estado actual no es posible recomendarlo, más que con la esperanza de que todos estos problemas satélite se arreglen pronto.
Comprar Rematch- Controles muy bien pensados una vez te haces a ellos.
- Más divertido cuanta más colaboración hay.
- Todo tipo de problemas que emborronan el lanzamiento.
- La ausencia de crossplay hará daño a más de uno.
- Comprarlo ahora depende de la confianza en Sloclap.
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