En un momento en el que cada vez más las obras parecen atenazadas por la rígida dictadura de lo políticamente correcto, el retorno de una marca como Saints Row tras siete años de ausencia es un soplo de aire fresco. Aquí puedes encontrar el análisis y la videoreview del juego para saber si el título ha estado a la altura de lo que se esperaba.
Para mí la saga Saints Row siempre ha sido muy importante puesto que nunca la he visto como un competidor para la marca GTA, sino más bien como un soplo de aire fresco para un género bastante encorsetado: el de los mundos abiertos. Su alto grado de locura, en contraposición a la serie de Rockstar Games que casi al mismo tiempo iba volviéndose cada vez más seria, viene muy bien para desengrasar este estilo de juegos y tras el descanso de siete años que supuso Saints Row 4: Gat Out of Hell (la entrega que menos me ha gustado por ir demasiado lejos en su planteamiento de subvertir normas), recibo con los brazos abiertos el nuevo episodio. Y es cierto que es el más políticamente correcto de la serie (lo cuál será una decepción para mucha gente), pero también que es el más maduro en algunos aspectos. Sigue siendo una alocada comedia juvenil con gángsters, no busca ser más que eso en realidad, pero también da a algunos síntomas de la veteranía de una Volition que ha aprendido muchas cosas a lo largo de su trayectoria y las ha aplicado con éxito en el título en formas que te contaré más adelante.
No es un juego perfecto y me da la sensación de que, ya desde su concepción, eran muy conscientes de que no pretendían serlo. De hecho, es un título que se siente sorprendentemente cómodo en mecánicas jugables que tienen una década a sus espaldas. Ya te he adelantado, por lo tanto, que es un título conservador, pero toca descubrir juntos si es también divertido y espectacular como lo fue mi favorito de la serie: un Saints Row The Third que tampoco reinventó precisamente la rueda, pero que hay que ver lo bien que me lo hizo pasar.
Vuelve Saints Row
Suscríbete al canal de 3DJuegos en YouTube
En estos tiempos está de moda el reinicio de grandes franquicias, y en esta misma línea llega este videojuego que nos cuenta el inicio de la banda de Los Santos. Resulta curioso para un fan de la serie ver cómo son los orígenes de la indumentaria o del nombre de la banda, aunque nada está particularmente bien explicado o tiene una motivación razonable a sus espaldas. Más bien todo ello parecen decisiones peregrinas de los miembros o tomadas fruto de la casualidad, hay incluso un punto de desmitificación en todo ello. No obstante, el punto de partida es original y me gusta: formamos parte de un equipo de cuatro personajes que comparten piso y que pertenecen, cada uno de ellos, a una de las cuatro grandes bandas que pugnan por el control de Santo Ileso, la ciudad donde se ambienta el videojuego.
A partir de ahí se estructura la clásica historia de ascenso, en la que comenzamos desde lo más bajo: al inicio somos un mero empleado de una organización militarizada que mete la pata en un encargo y es expulsado. Hasta la cumbre del crimen organizado: escalando paso a paso por el organigrama criminal de la urbe y viendo un sinfín de traiciones, alianzas inesperadas y golpes de efecto de las que formaremos parte de forma directa. En un momento determinado hay incluso una decisión que tomar, que cambia la recta final del título, pero es un momento aislado de una narrativa que en el resto de ocasiones elige por nosotros nuestro camino.
De hecho, lo que más me ha gustado del videojuego es esa sensación de crecimiento constante y de que nosotros realmente estamos levantando un negocio criminal. No solo con los clásicos golpes, asesinatos, robos y extorsiones que forman parte de este tipo de propuestas, sino también a través de la creación de un emporio inmobiliario que nos lleva a ir sembrando de negocios la ciudad. Decir que gestionamos estos hospitales, lavanderías, talleres mecánicos o locales de restauración sería una afirmación muy aventurada que no podría ir más lejos de la realidad, sin embargo sí que nos permite elegir dónde los construimos y participar directamente de su buen funcionamiento a través de diferentes misiones que nos permitan eliminar la competencia y mejorar las prestaciones de todos ellos. Porque al final todo en Saints Row, y en lo que es más fiel reflejo de nuestro mundo, gira en torno al dinero y la reputación… como la vida misma.
La campaña se puede terminar en unas 12 o 14 horas si vamos al grano y nos centramos en las misiones principales que, como suele suceder en estos casos, son también las mejores. Donde Volition da el do de pecho es con ellas, proponiendo situaciones muy variadas y algunas secuencias realmente espectaculares a bordo de trenes, un asalto a un yate de superlujo, una entrada en una mansión gigantesca, persecuciones de infarto… Todo está pensado para ser más aparatoso y llamativo que cohesionado, así que con esta saga hay que saber a lo que venimos.
Se han tomado en serio la puesta en escena de las misiones pero resulta difícil mantener el interés por el hilo que las conecta
En Volition se han tomado en serio la puesta en escena de las misiones, pero resulta difícil mantener el interés por el hilo que las conecta. En primer lugar porque es difícil empatizar con unos personajes que, en su mayoría, no son más que estereotipos, y en segundo lugar porque la acción es lo verdaderamente potente del nuevo Saints Row. Quizá con una estructura narrativa mejor dirigida, o con una némesis carismática y claramente estipulada desde el comienzo, podría haber sentido más interés por la historia que se nos cuenta. Sin embargo lo complicado que resulta sintonizar con las motivaciones de los personajes principales y el vaivén de villanos y lo poco memorable de éstos hace que en la mayoría de las misiones estuviera deseando que se acabara la cháchara para que llegara lo mejor del juego: sus tiroteos. En este sentido lo que menos me ha gustado es que algunas de ellas tienen requisitos de cumplir determinadas cosas del mapa o actividades secundarias, si leísteis mi reportaje sobre Mad Max ya sabréis lo que opino sobre ese tipo de prácticas.
Volition puliendo el shooter
El estudio norteamericano se ha especializado claramente en el género de los shooters, y siempre ha ofrecido experiencias muy robustas en el campo de los tiroteos, el manejo de las armas y las posibilidades jugables de sus escenas de acción. Nada de eso sobra o falta en el título que nos ocupa, pero sí hay una sensación clara: el equipo ve aquí cómo culminan muchas cosas que han venido aprendiendo de juegos anteriores.
El dinamismo de todo lo que sucede y la variedad de las situaciones de acción a las que tenemos que hacer frente parece ser deudora claramente de las críticas (merecidas) que se le hicieron a Agents of Mayhem: un juego que sucumbió no solo a una campaña promocional sorprendentemente mal planteada, sino también a una sensación de monotonía que invadía todo su modo historia. Por otro lado, lo visto en Red Faction en cuanto a destrucción de escenario no alcanza cotas tan altas como en el shooter marciano, sin embargo sí que nos deja algunos momentos muy potentes que entraré a detallarte más adelante en el apartado técnico. Por último, también me gustaría destacar cómo han progresado las ejecuciones de la serie, a unos extremos realmente poderosos en esta ocasión y que parecen claramente deudores de las ejecuciones de su brillante y olvidado The Punisher: un juego al que no alcanza en cotas de violencia, pero sí en lo bien implementadas jugablemente que están estas animaciones letales.
Me gustaría que la progresión del personaje hubiera ido más allá en lo referente a las habilidades que desbloqueamos
Si metemos todo esto en una coctelera lo que obtenemos es un desacomplejado show de acción disparatada, donde todo está al servicio del jugador que traza su estrategia. Las ejecuciones, por ejemplo, al más puro estilo de DOOM y DOOM Eternal sirven para recuperar salud, de modo que el título siempre nos anima a aproximarnos a los enemigos y premia una actitud ofensiva en contraposición a la defensiva. Saber cuándo utilizar tanto este elemento como nuestras habilidades especiales hace que todo fluya y que la acción tenga un barniz táctico muy interesante. Sí que es cierto que me gustaría que la progresión del personaje hubiera ido un paso más allá, no tanto en cuanto a profundidad como en lo referente a las habilidades que desbloqueamos (bastante convencionales), pero sí que hay dos o tres cositas interesantes que puedes ver con más detalle en el videoanálisis que acompaña al texto.
Todo esto, unido al uso de los vehículos por tierra mar y aire y al diferente cariz que van adquiriendo las misiones, hace que sea un juego eminentemente orientado a la acción pero que ésta sea tan satisfactoria que nunca nos aburramos de ella a pesar de que realmente no aporta absolutamente nada al género. De hecho, si no fuera por el apartado gráfico y técnico, podría pasar en cuanto a diseño de misiones y esquemas de acción por un juego de hace unos cuantos años, casi en todo momento y salvo contadas excepciones. Eso no hace que el lanzamiento sea necesariamente malo, como es lógico, de hecho algunos de mis mejores momentos de este verano algo corto de nuevos lanzamientos han sido rejugando a títulos clásicos y los he disfrutado mucho; pero al estudio que antaño puso algunos géneros patas arriba con sus juegos o que los llevó al límite con su violencia hay que pedirle algo más que la tibieza de este título.
Una de las características más comentadas del juego ha sido la de la presencia del cooperativo, sin embargo no he podido probarlo todo el tiempo que desearía y, como siempre en estos casos, preferimos esperar a verlo en servidores públicos a partir del día 1 como prueba a modo de testeo final. Actualizaremos el texto con las conclusiones que obtenga de ello a partir de entonces.
Un mundo abierto repleto de cosas que hacer
Si algo tiene Saints Row en cuanto a la forma en la que está planteado su urbe es el síndrome del mundo abierto de Ubisoft, el que parece obligar a este tipo de videojuegos a llenar los mapas hasta arriba de iconos. En ese sentido, el título de Volition "no defrauda" y cumple a rajatabla con el estereotipo; sin embargo más allá de las misiones principales lo cierto es que el resto de cosas que ofrece son cumplidoras, pero ni especialmente originales ni demasiado atractivas.
Hay misiones de lealtad para que podamos llamar por teléfono a nuestros aliados virtuales y que éstos tengan mejores prestaciones en combate, algo que vendrá muy bien en algunos de los encargos más exigentes. Son las mejores de todo el elenco de actividades secundarias, y en algunos casos casi podrían pasar incluso por principales de no ser porque su presentación cinemática no está tan cuidada. Hay también las ya mencionadas que están relacionadas con la parte inmobiliaria, así como las clásicas cosas que podemos encontrar en este tipo de lanzamientos, como carreras, limpieza de áreas dominadas por otras bandas y un montón de coleccionables… en este caso tan absurdos y tan poco apropiados para un gángster como sacar fotos a lugares turísticos de la ciudad o rebuscar en los contenedores en busca de una serie de objetos de valor.
La sensación que dan todas las actividades secundarias son las de no estar demasiado trabajadas a nivel conceptual, lo que hace principalmente que funcionen cuando están vinculadas a grandes tiroteos: lo más divertido del juego. Cuando tratan sobre robar coches, repartir cosas o cualquier otra variante pierden notablemente el interés. Así pues, ayudan a apuntalar una sensación: cuando Saints Row se desmarca de lo establecido y hace el gamberro, no sólo se parece más a la esencia de la franquicia sino que también obtiene los mejores resultados. No es lo que sucede en más ocasiones, pero cuando pasa nos deja buenos momentos.
Desde el punto de vista visual, se ha leído y oído de todo sobre el juego. A mí me parece que estéticamente es un juego sólido, con entornos variados y con una estética y dirección artística que hace un buen trabajo para maridar las primeras entregas de la serie con lo que se espera de los nuevos tiempos y de una tecnología recientemente estrenada (aunque el juego sea intergeneracional). Eso sí, se le puede pedir más trabajo en el nivel de detalle de los escenarios, en algunos modelados de viandantes y en una fluidez que a día de hoy (y a expensas del parche día 1) todavía renquea en algunos de los modos disponibles. 4K, 1440p con fidelidad o con rendimiento que, de hecho, es mi favorito y el que recomiendo y 1080p también con dos ramas pero que sacrifica demasiado en cuanto a resolución para un televisor actual.
Las explosiones siguen siendo uno de los puntos fuertes de un estudio tan especializado en la destrucción como es Volition
Además, a día de hoy hay algunos problemas de popping (generación tardía de determinados elementos del escenario) que puede pasar de lo meramente molesto a nivel estético a ser directamente algo que entorpezca nuestro progreso como, por ejemplo, cuando dibuja demasiado tarde y casi en nuestras narices a otros vehículos. Así mismo, he encontrado algunos bugs, aunque me tranquiliza los mensajes que he intercambiado con la gente de Volition en el sentido de que la mayoría de los que me he encontrado ya los tienen localizados y corregidos a la espera de la certificación de la actualización para su lanzamiento, y que esperemos que el resto no tarden demasiado en ser solventados. Como siempre en estos casos, no somos excesivamente duros con los videojuegos de mundo abierto teniendo en cuenta la cantidad de variables que observan respecto a los que son de carácter lineal y que, como es lógico, siempre hacen más difícil su testeo.
Claro que estas quejas no son impedimento para que os asegure que hay cosas realmente potentes en el apartado visual del título. Por ejemplo, todo lo relacionado con la interacción con el escenario alcanza unas cotas realmente sorprendentes para tratarse de un mundo abierto. Obviamente esto no es un juego de la saga Red Faction, no puede alcanzar esas cotas porque hay mucho más entorno urbano y elementos que en Marte, sin embargo hay muchísimo que romper o hacer volar por los aires, ya sea con nuestros vehículos o a pie con disparos y estallidos. De hecho, las explosiones siguen siendo uno de los puntos fuertes de un estudio tan especializado en la destrucción como es Volition. El equipo americano lo sabe y hace que con apenas unos pocos disparos ya podamos hacer volar por los aires cualquier vehículo, y eso se agradece en un panorama tan flamígero como el que presenta el juego. Especialmente coches, barcos o helicópteros estallan en mil pedazos que caen a su alrededor, generando unas estampas imponentes. En última instancia me gustaría destacar un último detalle, y es el de cómo los tanques pasan por encima de otros vehículos. Eso ya lo hemos visto una y mil veces en otros videojuegos, claro, pero ver cómo nuestro carro blindado aplasta un coche y lo deja hecho un sello (ya sea por completo o solo por las partes afectadas por el "pisotón") sí es sorprendente y único, y se ha convertido en uno de mis efectos favoritos y que espero que empiece a implementarse desde este mismo instante en todos los mundos abiertos que están por venir.
Por finalizar, el apartado sonoro cuenta con una banda sonora muy completa en cuanto a los números, aunque algo irregular en la calidad o en lo conocido de sus artistas. Por otro lado, el título llega a nuestro país traducido únicamente en sus textos, con un buen doblaje en versión original.
Saints Row no es un juego muy profundo o que de que pensar, así que hay que saber a lo que venimos. Si somos conscientes de que es un título para desconectar y disfrutar de un entretenimiento desenfadado y sin grandes ínfulas, podemos disfrutar de una experiencia estupenda. Eso sí, a un estudio como Volition hay que pedirle más en lo referente a novedades e innovación para un juego que peca de ser excesivamente genérico y de estar anclado a lo que el género del mundo abierto lleva una década ofreciendo. Si somos capaces de obviar estas cosas y nos concentramos en disfrutar de la espectacularidad de su acción, hay risas y diversión para rato.
Comprar Saints Row (2022)- Las escenas de acción son espectaculares, y los tiroteos muy satisfactorios.
- Es el juego más conservador y políticamente correcto de la serie.
- Toda la parte del crecimiento de la banda y sus negocios está bien recreada.
- Mucha variedad de situaciones, es raro que hagas dos veces lo mismo.
- Los Saints Row siguen siendo juegos sin complicaciones, de diversión en estado puro.