No está siendo esta generación de consolas la mejor para el "survival horror". La acción se hace con el control, el terror pierde protagonismo y Konami no puede aguantar más la situación. Bajo estas circunstancias surge Silent Hill: Shattered Memories, un videojuego que retoma la memoria destrozada del género para reavivarla con un clásico reinventado. Y recuérdalo bien, porque esto no es un "remake".
En un momento donde los "survival horror" habían empezado a mutarse por los "action horror" (véanse Dead Space o Resident Evil 5), los japoneses de Konami aparecen para volver a poner las cosas en su sitio: a los enemigos en el papel de depredadores poderosos y a los usuarios en el lugar de las presas desprotegidas. El clima de opresión, de angustia y de auténtico terror psicológico regresará al escenario interactivo de manos de la maestra de ceremonias más inesperada: una Wii.
Por sorpresa y sin apenas expectación, nos llegan los primeros detalles del que puede convertirse en el gran "tapado" de la máquina de Nintendo para este 2009. Silent Hill: Shattered Memories quiere convertir al wiimote en una linterna para hacernos explorar una vez más el poblado que PlayStation descubriera hace diez años con el primer título de la franquicia. Eso sí, esta vez todo será diferente, y es que aquí está prohibido hablar de "remake", puesto que la palabra más adecuada es la de "reinvención".
Mismo pero diferente argumento. Semejante pero alterado protagonista. La creación de Climax (desarrolladores de Silent Hill: Origins) nos presenta otra vez la búsqueda de una niña a cargo de su padre, pero redefiniendo el concepto como lo haría Miyamoto con cada nueva entrega de Zelda. Idéntica base pero distinto contenido es la idea que ha guiado los pasos de unos desarrolladores que quieren reintroducir tanto a nuevos como a viejos jugadores en la misteriosa tierra de Silent Hill. Un viaje hacia las tinieblas más ocultas del miedo humano, pero también hacia un concepto de juego que lleva la intención de ofrecer una experiencia diferente a cada jugador (y no es una forma de hablar).
La reinvención personalizada de Silent Hill
El título comienza tal y como lo hiciera en 1999. Harry Mason ha tenido un extraño accidente de coche, su hija ha desaparecido y ahora debemos de acompañarle a buscarla. No obstante, en Wii hay múltiples diferencias, siendo una especialmente importante para comprender qué es lo que podemos esperar de Silent Hill: Shattered Memories. Ahora un psiquiatra nos pregunta -nada más comenzar- una serie de aspectos personales para así obtener un perfil psicológico que el título seguirá completando a través de cada acción que realicemos en la aventura.
Qué exploramos, qué items examinamos, cómo contemplamos nuestro entorno... Climax actúa como un director de cine personalizado que es capaz de dar a cada espectador su única y particular experiencia de juego. Los personajes, el diseño del mundo e incluso la conducta de los enemigos son producto de nuestra mente, de ese perfil psíquico que va actualizándose en una obra donde la única arma para defendernos es el ingenio.
Planteado en tercera persona, la reinvención del "survival horror" de Konami nos propone dejar las armas (repetimos: no hay armas) para intentar sobrevivir en una aventura donde los entes malignos nos perseguirán allá donde vayamos. Si nosotros podemos abrir una puerta, pasar a través de una ventana o superar una valla, los enemigos también podrán. Y no habrá lugar para esconderse, mucho menos cuando se sabe que Silent Hill va a ser un mundo sin instancias, es decir, sin tiempos de carga. Todo se genera en tiempo real, gracias a un motor preparado para soportar resoluciones en progresivo (480p) y el siempre bienvenido formato panorámico.
Yes, Wii can!!
La indescriptible calidad de nuestra linterna enfocando a los objetos del escenario multiplica su interés cuando vemos que hasta las sombras de los copos de nieve se proyectan sobre el suelo. Improbable de concebir en una Wii, pero posible en el día de hoy gracias a un trabajo de diseño que cuida la resolución de cada cartel y de cada mapa para que podamos apreciar todo al momento, sin necesidad de acceder a segundas interfaces que nos empujen fuera de la acción.
La tendencia hacia el minimalismo no desaparece ni cuando nuestro personaje accede al famoso inframundo de Silent Hill. No obstante, el entorno pseudoinfernal y gore original de 1999 pasa en esta ocasión a ser uno helado, capaz de modificarse al instante para cubrir de hielo una calle entera mientras que las farolas se apagan ante nuestros ojos hasta dejarnos en la más enigmática y siniestra oscuridad.
Hasta tal punto llega el minimalismo aplicado a Silent Hill: Shattered Memories que nuestro móvil -una flamante imitación de un iPhone- servirá para cambiar las opciones de juego, examinar nuestro directorio de contactos, realizar una llamada y -muy interesante- tomar fotos sobre lugares sospechosos con el fin de obtener pequeñas historias que nos ayuden a comprender la trama. Pero hay más. El móvil, como en la radio del primer videojuego de la serie, también emite ruidos para alertarnos de la presencia enemiga. Incluso a través de este artefacto recibiremos los mensajes de voz de la pequeña Cheryl, que contribuirán a articular un progreso cada vez más acongojante.
El verdadero "survival horror"
La cifra de trabajadores involucrados en esta inesperada entrega de Silent Hill alcanza el centenar. Se trata de una cifra elevada para un videojuego de Wii, lo cual habla mucho y muy bien del trabajo que se está dedicando, por supuesto, a la integración del wiimote dentro del espíritu de la franquicia. Dirige el movimiento de la linterna, maneja el móvil y nos ayuda a examinar el entorno e interactuar con sus elementos. En otras palabras, la jugabilidad del clásico de Konami se renueva en un proyecto que quiere retomar el concepto de "survival horror" tradicional.
Ya hemos hablado de que su principal caballo de batalla para conseguirlo es, en esta ocasión, un concepto de juego dinámico y con un argumento que se prometen modificables en función de nuestras acciones y conducta. Pues bien, ¿qué pasaría si este mismo principio se aplicara al apartado sonoro? Pues que a artistas como Akira Yamaoka -compositor de la serie- tendrían que pagarles horas extras.
En efecto, Silent Hill: Shattered Memories quiere que la banda sonora responda a cada cambio de situación e, incluso, a cada acción que realicemos durante la partida. Puede parecer una tarea imposible, pero si aquí están trabajando tantos profesionales será porque la creación es ambiciosa (aunque no más costosa que otras) y pretende abrir los ojos a aquellos que creían que en Wii no se podía hacer nada mejor. PS2 y PSP recibirán también un diseño específico -menos destacado que en la plataforma de Nintendo, así que todos a esperar hasta finales de año.