El puercoespín azul de SEGA regresa después de un año y medio de silencio con el segundo episodio de sus aventuras de Sonic 4, título repleto de plataformas, simpatía, acción, anillos… y algún que otro inconveniente jugable.
Después de una era de esplendor allá por los 90, el erizo azul de Sega pasó a desempeñar un papel secundario en este sector debido a sus cada vez menos populares aventuras plataformeras. Debido a esto Sega tomó la acertadísima decisión de volver a las raíces de la serie con Sonic Generations y el juego que nos ocupa, Sonic the Hedgehog 4, cuyo primer episodio apareció hace un año y medio en las principales plataformas.
Plataformas y velocidad
Dicho primer episodio consiguió reverdecer viejos laureles, al menos en parte, siendo un juego de plataformas 2D a la antigua usanza para nada sorprendente pero sí muy divertido, atractivo y lleno de vida. Debido a esto esperábamos con ganas esta segunda entrega de Sonic 4, capítulo que a pesar de su calidad nos ha dejado algo más fríos debido a ciertas deficiencias que más tarde os comentaremos.
La trama que sirve de excusa para plantear esta aventura plataformera sigue lo ocurrido en el episodio anterior, con el Dr. Eggman asumiendo otra vez el papel de malo de turno al que se suma Metal Sonic. Pero vamos, que como es habitual en la saga dicha historia carece de profundidad y es totalmente secundaria.
En cuanto al planteamiento del juego, éste sigue lo experimentado en la pasada entrega de Sonic 4 así como guiños claros a los primeros capítulos de Sonic (sobre todo Sonic 2), si bien se ha añadido alguna que otra innovación que enseguida os comentamos. Por lo tanto seguimos estando ante un juego de plataformas 2D que pone a prueba constantemente nuestros reflejos y habilidad con el pad, teniendo que superar cada una de las fases en el menor tiempo posible mientras recogemos anillos dorados (que hacen las veces de vida de nuestro personaje). Dichos escenarios están repletos de rampas, loopings, enemigos y saltos, lo que unido a la impresionante velocidad que es capaz de alcanzar Sonic, nos obliga a estar concentrados y con los ojos abiertos de manera invariable.
Y para añadir algo más de emoción, los desarrolladores han incluido también pequeñas zonas plataformeras puras, algún que otro puzle y, cómo no, los enfrentamientos contra jefes finales, batallas que en ocasiones pueden resultar algo “pesadas” por la repetición de los patrones de dichos jefes y su dureza.
A esta propuesta general se añaden algunas fases extra de planteamiento 3D similares a las vividas en Sonic 2, que aportan mayor diversidad a la aventura.
Segundas partes…
En esta ocasión son cuatro las zonas que nos esperan (Sylvania Castle Zone, White Park, Oil Desert y Sky Fortress) divididas a su vez en varios actos diferentes y a las que se suman las ya citadas fases de bonus más otra especial en la que podemos controlar a Metal Sonic, pero para desbloquearla es necesario haber adquirido los dos episodios de Sonic 4.
La duración total de unas y otras fases depende mucho de lo bien que se os den los juegos de Sonic y, sobre todo, de lo que se os atraganten algunos de los jefes finales. Pero para que os hagáis una idea, un jugador más o menos avezado puede superar los cuatro niveles al completo en 2 ó 3 horas.
¿Y no presenta ningún elemento novedoso este segundo capítulo? La respuesta es afirmativa, aunque no termina de convencernos en la práctica: la mayor innovación de este Episodio 2 de Sonic 4 radica en la inclusión de Tails como personaje acompañante.
Y es que ya sea jugando en solitario o en cooperativo a dobles, Tails siempre sigue a Sonic allá donde vaya. Y no sólo eso, sino que entre ambos pueden ejecutar acciones conjuntas como rodar por el suelo o planear por el aire. El problema es que la integración de este personaje no es perfecta en absoluto, y más parece haber sido contemplada en el último momento y con “calzador”. Sí, porque más que ser un aliciente, en muchas ocasiones la figura de Tails nos distrae en exceso y su presencia podría haberse sustituido fácilmente añadiendo algún que otro poder adicional al propio Sonic.
Técnicamente el juego utiliza un motor gráfico algo diferente al que dio cobijo a la pasada entrega, si bien las físicas de los personajes se han retocado ligeramente. La concepción de los protagonistas (Sonic, Tails, Metal Sonic, etc.) es notable y todos gozan de buenas animaciones y una apariencia notable.
Los decorados 3D tampoco lucen mal en absoluto, aunque la estética de algunos (como Oil Desert) no es que sea la más llamativa que hemos visto nunca en un juego de Sonic. Pero en líneas generales los fondos presentan un colorido magnífico, muchos elementos secundarios, múltiples planos de scroll y una solidez reseñable.
Peor ha sido lo relativo al apartado sonoro, que nos regala alguna que otra melodía de mérito de clara influencia 16 bit que queda un tanto empañada por otras más machaconas y repetitivas. Y en cuanto a los efectos sonoros, estos son demasiado escasos, limitándose a recrear los saltos, la recogida de anillos y poco más.
En resumen, después de un interesante primer acercamiento a Sonic 4 que supuso el episodio anterior, esta continuación nos parece un pequeño paso atrás. Sí, este segundo capítulo seguirá entreteniendo a los fanáticos de Sonic, pero después de un año y medio de espera Sega podría haber trabajado con más empeño en la elaboración de esta nueva entrega descargable de Sonic 4.
Lejos de mejorar el interesante primer episodio de Sonic 4, esta continuación queda por debajo de lo esperado por su falta de innovación, pequeños problemas jugables y escasez de ideas en general. Los seguidores de Sonic seguro que disfrutan con estas cuatro nuevas fases elaboradas por Sega y el Sonic Team, de eso no tenemos duda alguna, pero aquellos que no simpaticen especialmente con el erizo azul no tenemos muy claro si encontrarán los suficientes alicientes como para engancharse a esta aventura plataformera.
