A Sam Fisher sólo le quedaba infiltrarse en la nueva de Nintendo. Descubre la historia más oscura de este agente doble que se ve obligado a trabajar para los que atentan contra su país y todo esto con el peculiar control que nos ofrecen los mandos de Wii.
La cuarta entrega de Splinter Cell llega a Nintendo Wii tras haber recorrido el resto de plataformas de consolas de sobremesa y PC, de una manera un tanto peculiar, ofreciendo dos títulos complementarios y desiguales, diferenciándose las versiones de PC y Xbox 360 de las de PS2, Xbox, GC y Wii. Aunque para todas las consolas la historia es común, las misiones son complementarias entre sí y se podría decir que es necesario jugar a ambas para comprender mejor el guión. Dicha historia, como siempre, lleva el genuino sello de Tom Clancy, lo que ya nos predispone a una historia compleja con multitud de giros argumentales y situaciones catastróficas que deberemos evitar, o más bien ayudar a que Sam Fisher lo haga.
Que duro es ser agente doble
Comienza un nuevo capítulo en la vida de Sam Fisher, el que sin duda es el más triste de su historia y lo cambiará para siempre. La muerte de su hija y otro importante incidente, han hecho de Sam un hombre mucho más frío y solitario que de costumbre, casi extraño, poniendo su profesionalidad en entredicho. Con esfuerzo y tras varias sospechas, consigue entrar en un nuevo caso de una de las bandas más importantes de criminales, la de John Brown's Army.
La misión consiste en desmontar la banda desde dentro, ganándote su confianza, ya que las acciones de Sam serán esenciales para determinar nuestra lealtad tanto a la NSA como a la banda de JBA, pero siempre evitando que nuestra identidad quede en evidencia. Esto estará mostrado por medidores de confianza de NSA y de JBA, aumentando o disminuyendo cada uno de ellos por medio de nuestras acciones. Quizá este sea el único aspecto nuevo que han introducido para las versiones de Xbox, PS2 y Wii, ya que por lo demás se puede considerar casi una expansión del anterior título.
En el inevitable tutorial donde nos harán tomar el control de Sam Fisher, comenzaremos a despejar las dudas sobre como se ha conseguido llevar el control a los mandos de Wii. Para desplazarnos usaremos el stick analógico del nunchuck, mientras que para mover la cámara tendremos que apuntar continuamente a la pantalla con el wiimote. Las habilidades de Sam serán realizadas, unas con movimientos y otras con botones, por ejemplo saltar elevando rápidamente el nunchuck, o pegarnos a una pared inclinándolo hacia un lado. Al principio resulta extraño, pero a medida que avanzas te vas haciendo con la dinámica.
Los Gajes del oficio
El que conozca la saga sabrá que no nos encontramos ante un título en el que predomine la acción a raudales, sino que la estrategia y el sigilo, resultan más efectivos que disparar a lo loco. Sam tiene un gran repertorio de habilidades de infiltración ya que podremos escalar tuberías, disparar desde ellas, saltar entre dos paredes u ocultarnos en cualquier rincón. También deberemos aprender a usar la ganzúa (girando el Wiimote), mirar por la cerradura de las puertas o asomarte tras una esquina. Una de las mayores características de Splinter Cell es que se premia la discreción y la habilidad para evitar el mayor número de bajas, reportándonos un rango o evaluación al final de cada misión, pero una cosa no quita para la otra, y por si acaso contaremos con un amplio arsenal armamentístico.
Tras la corta introducción para hacernos con los mandos, Sam será encerrado en prisión para comenzar su peculiar ataque desde dentro de la organización terrorista, momento en el que el juego comienza realmente.
En las misiones en las que se subdivide este título, tendremos que realizar trabajos tanto para la NSA como para los terroristas de la JBA, y en cada caso tendremos un repertorio de utensilios y armas diferentes. El famoso fusil multiusos SC20K con diferentes tipos de balas, cámaras de vigilancia, dardos eléctricos, la versátil pistola capaz de disparar y emitir descargas eléctricas, visores térmicos, nocturnos, electrónicos…
Por supuesto que también llegará la hora de enfrentarnos a los enemigos, pero siempre con suma cautela ya que nuestra barra de vida se agota enseguida si recibimos unos pocos disparos. Recuerda que el sigilo es crucial, tanto como para no llamar la atención y alerten a más soldados, como para no desperdiciar tontamente munición o incluso hacerlo con nuestras propias manos. En otros casos necesitaremos la cooperación de un aliado para que nos ayude a subir a alguna plataforma inalcanzable o para pulsar un interruptor. A veces deberemos obligar a "cooperar" a un enemigo para que nos de alguna información o abrir una puerta con el escáner de retina.
Las horas de juego que nos ofrece este título no resultan muy elevadas, aunque aumentan si queremos conseguir los tres finales a los que llegaremos, dependiendo de nuestras acciones a lo largo del juego.
¿Qué te ha pasado, Sam?
Aunque las habilidades de Sam Fisher en el pasado nos pudieron impresionar excepcionalmente, en esta versión Wii, salvo el control, no parece no haber habido ninguna gran evolución desde la anterior entrega. Empezando por los modos de juego, que con la ausencia del juego online de Nintendo, sólo se ha quedado con el modo individual más las misiones cooperativas extra; pasando por un apartado técnico y visual muy similar al de PS2, incluyendo escenarios, efectos de luces, animaciones, e incluso la baja resolución de algunas texturas.
El sonido sigue la misma línea, por una parte contamos con los mismos brillantes efectos sonoros de siempre, pero por otra con los sublimes doblajes al castellano con los que nos suele deleitar Ubisoft. De lo mejor.
Double Agent en su versión Wii presenta sus luces y sus sombras. Un modo de control sencillo y divertido a la larga, un argumento muy trabajado y un aspecto visual correcto, se ven oscurecidos por la ausencia de juego online, una IA mejorable, y ciertos errores de cámara. Se esperaba más, pero a pesar de todo no deja de tener el sello de calidad que atesora Splinter Cell.
