Un veterano en el arte del skate llega a Los Ángeles para demostrar su valía tras el paso por PS2. Música punk californiana, unas buenas rodilleras y muchas acrobacias. Quizá ya no es tan original, pero si divertido.
Después de varias partes de la serie Tony Hawks a nadie le coge por sorpresa el tirón que puede provocar un juego de estas características. Sin lugar a dudas este será el estandarte de los juegos deportivos por mucho tiempo, pues la adicción que generan es bastante elevada. Sin embargo, y dada la cultura en la que están inscritos este tipo de entretenimientos juveniles, no te verás muy identificado con el juego si lo tuyo no son el skate y la bici BMX.
Pero, por otro lado, aunque lo tuyo no sea el deporte y sí las emociones fuertes, estarás ante el juego que te haga vibrar por completo. Conduce tu tabla de skateboard con el máximo temple posible, rodea los obstáculos y gana puntos por acrobacias imposibles. Sólo el más avispado de los “skaters” puede sortear las dificultades de forma fácil.
Inmiscuirse en la cultura “punk” es un reto ante el que se nos abren las puertas para vivir una vida dedicada por completo a la tabla de skate. Ya desde la lejana década de los 80, a principios, comenzó a despuntar esta manifestación cultural. Lo que primaba era la actitud irreverente, circular con una tabla lo más rápido posible, utilizar cualquier tipo de vía pública para demostrar nuestras habilidades. Y hoy en día sigue prevaleciendo ese espíritu, quizás incluso hasta se haya radicalizado aún más. Porque ya no sólo entra en juego la actitud del “patinante”, sino el estilo de otras manifestaciones como pueden ser los “graffiteros” (ya muy vinculados al mundo del skate), la música hip hop, e incluso el modo de vestirse (vestimenta de prendas anchas y parches). El espíritu primerizo se volatilizaba por momentos, pero lo que ha conseguido este Tony Hawks American Wasteland es divinizar el estilo punk, el pionero por antonomasia del patinete.
Soy Punk y de Carabanchel
Cualquiera que lleve un mínimo de tiempo en el mundo de los videojuegos habrá probado alguna vez alguno de los títulos de Tony Hawks. Recordemos que este personaje es una de las figuras más representativas del movimiento “skate”. A los 16 años de edad ya era todo un as en este deporte, entró a formar parte de un grupo bastante valorado, llamado Bones Brigada. Aquí fue donde se forjó la leyenda, hasta llegar a lo que se ha convertido hoy, en todo un patinador de experiencia contrastada. En su palmarés se puede incluir una gran cantidad de logros, como puede ser la obtención de un 720 (dos vueltas completas) en el `85, o en el año 1999 cuando logra realizar un 900 (dos vueltas y media). Estos son grandes éxitos en una carrera poblada de gran cantidad de campeonatos de skate ganados.
Pero cualquiera que pretenda meterse de lleno en este mundo debe comprender que está íntimamente ligado al punk. Sin ese concepto bien aprendido no podemos sentir la verdadera fuente de la que proviene la actitud de este mundo del patín. El punk transmite energía, ganas de moverse, trasgresión hacia la norma, sentimiento de libertad y negación al acatamiento de las normas establecidas.
Cuando iniciamos el juego, además de toda la parafernalia que lo rodea en cuanto a configuraciones (bastante bien resueltas), podemos introducirnos en un modo historia con mucho jugo. Todo se ha cubierto de una estética de cómic en los menús y accesos a las diferentes áreas de configuración. Desde el comienzo, donde elegimos al personaje que nos servirá de protagonista, ya vemos unos dibujos y gráficos muy rocambolescos. Nuestro amigo Mindy, un personaje creado para guiarnos en nuestros primeros pasos, nos indica que es imprescindible poseer un buen estilo y estética cuidados para llegar a ser un gran patinador.
El amo de la pista
Dentro de lo que es la partida en si se nos abre un extenso territorio metropolitano por descubrir. En los inicios lo más probable es que detestemos el uso de las teclas para este tipo de juegos. Lo más efectivo es usar un control pad como el de las consolas, para realizar mejores y más efectivos movimientos, pero si no es tu situación tendrás que adaptarte a los que un teclado de PC nos brinda, es decir, dificultad para maniobrar decentemente.
Si eres conocedor de la jerga del skate te sonarán nombres como acrobacia de “slip”, o “grind”, incluso los archiconocidos “graps”. Todos estos movimientos acrobáticos con nuestra tabla requieren de una concentración y un saber hacer muy superiores a la media. Para poder aprender todos los movimientos disponibles, se hace imprescindible tener a mano el manual que se adjunta con el juego, en caso contrario vaticino que más de uno se desesperará al ver que sus intentos son fallidos.
Lo más lógico es poder jugar en primer lugar en una pista de entrenamiento, donde aprenderemos todo los trucos más usados y los movimientos más básicos.
Todo pinta bien, pero…
Aunque gráficamente este Wasteland es aceptable, si que se nota su conversión directa de las consolas, sobre todo de las máquinas de Sony. Los compatibles se merecen juegos adaptados a su potencia y el que hoy nos ocupa parece no pasar la prueba. Todo el entorno parece demasiado plano, con escasos detalles en las edificaciones, el color demasiado irreal y unos modelados un tanto poligonales para ser un juego actual. Sólo le salva su carácter desenfadado y juvenil, de tintes bastante macarras y aptitud irreverente por los cuatro costados.
No obstante el desarrollo del juego viene a ser variado gracias a los atributos de los escenarios. En ellos podemos encontrar cristales que se rompen, objetos que a merced de nuestros movimientos se desplazarán gracias a nuestro “empuje”; además podremos interactuar casi con todo lo que se nos ponga por delante para realizar las acrobacias.
Quizás el modo de juego más espectacular sea el que representa la BMX. Junto con la bici y su peculiar estilo de dirigirla, esta particular vertiente del juego absorberá a los amantes de las dos ruedas. Los movimientos de las teclas serán los mismos que con el patinete. Quizás nos cueste más habituarnos al estilo visual de este medio de locomoción, pero eso es cuestión de tiempo, disfrutaremos igual o incluso más…
Diversas formas de diversión
Los modos de juego de este divertido American Wasteland se presentan como una posibilidad de variar a lo largo de la partida, dado que los modos normales, donde iremos haciendo acopio de puntos por acrobacias pueden parecer algo repetitivos. Por ello se han incluido otros modos, como el de “historia”, con gran cantidad de misiones disponibles que pondrán a prueba nuestras dotes de estilo y de pericia. Por todo el perímetro de la ciudad de Los Ángeles podemos entrar en tiendas donde cambiar la tabla, la ropa o los mismos tatuajes de nuestro personaje. Como ves completamente personalizado. Para poder gastar el dinero en estas tiendas lo mejor será encontrar personajes con el símbolo del dólar encima de su cabeza. Estos personajes nos ayudarán para localizar los “objetivos de dinero”, pulsando sobre la tecla 4 del teclado numérico justo al lado del personaje se activará este régimen especial. Después de esto el objetivo quedará activo, permitiéndonos disponer de dinero extra si cumplimentamos la misión.
Además de estos momentos de “colegeo”, habrá otros donde el ingenio y la capacidad creativa nos permitan ganar unas moneditas. En este sentido, plagiando casi a nuestro anteriormente comentado Marc Ecko´s Getting Up, nos encontramos con la posibilidad de pintar unos cuantos “graffitis”. Si en nuestro rodar por las calles nos topamos con uno de los concienzudos pintores del asfalto, pulsando también la tecla del número 4 podemos activar un modo donde ayudamos al graffitero a acabar su obra. Si todo ha ido bien se nos premiará con una generosa cuantía monetaria.
Pero no acaba aquí todo, existe otro modo bastante atractivo y es el de los “desafíos patrocinados”. Tan sólo has de acercarte a una de las tiendas de skateboard que veas y pulsar 4 en el exterior, se abrirá una pantalla donde veremos los desafíos disponibles. Con cualquiera de ellos escalaremos por nuestras estadísticas (mediante puntos) y así mejorar las habilidades.
También se ha incluido un modo de juego para dos jugadores mediante opciones del menú inicio. Si quieres medir tu pericia junto a otro jugador, este será el modo que más te gustará probar. Aunque para competir debes conectar otro teclado a tu ordenador para que la experiencia sea lo más completa posible.
Existen, a su vez, partidas multijugador con variedad de retos. A los clásicos de reto de puntos y de captura de bandera (en este caso “corona”) se unen otros como la “Lucha de Fuego”. Este reto se traduce en poder disparar bolas de fuego con nuestra tabla de skate. Cuantas más combinaciones logremos hacer, más crecen las bolas de fuego. Nuestro objetivo es eliminar a nuestro contrincante con estas llamaradas del infierno.¡¡Cuidado que queman !!.
Sube la música
Si nos paramos a oír la banda sonora de este juego, habrá grupos que nos suenen mucho y otros, no tanto. Lo que se pretende transmitir es mucha energía y sensación de velocidad. De todo esto se encargan los punkeros Dead Kennedys, los metaleros Mastodon, grupos míticos como Venom, clásicos como The Doors o también bandas más modestas del estilo punk americano como The Bravery. Agarra tu patinete o tu bici BMX y al ritmo de estos intérpretes patea las calles hasta dejarte la suela de las zapatillas en el asfalto.
Haz la prueba y súbete a disfrutar con tus ruedas, ya sea en forma de tabla de skate o bmx. Si buscas calidad técnica no obtendrás la satisfacción por completo, sin embargo si eres un fan de los deportes de riesgo con más solera, agárrate, porque vas a tener para rato. Tony Hawk´s American Wasteland es un producto para sibaritas de los movimientos estrambóticos, si eres capaz de memorizar la increíble lista de movimientos y acrobacias especiales, ¡bravo por ti!. Diviértete más aún con un pad de juegos, casi obligado tener uno para sacarle todo el jugo a este nuevo capítulo.
