Existe el refrán castellano "no es tarde si la dicha es buena", y para la gigante surcoreana Nexon, ese dicho es como una ley con Vindictus: Defying Fate. El universo Vindictus, influenciado por la mitología celta, vio una primera interacción allá por 2010 con un MMO que, aunque aún está vivo y con una comunidad dedicada, difícilmente despuntó entre sus competidores. Aún con ello, en lugar de dejar la licencia ahí, limitada a una sola obra con una comunidad que año a año ha ido abandonando el juego, la gigante asiática ha decidido expandirla en un RPG en tercera persona, mucho más mainstream en sus mecánicas y con una estética mucho más marcada, hiperrealista; capaz, ahora sí, de llamar la atención de propios y extraños, porque es mejor hacer las cosas tarde que nunca, y en 3DJuegos ya hemos probado este nuevo RPG de acción para un jugador.
Han sido dos semanas algo intensas en lo que se refiere a la resurrección narrativa y conceptual de Vindictus, o Mabinogi Heroes como se conoció en Corea del Sur, con un anuncio a bombo y platillo el 1 de marzo, y una primera pre-alfa apenas 10 días después. Las ganas de ver qué tenían entre manos los coreanos son obvias y, de hecho, el propio estudio está interesado en abrirse a un nuevo mercado Occidental, así que una prueba anticipada de la versión temprana del juego no suena extraño en este caso.
Nexon quiere tantear a los jugadores y aunque Vindictus: Defying Fate por ahora no sea más que un par de assets colocados con algo de gracia en un mapa acotado, tras probarlo puedo decir que ha sabido llamarme la atención. Quizá sea porque me esperaba un RPG más soulslikeiano o porque no sabía bien qué esperar, pero su idea de acción hack and slash clásica, de machacabotones y animaciones cuidadísimas me hacen tener ganas por un juego que, por ahora, está lejos de llegar al mercado y de un universo que jamás había probado.
Acción desgarbada y rápida
Con la necesidad de que todo RPG tenga cierta inspiración en la saga souls, la idea de otro soulslike puro no se me hacía tan apetecible. Aunque es cierto que la fórmula de FromSoftware ha calado en el nuevo Vindictus, la obra de los coreanos tira mucho más hacia la acción alocada y rápida de los hack and slash, un estilo de juego donde te desentiendes de estamina o los porcentajes de daño y de defensa de según qué arma y armadura, y te preocupas únicamente de dar el golpe certero y del cuarteto de habilidades que tiene para lucirte en combate.
Si bien es cierto que, como he comentado, la prueba de Vindictus ahora es la de un juego que apenas tiene una serie de cosas claras y todo esto puede variar, el RPG de Nexon tampoco dice no a ciertos detalles propios de los soulslike. Supone una mezcla extraña donde la balanza tira más al hack and slash que a Dark Souls, pero de aquellos recupera la vida no regenerativa, las hogueras para mejorar habilidades y los viales de salud. No son elementos capitales, al menos no más que el consabido parry o la pérdida de progreso si morimos, pero no son malos añadidos a la mezcla.
La acción se siente rápida y bien. Es divertido golpear y las cuatro habilidades que tenemos, que se activan con la mezcla de R1 o RB más cualquiera de las teclas de acción, ofrecen espectacularidad y gallardía en los momentos donde estamos en desventaja. Apenas hay dos personajes, Fiona y Lynn, y aunque no estamos ante una experiencia cooperativa, más cercana en realidad a la saga Devil May Cry, la diferenciación de personajes es llamativa. Ella aprovecha los golpes certeros, de esos de no fallar un golpe, y cuenta con un escudo para poder defenderse; él por su parte es más de ataque en área, alocado y sin escrúpulos, pero con el "problema" de no poder defenderse de los ataques, solo rodar para recalcular la próxima andanada de golpes.
De hecho, aquí me quiero detener en el mimo de Nexon porque la acción sea clara incluso aún estando en una versión temprana del juego. Las animaciones que maneja el equipo surcoreano son evocadoras y, ante todo, vistosas, porque Vindictus se debe a la espectacularidad. Se debe a los golpes locos y a los momentos anime con el personaje parado en su pose de victoria tras un golpe.
Por ahora, eso sí, nada de momentos QTE de esos de lucirse, aquí la acción contra los jefes finales, apenas dos en esta pre-alfa —sin mucha esencia hay que decir—, tira más hacia el terreno de los soulslike con un concepto de enemigo-esponja y con mucha vida. Falta ese toque de pulido en sus contrincantes, minions y bosses por igual, para hacerlo más redondo, pero poca queja puedo poner sobre la mesa pues hablamos de una demo técnica más que algo tangible.
Creo que puede haber público para Vindictus: Defying Fate. La espectacularidad del hack and slash, dejando de lado el férreo sistema souls, aporta un toque épico como solo la acción coreana sabe hacer. Además, incluso en lo visual es capaz de atraer. Está poco pulido, pero Unreal Engine 5 nutre el juego con garbo, solo falta que la estética dé paso a un contenido con más peso y podemos estar ante un juego a tener en cuenta.
Eso sí, nada de un lanzamiento cercano. El nuevo Vindictus no llegará este año 2024 y tampoco se espera para 2025, al menos por ahora. Llegará, eso sí, para PC y consolas de nueva generación, o al menos esa es su intención. Por ahora, solo resta esperar.
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