He estado enganchada a un juego sobre unas galletas horneadas para la guerra. Os cuento la evolución de un juego adorable hacia una saga oscura con brujas y conflictos

He estado enganchada a un juego sobre unas galletas horneadas para la guerra. Os cuento la evolución de un juego adorable hacia una saga oscura con brujas y conflictos

Te contamos la historia de Cookie Run, tu próximo juego de móvil favorito, y cómo pasó de ser un juego de correr a un ARPG

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Cookie run kingdom
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Bárbara Gimeno

Editor

En 2009, la compañía surcoreana Devsisters tenía una idea sencilla: un juego para el móvil en el que una galleta escapaba del horno antes de ser devorada. Así nació OvenBreak, un endless runner en el que el jugador debía esquivar obstáculos, recoger gelatinas y mantenerse con vida el mayor tiempo posible. El éxito fue tal que en 2013 lanzaron Cookie Run, una evolución que arrasó en Asia y que marcó el inicio de una franquicia que todavía hoy continúa siendo un éxito.

Durante muchos años, Cookie Run se mantuvo como un juego arcade, con un enfoque más centrado en la jugabilidad que en la historia. Pero algo cambió en 2021, cuando Devsisters apostó por un giro radical: transformar su simpático universo de galletas animadas en un ARPG con gestión de recursos, batallas y una narrativa sorprendentemente compleja. Así es como llegamos a conocer Cookie Run: Kingdom.

Un reino de azúcar, una guerra de fondo

Lejos de conformarse con ofrecer un nuevo gameplay, Cookie Run: Kingdom propuso un nuevo mundo al completo. El jugador debe gestionar una ciudad de galletas, mejorando edificios, recolectando recursos y ampliando su imperio con cada nueva receta o personaje desbloqueado. Pero, además, tiene que formar equipos para combatir en mazmorras, campañas y modos PvP, donde la estrategia es el punto clave.

La jugabilidad combina elementos de construcción de ciudades al estilo Clash of Clans, con combates automatizados que requieren una preparación previa. Las galletas tienen roles (tanques, sanadores, DPS), clases y habilidades especiales, por lo que elegir un buen equipo es esencial para ganar nuestras batallas. Todo está envuelto en una estética vibrante con animaciones fluidas que refuerzan su identidad cozy, a pesar del trasfondo narrativo más oscuro que se esconde detrás.

Lo curioso es que, incluso con esa capa adorable, el juego no rehúye el drama en absoluto. Desde el inicio, el jugador descubre que las galletas legendarias han sido derrocadas por una traición, y que el mundo está sumido en el caos. A medida que se avanza en la historia, aparecen elementos tan intensos como la desesperanza existencial, la pérdida y la lucha contra un destino preestablecido. Vamos, que "disfraza" un poco todo ese drama con una estética cozy para rebajar, o incluso podríamos aventurarnos a decir que usan la estética cozy un poco de manera irónica.

Desde el inicio, el jugador descubre que las galletas legendarias han sido derrocadas por una traición, y que el mundo está sumido en el caos.

Un lore que nadie vio venir

La historia principal del juego se construye en torno a las llamadas Galletas Ancestrales: seres antiguos que fundaron cinco reinos, cada uno con su propia cultura y política. El conflicto surge con la aparición de la Hechicera Oscura, una antigua heroína convertida en villana al descubrir que las galletas fueron creadas únicamente para ser comidas. Su revelación desencadena una guerra civil, alianzas rotas y un mundo que intenta encontrar su sentido.

Este giro no es casual. Los propios Devsisters, los desarrolladores, explican que su objetivo era crear algo más que un juego de galletas corriendo. Querían una historia con significado, con personajes que luchan por sobrevivir en un mundo injusto. Así nació esta fusión entre lo cute y lo trágico, que ha logrado enganchar a millones de jugadores no solo por su estética, sino por la complejidad de la historia.

Cookie run Kingdom

Algunas tramas son particularmente interesantes, como la de Galleta Lirio Blanco, quien tras descubrir el propósito de su creación se convierte en el centro del conflicto. O la de Galleta Chocolate Negro, que intenta redimirse mientras lidia con su pasado violento. Las galletas ya no son solo snacks que hablan; son personajes con profundidad emocional, dilemas éticos y traumas sin resolver.

Entre lo cozy y lo oscuro

A simple vista, Cookie Run: Kingdom podría confundirse con cualquier otro juego de móviles lleno de colorines llamativos, pero bajo esa fachada se esconde un título con una ambición narrativa poco común en el género. En palabras de sus creadores, querían que las galletas reflejaran "todo lo que hay en el mundo humano", incluyendo la tristeza, la injusticia y la esperanza.

En 2022, los jugadores vieron cómo la historia alcanzaba cotas de intensidad dignas de un JRPG. Los paralelismos con narrativas religiosas, los conflictos internos de los personajes y la batalla final demostraron que Devsisters no se conformaba con ofrecer un pasatiempo adorable. Querían contar una historia que sorprendiera y emocionara.

Cookie Run Kingdom

Esto ha generado una comunidad particularmente activa, que analiza el lore, comparte teorías y espera con ansiedad cada nuevo capítulo. Lo que comenzó como un juego sobre hacer galletas, se ha convertido en un universo vivo, con una mitología en expansión y una narrativa que no deja de evolucionar.

Una historia que todavía no termina

En 2024 y 2025, Devsisters ha seguido expandiendo el universo con nuevas actualizaciones, eventos temporales, capítulos de historia y colaboraciones. Se han introducido galletas inspiradas en distintas culturas, personajes con motivaciones y nuevas mecánicas que añaden profundidad al sistema de combate y gestión. Además, se ha reforzado la narrativa con cinemáticas, eventos interactivos y mayor presencia de los personajes secundarios.

El éxito de Cookie Run: Kingdom ha demostrado que los cozy games no están reñidos con la ambición narrativa. A veces, los títulos que parecen más simples acaban ofreciendo las reflexiones más profundas. ¿Qué significa vivir cuando tu destino está escrito? ¿Qué valor tiene la libertad cuando fuiste creado con un propósito impuesto? Preguntas filosóficas que no esperarías encontrar en un juego de galletas... y, sin embargo, ahí están.

Al final, Cookie Run: Kingdom no es solo un juego sobre hornear galletas o construir una ciudad bonita. Es una metáfora inesperada sobre la identidad, la rebelión y el deseo de tener control sobre tu propio futuro. Y todo comenzó porque, como ellos mismos dicen, solo querían hacer galletas.

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