Sabemos que a día de hoy Netflix tiene planes para adaptar a imagen real títulos tan exitosos como BioShock y Gears of War. Además, estos días se está anunciando el reparto para la serie live-action de Assassin's Creed; sin embargo, el servicio de suscripción no se conforma con estos proyectos. Esta semana también hemos conocido el interés de la plataforma por desarrollar un largometraje basado en Kingmakers, un videojuego de acción, disparos y estrategia que promete "petarlo" en Steam… cuando se lance.
Efectivamente, la futura dueña de Warner Bros. (si los organismos regulatorios no lo impiden) no ha esperado al estreno de este título viral en PC (tiene cerca de 100.000 seguidores en el comercio de Valve) y ya ha adquirido sus derechos cinematográficos. El objetivo es desarrollar una película en colaboración con 21 Laps —la productora de Shawn Levy, director de Deadpool & Wolverine— y Story Kitchen. Según fuentes contactadas por Deadline, también se ha confirmado que Christopher MacBride (The Education of Fredrick Fitzell) está escribiendo actualmente el guion, por lo que la cosa parece ir para adelante.
Un videojuego retrasado indefinidamente
No hay más detalles que compartir por el momento y cabe la posibilidad de que este proyecto de Netflix termine en un callejón sin salida. Aun así, la noticia ha sorprendido a más de uno por aquí por dos razones principales: primero, porque Kingmakers parte de una premisa bastante disparatada que puede resultar muy divertida de jugar pero complicada de trasladar al cine; y segundo, porque adapta una obra de la que aún desconocemos su rendimiento comercial. De hecho, sus autores retrasaron recientemente el lanzamiento de forma indefinida a solo unos días de la fecha original, lo cual nunca es una buena señal.
Dicho esto, ¿de qué trata Kingmakers? Básicamente, nos pone en la piel de un operativo de élite del futuro que viaja en el tiempo hasta la Inglaterra medieval. Su objetivo es cambiar el curso de la historia para evitar un apocalipsis, pero lo hace sin intención alguna de pasar desapercibido. Esto implica enfrentarse a legiones de caballeros y arqueros utilizando rifles de asalto, granadas y camionetas blindadas y un largo etctétera. En resumen: llevar todo un arsenal del siglo XXI a una guerra de espadas, escudos, flechas y castillos.
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