Pese a que existen mods para jugar sin gafas y la tentación es fuerte, no puedo recomendar esta forma de jugar a Alyx.
¿Os acordáis del cuento de la rana y el escorpión? No se puede cambiar la naturaleza de las cosas. El escorpión siempre va a picar y Half-Life: Alyx siempre va a ser un juego de realidad virtual. Por mucho que se hagan parches que permitan, técnicamente, pasarte el juego sin este dispositivo. He podido seguir el progreso de los diferentes mods que adaptan el juego y sí, reconozco el mérito que hay detrás de ese arduo trabajo. Han ido mejorando, incluso, permitiendo no tener que acceder a la consola para atravesar las puertas y otras situaciones imposibles de resolver. Pero jugar a Half-Life: Alyx sin VR es despojar a la obra de su alma, no hay forma más sutil de describirlo.
De hecho, más que las propias gafas, que también, son los mandos lo que necesitan adaptarse correctamente. Los guantes Russels son la evolución más orgánica del arma gravitatoria, que nos permite atraer cualquier objeto a nuestras manos con un sencillo giro de muñeca. La forma de agarrar estos objetos, manipularlos y soltarlos no necesita de tutorial alguno, pues imitan la realidad. Es, sencillamente, una de las mejores experiencias que hemos tenido en el medio. Con los mods, esta inmersión se pierde completamente. No tanto porque se gamifique, sino porque no funciona como se espera. En las pruebas que he visto, Alyx es incapaz de coger bien la pistola o manipular los hologramas de los puzles en tres dimensiones. No me quiero ni imaginar cómo deben ser las partes más avanzadas del juego...
No estamos solventando un bache técnico, sino eliminando un elemento vital del diseño de juego
Cuando hablamos de que Half-Life: Alyx tiene que ser disfrutado en VR, para que me entendáis, no estamos ante un caso similar a las distintas conversiones y saltos gráficos típicos en las generaciones de consolas. No es como elegir entre la versión de Bayonetta de PS3 y Xbox 360, ni siquiera sería comparable a jugar a Doom Eternal a 320x240 de resolución. Por seguir con la analogía, sería como jugar a Bayonetta sin tiempo brujo, sin ejecuciones y sin la mitad de los combos. A Doom sin súper escopeta. Como jugar a un Gears sin recargas activas, coberturas ni Lancers. A Bloodborne sin esquivar o a Sekiro sin cubrirse. No estamos solventando un bache técnico, sino eliminando un elemento vital del diseño de juego. Que técnicamente se pueda hacer no significa que debas hacerlo.
Lo que saco en claro de todas estas ganas de jugar a Half-Life: Alyx, aunque sea de una forma que, definitivamente, no hace el juego divertido y lo despoja de su esencia, es que hay muchísimo interés en saber qué pasa a continuación en el mundo de Ciudad 17. Eso es perfectamente comprensible, y a todas esas personas que no se pueden aguantar les digo lo siguiente: en vez de jugar mal a uno de los juegos más audaces de nuestro tiempo, id a Youtube y ved el final. Sin reparos ni remordimientos. Quítate la espinita. Participa de la conversación y de las teorías. Y, más adelante, cuando puedas hacerte con unas gafas, disfruta de uno de los mejores juegos de la generación.