Con sus cosas extraordinarias y sus cosas no tan boyantes, The Division es una de las propuestas más atractivas en lo que llevamos de 2016. Adictivo hasta extremos sorprendentes y cargado de contenidos, hay poco que reprocharle en su faceta de valor-precio.
Un videojuego muy completo; Esa es la principal sensación que deja The Division 2 en el jugador. Es un título en el que se puede invertir sin miedo tanto nuestro dinero como, lo que es más importante, nuestro tiempo.
La experiencia de The Division dividió a los aficionados entre quienes disfrutaban de pasear por su Nueva York inmejorablemente ambientada, y quienes gozaban principalmente de sus potentes secuencias de acción. Subsuelo va destinado, directamente, a los segundos; con una propuesta que no se anda por las ramas, que es plenamente consciente de la fortaleza de sus tiroteos y que los explota al máximo.
Bombshell es un Action-RPG con ecos de la vieja escuela que, lejos de adaptar las posibilidades de un shooter de perspectiva isométrica a los nuevos tiempos, queda anquilosado en una serie de decisiones erróneas que muchas de sus referencias llevan ya décadas tomando acertadamente.
