Yakuza: Dead Souls
PS3Un pobre sistema de combate y una excesiva repetición de patrones jugables han condenado a este interesante spin-off de la serie Yakuza, que se ha quedado muy lejos de las expectativas depositadas sobre él.
Un pobre sistema de combate y una excesiva repetición de patrones jugables han condenado a este interesante spin-off de la serie Yakuza, que se ha quedado muy lejos de las expectativas depositadas sobre él.
Escasos recursos, poco tiempo y falta de experiencia… Probablemente estos han sido los mayores problemas de la nueva desarrolladora dedicada a dar vida a los transformers en el mundo del videojuego. Rise of the Dark Spark cae en lo genérico con un third person shooter monótono, corto y no carente de errores tanto de diseño como de programación.
Lo peor que se puede decir de un videojuego es que sea aburrido, y eso es precisamente lo que ejemplifica a corto-medio plazo El Increíble Hulk. Discreto apartado gráfico, notable vertiente destructiva y escasa diversión son sus principales puntales.
La Venganza de los Caídos es mejor videojuego que la última entrega de Transformers, aunque no va mucho más allá. Si eres fan de la serie o las películas puede que le saques algún partido, de lo contrario sólo encontrarás un puñado de misiones repetitivas y una experiencia cuyo punto débil es su impreciso control.
A veces el humor puede con todo, pero desgraciadamente este no es uno de esos casos. Aunque tenga muy buenas intenciones, con un personaje carismático, obsceno y loco de remate, el plano jugable no acompaña en un hack 'n slash monótono y carente de ideas más allá de las brillantes referencias a otros videojuegos y elementos de la cultura pop.
Lair se sume en la mediocridad por numerosos fallos de concepto y de definición. La jugabilidad está seriamente lastrada por su desarrollo reiterativo, y el juego a nivel tecnológico pide a gritos una fase de depuración mucho mayor para mejorar su optimización, su control y muchos detalles gráficos.
Ghostbusters: Sanctum of Slime cumple su cometido de ser un juego puro y duro de acción otorgando una experiencia divertida en su vertiente cooperativa. Sin embargo, peca de ser demasiado lineal, sencillo y mecánico, con poca variedad y frescura en su desarrollo.
Resident Evil 5 recibe un modo Versus multijugador que pese a ofrecer partidas divertidas al principio, deja una sensación agridulce por sus escasas opciones y novedades respecto al modo Mercenarios; un control poco óptimo para este tipo de partidas, y un precio demasiado elevado, algo que puede hacer que los fans más acérrimos al survival-horror de Capcom lo encuentren prescindible.
Inversion es un juego mediocre al que sólo su multijugador ha salvado de la catástrofe. Sin ser gran cosa el on-line aporta un plus de diversión a una campaña soporífera, que da en todo momento la sensación de que con el concepto del título y sus valores de producción audiovisuales se podían haber logrado resultados mucho más loables.
Eat Lead: The Return of Matt Hazard es una oportunidad perdida para lograr un buen juego de acción con una propuesta original y deliciosa. El triste espectáculo de acción aburrido y sin sentido estropea por completo lo que podría haber sido un lanzamiento a tener en cuenta en los circuitos más minoritarios y de culto de los videojuegos.
Sniper: Ghost Warrior 2 vuelve a decepcionar y demuestra una vez más que está lejos de ser el juego de francotiradores que tanto ansiamos. Hay una cierta mejoría con respecto a su predecesor, pero los chicos de City Interactive todavía tienen que afinar mucho su puntería en cuanto a concepto y pulido para que su saga pueda empezar a ser tenida en cuenta.
La mediocridad es la palabra más recurrente a la hora de describir Star Wars The Clone Wars: Héroes de la República. Demasiado simple para los adultos, demasiado pobre y con un control tremendamente impreciso para los más pequeños de la casa… Una aburrida y repetitiva oportunidad perdida.
Mindjack es la eterna historia de lo que pudo ser y no fue. Condenado a la más absoluta mediocridad, lo nuevo de Feelplus para Square Enix es una discretísima demostración de la escasa y muy puntual habilidad que demuestran los nipones en el género shooter durante la Next-Gen.
Damnation es la historia de lo que pudo haber sido y no fue. Un juego de acción que deseaba trascender más allá de los límites del shooter tradicional, pero que se estrella ofreciendo un entretenimiento previsible, repetitivo, impreciso y soporífero.
Terminator Salvation es demasiado corto para justificar el precio de un juego completo, y si la experiencia fuera particularmente buena podría disculparse, pero es que tampoco lo es. Un videojuego demasiado normal en todas sus facetas para poder tenerlo en cuenta, y del que no sacarán partido ni tan siquiera los fans de las películas.
Demoledor. Quantum Theory recoge los peores tics y manierismos del shooter de acción en tercera persona con coberturas, y multiplica el tedio gracias a unos desafortunados controles, a un apuntado infernal y a una IA enemiga francamente mala. Un triste videojuego a evitar.
Digital Extremes nos defrauda con un discretísimo título ambientado en la clásica saga Star Trek. Flojo en casi todos sus ámbitos (salvo el sonoro), lo único que podemos hacer es rezar para que la película ostente un nivel de calidad muy superior a lo experimentado en esta aventura.
Si la primera parte de Iron Man en los videojuegos no pasaba de lo meramente correcto, no podemos decir lo mismo de su secuela. Los mismos errores de control y patrones repetitivos reinciden en Iron Man 2, a lo que hay que sumar una campaña muy corta, un nulo valor rejugable y un desaprovechamiento entristecedor de una franquicia con tanto potencial.
Siempre es desagradable suspender un videojuego, especialmente teniendo en cuenta la cantidad de trabajo que conlleva llevarlos a cabo. Sin embargo Naughty Bear es tan aburrido y repetitivo que obliga sin remisión a ello.
Escape Dead Island es un videojuego pobre en todos los sentidos y que maltrata una marca que, por lo demás, está dejando buenos resultados.
Legendary ha sido una de las grandes decepciones del año. Esperábamos mucho más de esta curiosa mezcla de mitología y acción en primera persona, pero el resultado se ha visto malogrado por una jugabilidad del todo insuficiente y muy poco trabajada.
Rambo: The Videogame hace un flaco favor al género de acción sobre raíles. Su nefasto control, su aburrido planteamiento y sus insoportables escenas de acción despertarán en el jugador carcajadas o ira en función de su forma de encajar el haber invertido 30 euros en semejante desatino.
Algo pasa en Rebellion. Un estudio que en su momento fue capaz de crear clásicos como Aliens vs Predator no puede arrastrarse ahora perpetrando títulos como Shellshock 2: Blood Trails o el mismo Rogue Warrior que nos ocupa.
A menudo la gente se queja de lo caros que son los videojuegos, pero pagar 70 euros por un gran título no le sienta mal a casi nadie. En cambio Vampire Rain cuesta 60€, lo cual viendo su calidad es poco menos que insultante.