Gracias a su importancia en el mundo tecnológico, Bill Gates se ha ganado el reconocimiento del mundo entero. El creador de Microsoft, ahora convertido en filántropo y en un acérrimo defensor de la IA, dedica la mayor parte de sus días a compartir su conocimiento y ofrecer su visión sobre el futuro de la humanidad en distintos campos. Y, después de asegurar que aún se ve con fuerza para trabajar un par de décadas más, hace escasos días reconoció en una entrevista cuál fue la actitud que utilizó para conseguir que Microsoft creciera hasta convertirse en la compañía que es hoy.
Como indica el portal CNBC en una reciente publicación, Gates se dedicó por completo al desarrollo de software durante sus primeras experiencias laborales sin preocuparse por hacerse rico o dirigir una gran empresa. Para el norteamericano, dicha época estuvo marcada por la búsqueda de crear un código de alta calidad que fuese capaz no solo de funcionar bien, sino de demostrar que los ordenadores podían ser importantes. Por ello, junto a Paul Allen (cofundador de Microsoft) defendió a ultranza una revolución tecnológica inminente, si bien por aquel entonces solo eran dos "aficionados".
Gates y Allen tenían una misión
Como él mismo reconoce, ambos socios tenían una misión: que cada hogar y escritorio tuviera un ordenador personal, un objetivo que podría haberse tildado de "locura" por aquel entonces. Sin embargo, Gates creyó que lo más adecuado era que los usuarios pagasen precios justos por el software, una situación con la que se asegurarían que los desarrolladores pudieran seguir creando productos de alta calidad. Por ello, en su veintena, Gates se centró por completo en Microsoft y asegura que ese fue el enfoque le permitió ayudar a la empresa a convertirse en una de las pioneras de la era más importante de la informática.
Sin embargo, al echar la vista atrás asegura que lamenta haber tenido un enfoque tan obsesivo que, por ejemplo, le impidió disfrutar del equilibrio entre su vida laboral y personal. No obstante, también revela que su carrera le ha servido para, por ejemplo, saber cómo definir el éxito: a través del impacto que genera en el mundo. Por ello, tras su periplo en Microsoft, ha donado gran parte de su fortuna a causas como la salud mundial y la energía limpia. De hecho, asegura que su intención es, mientras su salud se lo permite, seguir generando una diferencia positiva en el mundo.
Ver 0 comentarios