La inteligencia artificial es la sensación tecnológica del momento. Gracias a herramientas como ChatGPT, los ojos de la sociedad se han volcado de lleno en observar de qué son capaces esos sistemas. Sin embargo, muchos siguen abogando por la búsqueda de una normativa que garantice un uso justo de esta tecnología, ya que se ha llegado a comprobar que puede ser diferencial incluso con armas biológicas. O, como le sucedió a una reciente víctima, de engañar a una persona para hacerle pensar que está hablando con un equipo entero de directivos.
Como recoge el portal Techspot en una reciente publicación, este fue el caso del empleado de una sucursal en Hong Kong de una empresa internacional. Aunque no se han revelado detalles relacionados con la empresa o el empleado, sí se ha confirmado cómo se realizó la estafa. Gracias a Deepfake, una tecnología para recrear rostros, los estafadores pudieron hacerse pasar por directivos de la empresa. Y esto, sumado a registros de audio y vídeo disponibles en internet, les permitieron suplantar la identidad de los responsables para conseguir 15 transferencias con un total de 23,8 millones de euros.
Intentaron estafar a 3 trabajadores de la empresa
Al parecer, solo una persona real estaba presente en la llamada: el estafado. Tal y como reporta la noticia, el resto de miembros eran falsos, ya que se trataban de recreaciones digitales hechas con inteligencia artificial. Así, tras presentarse al iniciar la llamada, la víctima no realizó más interacciones y solo se limitó a obedecer las órdenes de sus superiores. Y estos, que en realidad eran los estafadores, le ordenaron realizar 15 transferencias a distintas cuentas, todas ellas con un valor de 23,8 millones de euros.
Para desgracia de la víctima, no fue consciente de la estafa hasta una semana después. Al contactar con la empresa, se percató de que había caído en un engaño. Así, fue el único de los 3 trabajadores de la compañía que cayó en esta farsa, ya que los otros dos ignoraron los correos que recibieron al sospechar que se trataba de un intento de fraude. De esta forma, casos como este demuestran que la IA, si no se regulariza, puede llegar a ser muy peligrosa, ya que permite suplantar la identidad de cualquier persona solo con un registro de audio y un par de fotografías de su rostro.
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