Cuando la COVID-19 paralizó el mundo, muchas empresas tecnológicas apostaron por un modelo de trabajo remoto para asegurar que sus empleados cumplían con las labores demandadas. De esta forma, las firmas dieron facilidades a sus trabajadores para que realizasen su labor desde casa, razón por la que muchos han continuado con este modelo de trabajo después de la vuelta a la normalidad. Sin embargo, entidades de la talla de Google se han mostrado reacias al teletrabajo, razón por la que multitud de investigadores han querido ahondar en si, como afirman las empresas, este factor realmente va en contra de la productividad.
Para estudiar la eficiencia de aquellos que trabajan desde casa, economistas del MIT y de la Universidad de California decidieron trabajar en conjunto para analizar el impacto de este modelo. Para ello, observaron durante ocho semanas a dos grupos formados por 235 trabajadores de Chennai (India) que, en resumidas cuentas, se dividían entre empleados que acudían a la oficina y trabajadores que operaban desde casa. Y, según los resultados del estudio, los economistas descubrieron que los empleados que trabajan desde su hogar son un 18% menos productivos que aquellos que acuden a diario a la sede de la empresa.
Las distracciones del hogar representan el factor clave
En esencia, el estudio descubrió que las personas que trabajan desde casa son menos productivas que los que se dirigen a la oficina. David Atkin, profesor del MIT y miembro del equipo de investigación, señaló que algunos aspectos diferenciales para este factor pueden ser la posibilidad de elegir tu horario o el tener que cuidar de sus hijos. A diferencia de los trabajadores remotos, los empleados que acuden a la oficina cumplen su labor de 9 de la mañana a 5 de la tarde y, posteriormente, se dirigen a sus domicilios, una condición que no cumplen los empleados que realizan su labor desde casa.
De esta forma, el teletrabajo y su eficacia vuelven a estar en tela de juicio. WeWork, una compañía destinada a ofrecer espacios para aquellas personas que deseen acogerse a un modelo remoto, anunció hace escasas horas su desconfianza en este tipo de condición. Como consecuencia, la firma vio como sus acciones perdían un 25% de valor, un factor que se suma al 70% que ya habían perdido en el último año. Por tanto, las empresas cada vez confían menos en el trabajo remoto y, por ello, abogan por un regreso escalonado a las oficinas, una situación para la que utilizan alguna que otra práctica inmoral.
En 3DJuegos | Las "dudas sustanciales" de una empresa especializada en teletrabajo demuestran que este método puede tener los días contados