En el reciente documental de Disney+ sobre el making of de las películas de Avatar, James Cameron se aseguraba de recordarnos que tras la vanguardia tecnológica, los escenarios digitales y los gráficos por ordenador, hay actores humanos que son los que hacen realmente que todo funcione.
En Avatar: Fuego y Ceniza, la tercera entrega de la saga que se estrena apenas en un par de semanas, la actriz española Oona Chaplin se suma al reparto para interpretar a Varang, la nueva villana. El trabajo ha supuesto su primer contacto con James Cameron y con su particular forma de hacer estos blockbusters que para ella, es como volver al teatro. Como contaba en la cadena SER, todo el aparataje que requiere dar vida a estos personajes es algo de lo que como actor "en cinco minutos y medio te olvidas".
"Todo es un ejercicio de imaginación. Es como volver al teatro pobre. Es la gran ironía de trabajar en la película más cara de la historia, es que es teatro pobre. Porque es entrar en un mundo donde el ángulo de la cámara, la hora del día, el maquillaje, el pelito que se te cruza por la cabeza, los extras… todo eso desaparece. Y James Cameron ha creado una burbuja para los actores donde podemos regresar a tener una relación directa e íntima con el momento, con el otro actor, y de buscar, de ser aventureros de la verdad, de la verdad de cada momento de este mundo imaginario. De ejercer la imaginación de una manera tan artísticamente satisfactoria, deliciosa. Con mucha seguridad, con muchos recursos también para toda la preparación, pero estamos ahí desnudos el uno frente al otro. Luego la tecnología la ponen después. Todo lo que es el ángulo de la cámara, todo eso, James Cameron lo pone después. Entonces, él dirige la película 7 u 8 veces, pero nosotros participamos una vez, y parece un teatro, parece una escuela de teatro."
Es un discurso similar al que han dado otros actores en el pasado. En una entrevista, Zoe Saldaña lo llamaba "el método de actuación más empoderante", poco cómo hace que los actores "seamos dueños al 100% de nuestra interpretación en la pantalla". Es un sistema que prefería por ejemplo a la animación tradicional, sobre la cuál el actor trabaja únicamente en un estudio de sonido, a menudo aislado del resto para grabar sus líneas.
El lado demandante físico del cine live-action tampoco falta aquí precisamente, especialmente si uno trabaja con James Cameron. En el documental mencionado anteriormente, el reparto mostraba el trote que se dieron rodando La forma del agua, que implicó entre otras cosas un tanque enorme en el que hacían las escenas acuáticas, además de ser ellos los que interpretaban buena parte de las escenas de acción.
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