El terror se ha establecido como uno de los géneros más ramificados del mundo del cine. Actualmente, las muchas franquicias dedicadas a asustar al espectador ponen énfasis en escenas gore que dejan huella en la memoria de alguien sensible, presentan una retahíla de jumpscares capaces de hacer saltar a cualquiera de su butaca, u ofrecen relatos de pura tensión que son recordados durante años. Pero esta diversidad de propuestas nace gracias a un puñado de cineastas pioneros que se atrevieron a experimentar con la cámara, los actores y la sangre falsa para poner, sin saberlo, los cimientos de una subcultura cinematográfica. Y Sweet Home forma parte de este selecto grupo de filmes inspiradores; una historia de miedo, fantasmas y misterio que, además de contribuir al aplaudido J-Horror (término usado para referirse al terror japonés), fue una fuente de inspiración para la creación de la saga Resident Evil.
Hasta hace unos pocos días, ver Sweet Home era una hazaña tan complicada como frustrante. Y es que, al ser una cinta de 1989 estrenada únicamente en Japón, Internet sólo tuvo acceso a una versión de baja calidad que rara vez incorporaba subtítulos al español. Por suerte, y gracias al inestimable trabajo de los preservadores de la red, un grupo de usuarios especializados en la restauración de contenidos lanzados en VHS y animes ha sorprendido al mundo relanzando este filme dirigido por Kiyoshi Kurosawa (quien no tiene nada que ver con el mítico Akira Kurosawa) a máxima resolución de imagen en una edición completamente remasterizada. Un trabajo que ha permitido expandir este relato de terror alrededor de los preciados frescos del artista Ichirō Mamiya.
De mansiones encantadas y fantasmas vengativos
Sweet Home no tiene la historia más original que se haya visto en el cine de terror, pero tampoco necesita añadir ingredientes extravagantes a su fórmula para conformar una experiencia disfrutable para el espectador. La historia sigue a un pequeño grupo de producción de TV que busca adentrarse en la abandonada mansión de los Mamiya, donde murió el aclamado pintor Ichirō Mamiya, para elaborar un documental sobre su vida. ¿Lo bueno? La casa contiene los últimos frescos del creativo, lo que equivale a una exclusiva sensacional para el mundo del arte. ¿Lo malo? Los rumores dicen que la estructura está encantada por el fantasma de la señora Mamiya, quien no dudará en asesinar a cualquier forastero que ose adentrarse en el recinto.
Sweet Home es capaz de mezclar escenas de tensión y muertes grotescas con momentos cómicos o una banda sonora alegre.
Como ya nos tiene acostumbrados el cine de terror más actual, esta combinación de factores garantiza escenas de tensión, muertes grotescas y algún que otro plano similar a ese primer encuentro con un zombie en Resident Evil. Porque, si bien es cierto que aquí no hay infectados fruto de las actividades de Umbrella, sí tenemos un pelín de exageración en lo referente a asesinatos brutales y personajes que se retuercen de dolor. En resumidas cuentas, un espectáculo que gustará tanto a los apasionados de las leyendas macabras como a quienes disfrutan con las escenas de gore.
Sin embargo, Sweet Home no es la antesala sangrienta de lo que veríamos más tarde en franquicias como Saw. Sí, hay escenas repulsivas y casquería que conforman momentos icónicos en el filme, pero no se acerca al realismo más actual y grotesco del que hace gala el género del terror. De hecho, los responsables de la película no dudan en amenizar partes de la trama con momentos ligeramente cómicos o una banda sonora que jamás relacionaríamos con una mansión encantada. Aún así, la obra de Kurosawa logró desempeñar un gran papel en el mundo del cine: ser una de las tantas películas que indican los inicios del J-Horror.
Los yūrei como cimiento del 'J-Horror'
Al tratarse de un país de gran riqueza en lo referente a leyendas urbanas e historias folklóricas, era de esperar que los cuentos de terror se hicieran un hueco en la cultura cinematográfica de Japón. El género J-Horror es prueba de ello; un conjunto de filmes que, allá por la época de los 2000, buscaban diferenciarse de las producciones occidentales con terror psicológico y argumentos con fantasmas/poltergeists. De hecho, películas como The Ring o Ju-on (sus versiones originales, claro está) son grandes exponentes de esta tendencia entre los creativos dedicados a la gran pantalla.
Como muchas otras películas 'J-Horror', Sweet Home se caracteriza por tener una yūrei; fantasma con cuentas pendientes en nuestro mundo.
Y Sweet Home, aunque se estrenó en cines años antes del boom del J-Horror, ya presentaba algunas características clave que, más tarde, serían reconocidas como parte del ADN del género. Dejando a un lado decisiones de diseño tales como muertes grotescas y momentos de tensión propios de cualquier película de terror, la obra de Kurosawa destacaba precisamente por implementar a una yūrei; fantasmas que deambulan como almas en pena en el mundo de los vivos por razones que, generalmente, se desvelan a lo largo de la historia que protagonizan. De hecho, estas figuras amenazantes se han empleado en decenas de videojuegos de terror japoneses, tales como las muchas entregas de la saga Project Zero.
La mujer de Ichirō Mamiya se establece como la yūrei de Sweet Home. Un espíritu con cuentas pendientes en nuestro plano que ataca a cualquier criatura viviente que tenga la osadía de pisar la casa en la que falleció. Pero la cultura japonesa impregnada en el filme va más allá de fantasmas y entidades paranormales; sin entrar en spoilers sobre el argumento, también vale la pena destacar el énfasis que ponen los responsables de la película en la presentación de familias rotas. Durante la década de los 80, el país del sol naciente dio más importancia al concepto de la familia unida y, por ello, muchas películas de la época buscaban impactar al espectador a través de historias protagonizadas por parientes a los que les falta parte del núcleo familiar. En este sentido, dos de los personajes principales de la producción de Kurosawa son un padre y una hija que perdieron a la madre tiempo atrás.
Legado en el cine y los videojuegos
Pese a ser ampliamente desconocida por estrenarse exclusivamente en Japón, Sweet Home se establece como un referente en cuanto a historias de casas encantadas, fantasmas vengativos y otras características propias de las películas J-Horror. Porque no es una producción que buscara reinventar la rueda; partiendo de clichés ya típicos en la cultura japonesa y con una historia previsible de principio a fin, Kurosawa y su equipo simplemente intentaban ofrecer una experiencia cinematográfica espectacular (al menos, según los estándares de la época) que fuera entretenida y tensa a partes iguales. Al fin y al cabo, el director considera que todas las películas que hizo antes de Cure (1997) tienen fallas, Sweet Home incluída.
Y, aunque su legado en el cine se valora principalmente por responder a los detalles clave de cualquier filme J-Horror, su contribución al mundo de los videojuegos es todavía mayor. Porque, tras su estreno en cines (a través de una versión que está prácticamente perdida debido a la intervención del productor Juzo Itami, que alteró la cinta VHS que se distribuiría más tarde), Sweet Home recibió una adaptación homónima para NES desarrollada por la mismísima Capcom. Este último lanzamiento, como os decíamos al principio del artículo, fue una gran fuente de inspiración para la creación de la saga Resident Evil, pues Shinji Mikami se quedó asombrado con ideas tales como el uso de varios protagonistas o los misterios que puede esconder una gran mansión. Si quieres saber más sobre esta inesperada relación entre la historia de los Mamiya y la franquicia por excelencia de Capcom, te invitamos a leer nuestro artículo con el verdadero origen de Resident Evil.
En 3DJuegos | Fue un susto brutal. El día que Resident Evil 2 me levantó de la silla con un truco de diseño que rompió todos mis esquemas