Es una pena que Warner y HBO Max no nos haya proporcionado a la prensa más que los cinco primeros episodios de esta segunda temporada de Peacemaker. Me queda la sensación de que en los tres episodios restantes está lo mejor de la temporada. O al menos, la excusa para verla. Porque con los cinco primeros solo me parece haber perdido el tiempo.
Y eso que James Gunn, ahora amo y señor del DCU junto a Peter Safran, tenía entre manos algo que pintaba interesante: explotar la idea de que hay un rincón del multiverso donde no eres un looser, tienes el respeto de tus pares, el éxito es tu marca de identidad, estás con la persona que quieres estar y te quedan bien todas las camisas, independientemente de lo hortera que sean. Pero una buena idea no siempre es garantía de un buen resultado, incluso con una primera temporada que sí es divertida.
Un puente entre el viejo DCEU y el nuevo DCU
Esta segunda temporada de Peacemaker es, oficialmente, parte del recién estrenado DCU, ese soft reboot que comienza con Superman (2025), pero que también afecta a esta Peacemaker y a Creature Commandos, y que intenta mantener cierta memoria de lo que fue el DCEU… pero sin atarse demasiado a su pasado. La primera temporada era un spin-off directo de The Suicide Squad (2021), mientras que esta nueva tanda de episodios se sitúa un mes después de los acontecimientos de la película de Superman.
Peacemaker (John Cena) vuelve acompañado por Leota Adebayo (Danielle Brooks), Vigilante (Freddie Stroma), Emilia Harcourt (Jennifer Holland) y John Economos (Steve Agee), además de nuevas incorporaciones como Rick Flag Sr. (Frank Grillo), Sasha Bordeaux (Sol Rodríguez) y Langston Fleury (Tim Meadows). El villano principal parece ser el propio Rick Flag Sr., empeñado en vengar la muerte de su hijo, y en el camino, la serie se atreve con viajes interdimensionales, realidades alternativas y cameos que van de lo simpático a lo descarado.
¿Para qué agudizar tu ingenio tratando de explicar las cosas cuando puedes hacer como si no hubiera pasado nada?
En el primer episodio, incluso se retoca la historia: en lugar del cameo de la Liga de la Justicia que cerraba la primera temporada, ahora el grupo se encuentra con la Justice Gang que hemos visto en Superman, con nuevas caras como Hawkgirl (Isabela Merced) y Guy Gardner (Nathan Fillion), retcon de manual para encajar la continuidad en este nuevo DCU. ¿Para qué agudizar tu ingenio tratando de explicar las cosas cuando puedes retocar lo ya mostrado y hacer como si no hubiera pasado nada?
¿Esto es el mismo universo que Superman?
No puedo evitar preguntarme cómo encaja esta orgía de sexo, drogas y ultraviolencia en el mismo universo donde Gunn ha querido construir un nuevo Superman luminoso, optimista y casi clásico. No es que uno espere que todo el DCU tenga el mismo tono, pero el salto entre un Peacemaker pasado de vueltas y un Clark Kent de manual es tan brusco que me parece simplemente irreconciliable.
Es prácticamente obligatorio haber visto The Suicide Squad y Superman para pillar todas las referencias
Gunn ha repetido en entrevistas que el multiverso es la excusa para estas diferencias, pero aquí parece más una excusa para hacer lo que le apetezca sin preocuparse demasiado por la coherencia interna. Y sí, la serie se ríe de su propia inconsistencia, pero eso no siempre justifica el desorden narrativo. Pero este, si bien es de bulto, es el menor e los problemas de esta temporada. Voy a ser sincero: la temporada me ha parecido tremendamente aburrida. Solo me he reído un poco al llegar el episodio 3… y tampoco mucho. El humor es fácil, corrosivo, inmaduro y no especialmente inteligente la mayor parte del tiempo. Hay chistes que funcionan, pero la mayoría son repeticiones de bromas que ya vimos en la primera temporada. Además, es prácticamente obligatorio haber visto The Suicide Squad y Superman para pillar todas las referencias y cameos. Para un fan veterano esto puede ser un aliciente, pero para el espectador ocasional es más bien una barrera.
Un reparto desmotivado
A John Cena hay que quererle. El hombre llega hasta donde llega como actor, y lo que le falta de registro lo compensa con carisma. Pero tampoco es que la serie le dé demasiado con lo que trabajar esta vez. La trama se reparte mucho entre secundarios, y si alguien destaca es Vigilante, que sigue siendo el personaje que mejor me cae, aunque su parecido con el original de los cómics sea más bien escaso. Mención especial para Langston Fleury (Tim Meadows), una de las caras nuevas que creo que va a ser también vuestro nuevo favorito. Meadows aprovecha cada escena para darle un toque distinto y muy necesario a la dinámica del grupo.
Gunn tiene una habilidad especial para colar a sus amigos en diferentes papeles, incluso si eso significa destrozar la continuidad
Gunn tiene una habilidad especial para colar a sus amigos en diferentes papeles, incluso si eso significa destrozar la continuidad a patadas. Michael Rooker es el mejor ejemplo: ¿de cuántos personajes de DC va a hacer en la misma línea temporal? Aquí interpreta a Red St. Wild, sumando otro rol a su lista dentro de este universo tras dar vida a Savant en Escuadrón Suicida. Lo bueno es que, al menos, la serie se ríe de sí misma con guiños conscientes a la falta de coherencia y a los saltos entre universos que, si bien no arreglan nada, sirven para que el espectador no se lo tome demasiado en serio.
El multiverso como excusa
La temporada se apoya mucho en la idea del multiverso, hasta el punto de que buena parte del arco de Peacemaker gira en torno a una realidad alternativa donde su vida es perfecta. El NDA de HO me impide daros detalles, pero esto le permite a Gunn jugar con cameos, versiones distintas de los personajes y referencias cruzadas. También recupera la tecnología QUC (Quantum Unfolding Chamber), que ya habíamos visto en la primera temporada y en Superman, para justificar estos saltos dimensionales. Sin embargo, tanta puerta abierta a "todo vale" diluye la tensión, porque aunque genera cierto interés sobre qué puede pasar de cara al final de la serie, en realidad también te da ya las respuestas a nada que seas capaz de seguir un poco el hilo argumental.
Un cierre que no me importa
Tras haberme divertido bastante con la primera temporada, esta segunda me ha dejado frío. Puede que los tres episodios finales guarden lo mejor de la historia, que el gran cameo que Gunn ha prometido sea realmente impactante, o que haya un giro que le dé sentido a todo. El problema es que, después de estos cinco primeros capítulos, tampoco es que me importe demasiado cómo acabe esto. Peacemaker sigue teniendo momentos inspirados, personajes que funcionan y una energía gamberra que se agradece en un panorama de superhéroes cada vez más serio. Pero esta vez, al menos para mí, no ha sabido encontrar el equilibrio entre el chiste y la historia. Vamos, de historia ha encontrado bastante poco más allá de una idea inicial que parece incapaz de desarrollar de manera original o interesante.
Si quieres darle una oportunidad, Peacemaker temporada 2 se estrena en HBO Max España el 22 de agosto, con episodios semanales hasta el 9 de octubre. Y quién sabe: quizá el final me haga cambiar de opinión. Pero no voy a mentir, no voy a quedarme sin dormir esperándolo.
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