Nacho Vigalondo, director de cine: "Lo mejor para la supervivencia de las películas y los videojuegos es que no se junten"

La estrecha relación del cineasta Nacho Vigalondo con el mundo de los videojuegos no debería ser una sorpresa para nadie. El director siempre se ha declarado como un gamer de corazón, motivo por el cual se le otorgó el premio "Embajador del videojuego" durante la pasada gala de los Premios 3DJuegos Lenovo. Ha dado lugar a grandes películas como Cronocrímenes o Colossal, en esta dirigiendo a la mismísima Anne Hathaway, pero hoy se presta que hablemos de él (y con él) gracias al estreno de Tribute, su nuevo documental. En colaboración con Domino’s, el objetivo de este proyecto estaba claro: mostrar cómo había sido la historia de los videojuegos en España, con sus propias particularidades y contando con un buen puñado de voces autorizadas que prestasen testimonio. En el documental, que ya está disponible en Prime Video, han participado personalidades de todas las épocas como Paco Pastor, fundador de Erbe Software, o el streamer IlloJuan. 

Tribute ya está en Prime Video

Nacho Vigalondo no es un gamer ocasional. Orgulloso de haber crecido con una Mega Drive, recuerda sus primeros momentos como jugador de forma pasiva. Se califica como "un mirón", uno que pasaba el tiempo observando a otros jugar en las salas recreativas. No fue hasta que le regalaron un Spectrum que se lanzó a la aventura de juegos como High Noon. Testigo viviente de la época que recoge, ha configurado Tribute desde su propia experiencia personal. "Queríamos contar lo que percibía una persona, en este caso yo, y así no teníamos la obligación de ir de la A a la Z, porque no te puedes parar en cada punto. Por otro lado, añadimos esa energía creativa tan bonita que se da cuando lo que estás diciendo es verdad". 

Tribute no nace de la voluntad de recoger cada detalle de la historia. Más bien quiere hacer paradas clave en algunos de los principales hitos de esta, desde la Edad de Oro hasta la actualidad, fomentando el compromiso de Domino's con la joventud. Vigalondo nos confiesa que lo que más le generaba interés eran las historias personales de detrás de estos momentos, las personas que habían puesto su creatividad a funcionar para sentar cátedra más adelante. "Soy muy curioso del proceso creativo y me gustaría saber cómo se hacen las cosas desde cero. Me interesa la gente y no tanto la industria. Me vuelvo loco hablando con la gente que hace cosas, porque podían no estar haciéndolas". 

Para ello ha colaborado con OXO Museo del Videojuego en Madrid, lugar que recoge (junto a su sede en Málaga) todos los tesoros de una época que se antoja lejana para las nuevas generaciones. Si bien el cineasta señala que no tenía un público concreto al que dirigirse con Tribute (prefiere que sea un producto accesible para todo el mundo), también hay espacio en para las nuevas profesiones: jugador de esports y streamer. 

"Creo que estamos escribiendo una nueva etapa en la forma de comunicar dentro del mundo del gaming. Parte del encanto de vernos está en revivir esa sensación de los años 90 y 2000, cuando ibas a casa de un amigo o vecino para descubrir un juego nuevo. Solo que ahora, esa experiencia se ha magnificado y expandido a una escala impensable", IlloJuan. 

Vigalondo nos confiesa que suele "jugar a todo". Actualmente sus horas están ocupadas por el recién lanzado Hell is Us. "No entiendo lo negativo que se ha dicho del juego. En la Segunda Guerra Mundial también había poca variedad de enemigos. Es la primera vez que tengo miedo a hablarle a los NPCs por lo que te puedan contar".  

Esta interpretación tan llamativa viene dada por una relación, cada vez más estrecha, entre el mundo del cine y de los videojuegos, pero el director es claro: "Lo mejor para la supervivencia del cine y de los videojuegos es que no se junten. Yo después de jugar muchas horas no pienso que no pueda ver una película, al revés, tu cerebro tiene ganas de ver algo en lo que no pintes nada. El valor del cine es que te quita iniciativa, que no tienes nada que ver y que lo que veas sea un fragmento de verdad que alguien te mostró. Los videojuegos son un músculo distinto. Por eso razón hay tantos experimentos por fusionarlos que nunca cuajan". 

En ese sentido, tan solo The Last of Us parece ser la excepción para él. "Es un juego que me lo meto en vena, pero curiosamente, pienso en él como una película que haya visto. Lo que más me conmocionó fue la historia y el gameplay es como que lo he olvidado. Sin embargo, recuerdo la tarde que jugué a Portal 2 y se me quedó grabado por lo contrario". 

Con respecto a la forma de jugar, Nacho Vigalondo también entiende que ha habido un cambio en la forma de consumir videojuegos. "Lo que noto es que ahora hay tal diversidad que tú no tienes que comprar un juego solo porque sea bueno. Tú ahora acudes por tu sensibilidad con la propuesta. A mí nunca me ha interesado el deporte, pero si antes había un juego de baloncesto que era el mejor del año, tenías que pillártelo". 

Para crear Tribute, el director no solo ha apostado por una colaboración estrecha con la marca Domino's, sino también por personificarse dentro del documental, sino que ha querido que fuera divertido. Se vale de algunos choques generacionales para mostrar la evolución de los videojuegos e incluso se detiene en  algunos hitos recientes, como el triunfo de Nomada Studio con Gris o Neva. Ahora bien, también es muy reflexivo sobre la situación actual de la industria y, sobre todo, los jóvenes. "Yo no voy a decir que antes fueran más fáciles las cosas, pero sí que había una incentivación constante por luchar por las cosas que querías. Amenábar te hace "Tesis" y gana siete Goyas, Isabel Coixet hace "Cosas que nunca te dije" en América... Pasaban cosas. Y ahora creo que a los jóvenes se les está inculcando que ya no tiene sentido ser artista de ninguna de las maneras. Me pregunto a dónde irá todo eso...".  

Con todo ello, el director sigue ilusionado con el mundo de los videojuegos. Tal y como muestra en el documental, se sorprende de figuras como Skain, jugador de League of Legends, que ya es veterano dentro de una industria donde él mismo se consideraba como tal. También afirma sentirse sorprendido al haber alcanzado a ver un desarrollo tan grande en unas pocas décadas. El futuro no lo sabe nadie, pero teniendo en cuenta que la industria española está dejando grandes joyas como Blasphemous, Gris, Moonlighter o Temtem (entre muchas otras) seguro que dará para otro documental en décadas próximas. 

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