Antes siquiera de producirse, el anuncio de la compra de Warner Bros. por parte de Netflix ya está levantando muchas ampollas. A la vez que cinéfilos en todo el mundo temen el impacto de la consolidación, cineastas como James Cameron se refieren a ello como una tragedia. La agresiva respuesta de Paramount tampoco está sentando muy bien, colando a traición una oferta incluso mayor a pesar de haber perdido anteriormente la subasta.
Desde Wall Street tampoco parecen muy convencidos con el desarrollo de los acontecimientos. Según reportaba Deadline, esta semana el analista Robert Fishman animaba a Netflix a no picar el anzuelo de subir la oferta de nuevo. De hecho, le recomendaba retirarse de la compra por completo, "agachar la cabeza, y seguir ejecutando la solida mano que ya tienen en el mercado".
La razón es que hay poca confianza de que la compra le vaya a salir a Netflix tan bien como cree. La oferta, de 83.000 millones de dólares, ya es una de las más grandes que se han visto en el mundo del entretenimiento, pero incluso si sale adelante, el valor está por determinar. "Mi primera reacción es, cuidado Netflix", afirmaba el analista François Godard cuando se anunció la compra. "La fusión entre Warner Bros. y Discovery destruyó valor, y está el riesgo de que este nuevo trato produzca un resultado más pequeño que la suma de sus partes".
Esta incertidumbre se ha visto en una bajada en bolsa a las acciones de Netflix del 10% desde el anuncio de la compra, y aún más grande si comparamos con la primera vez que mostró interés. En su reporte, Fishman le veía sentido al desesperado movimiento por parte de Paramount. La compañía de David Ellison se juega más que Netflix y una adquisición así le convertiría en un "competidor formidable" en el mundo del streaming, por lo que no sería raro esperar una oferta incluso mayor dependiendo de cómo sea la respuesta de Netflix.
Desde Netflix, a Ted Sarandos no le queda otra que incidir en el discurso. Mientras les cae mala prensa por todas partes, un reciente comunicado hablaba de que la compra era "una victoria para el entretenimiento", y trataban de calmar los miedos de despidos masivos y redundancias corporativas admitiendo que "Warner Bros. aporta negocios y capacidades que nosotros no tenemos". De momento, la promesa del gigante streamer sigue siendo mantener el negocio cinematográfico de las franquicias de Warner.
Imágenes: fourbyfourblazer (Flickr)
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