El uso de la tecnología digital para revivir a personajes icónicos ha abierto un debate en la industria del cine, y Disney no ha quedado exenta de polémicas. En 2016, la compañía desató cierta polémica entre los aficionados al "resucitar" digitalmente al fallecido actor Peter Cushing en la película Rogue One de la saga Star Wars. El uso de su imagen generó un revuelo tanto entre los seguidores de la saga como en el ámbito legal. Lo que en un principio parecía un homenaje al actor, se ha convertido ahora en un dolor de cabeza para Disney, que ahora enfrenta un juicio por el supuesto uso no autorizado de la imagen del legendario intérprete británico.
Tyburn Film Productions vs. Disney
El foco de esta disputa radica en la reclamación de Tyburn Film Productions, una productora de cine con la que Peter Cushing habría llegado a un acuerdo antes de su fallecimiento. Según esta empresa, el acuerdo prohibía el uso de la imagen del actor mediante efectos especiales sin su consentimiento, algo que, según afirman, Disney y Lucasfilm incumplieron en Rogue One. La película, ambientada justo antes de los eventos de Una Nueva Esperanza, trajo de vuelta al temible Grand Moff Tarkin, personaje interpretado originalmente por Cushing en 1977.
Para recrear su imagen, Disney recurrió a efectos especiales digitales y a la actuación del actor Guy Henry, quien prestó su físico para que la cara de Cushing fuera digitalmente superpuesta a su cuerpo. A pesar de que se llegó a un acuerdo con los herederos del actor, Tyburn Film Productions afirma que tenía derechos sobre la reproducción de su apariencia, lo que ha desencadenado esta batalla legal. Según la productora, Disney habría obtenido "un enriquecimiento injusto" al utilizar la imagen de Cushing sin su permiso.
El caso, que lleva arrastrándose desde 2019, ha sido llevado al Tribunal Superior de Justicia del Reino Unido. La jueza encargada del caso, Tom Mitcheson KC, desestimó la petición de Disney de desechar la demanda y consideró que el caso merece un juicio completo. Si bien el juez manifestó sus dudas sobre la viabilidad del caso de Tyburn, aclaró que no es un asunto "improcedente" y que requiere una "investigación fáctica completa", según informa The Times.
Peter Cushing: un actor inmortalizado en el cine y en la memoria colectiva
Para comprender la relevancia de este conflicto, es necesario conocer la figura de Peter Cushing, quien, a lo largo de seis décadas de carrera, dejó una huella imborrable en la historia del cine. Cushing comenzó su carrera actoral en los años 30. Su salto a la fama llegó gracias a su trabajo en las películas de terror de la productora Hammer durante las décadas de los 50, 60 y 70, donde interpretó papeles icónicos como el Doctor Van Helsing en la saga Drácula y el Barón Frankenstein.
Sin embargo, su reconocimiento mundial llegó con Star Wars: Episodio IV – Una Nueva Esperanza, donde interpretó al temible Grand Moff Tarkin, un oficial del Imperio Galáctico y comandante de la Estrella de la Muerte. Su actuación en la película de George Lucas le dio visibilidad internacional, y aunque no era especialmente aficionado de la ciencia ficción, aceptó el papel porque creía que su público disfrutaría viéndolo en esta nueva faceta.
El uso de CGI y los dilemas éticos
La tecnología utilizada en Rogue One para devolver a la pantalla a Cushing es impresionante, pero también plantea cuestiones sobre los límites éticos en la industria cinematográfica, la misma polémica que en las últimas semanas ha salpicado el estreno de Alien Romulus por uso similar de otro actor fallecido. El rostro del actor fue recreado con un nivel de detalle asombroso, permitiendo que los espectadores volvieran a ver a un personaje que se había convertido en uno de los villanos más recordados de Star Wars.
No obstante, este uso de la imagen digital de un actor fallecido ha generado un intenso debate reavivado en los últimos años por el uso de la Inteligencia Artificial. Algunos consideran que se trata de un homenaje a la memoria de Cushing, mientras que otros ven en esta práctica una forma inquietante de explotar la imagen de los actores sin su consentimiento. Este debate ético ha cobrado aún más relevancia en el juicio en curso, en el que Tyburn Film Productions alega que no se respetaron los términos acordados con Cushing antes de su muerte. Tal como se plantea en Parque Jurásico, que pueda hacerse no significa que deba hacerse. Tal vez los fans se hubieran contentado con la aparición de un actor caracterizado como Tarkin que hubiera ahorrado toda esta polémica a Lucasfilm.
El uso de imágenes digitales en el cine refleja una tendencia en crecimiento en Hollywood, donde la avanzada tecnología CGI permite resucitar actores fallecidos o rejuvenecer a intérpretes actuales. Si el juicio en torno al uso de la imagen de Cushing falla a favor de Tyburn Film Productions, los estudios podrían verse obligados a establecer acuerdos más estrictos con los herederos y representantes de actores fallecidos. Además, muchos contratos actuales entre actores y grandes estudios, especialmente en Lucasfilm, suelen incluir cláusulas que ceden los derechos de imagen para su explotación en productos derivados y franquiciados, aunque los detalles de estos acuerdos específicos rara vez se hacen públicos.
Desde la trilogía original hasta las nuevas producciones como Andor, Tarkin sigue siendo un personaje fundamental en la rica mitología de la saga. Y aunque su imagen digital puede estar en el centro de un conflicto legal, su legado actoral sigue vivo en cada aparición en la pantalla. Mientras se resuelven los problemas legales, los fans de Star Wars pueden seguir disfrutando de las aventuras del Imperio y la Rebelión en las numerosas películas y series disponibles en Disney+.
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