Unos lo llaman foco, otros lo conocen como "estar en la zona", y su traducción del término original conocido como flow debería cambiarse por flujo en nuestro idioma. Pero la esencia es la misma, en todos los casos hablamos de estar en una situación creativa en la que todo fluye de forma automática. Un momento álgido en el que las palabras, la música, unas pinceladas, o casi cualquier otra vertiente artística nace sin esfuerzo.
Durante años la ciencia ha intentado descubrir de dónde nace ese fenómeno. Qué partes del cerebro hacen que el flujo, el flow, eche a rodar dando forma a un momento de inspiración en el que una manifestación artística fluya, valga la redundancia, como por arte de magia. Ahora, estos investigadores aseguran haber encontrado el secreto.
Así funciona el cerebro cuando tienes flow
Tras estudiar las ondas cerebrales de 32 guitarristas de jazz, algunos con muchísima experiencia en el mundo de la música y otros más inexpertos, los científicos de la Universidad de Drexel descubrieron que ocurría algo extraño en dos partes muy concretas del cerebro, la red de modo predeterminado (DMN) y la red de control ejecutivo (ECN).
La red de modo predeterminado se refiere a una zona que normalmente se activa cuando no somos conscientes de lo que está ocurriendo alrededor. Podría decirse que son las partes de nuestro cerebro que empiezan a funcionar cuando estamos en reposo y, en cierto sentido, soñamos despiertos. Es precisamente por eso que comúnmente se ha relacionado con condiciones como el autismo y la esquizofrenia, pero más allá de ese lado más controvertido de sus funciones, en realidad también es la red de áreas cerebrales a la que le debemos la creatividad.
La red de control ejecutivo, por contra, da forma al sistema mediante el que realizamos las actividades básicas motoras y seguimos procesos cognitivos. A grandes rasgos, es la parte que se encarga de la planificación y ejecución de acciones o la toma de decisiones de cara a conseguir un objetivo.
Pese a que la lógica nos indica que ambas partes del cerebro deberían ser cruciales a la hora de poner a un músico de jazz a tocar cualquier instrumento, lo descubierto durante el estudio es que dichas partes del cerebro sólo se activaban en aquellos artistas menos experimentados. El resto, los que alcanzaban el flow y empezaban a tocar como si nada, dejándose llevar por la situación y pudiendo enfrentarse a otras actividades de forma cómoda mientras lo hacían como hablar, no presentaban actividad en esas áreas.
Al no depender de ellas, de haber creado redes específicas para realizar una tarea, tal y como ocurre con otras actividades en las que ponemos el piloto automático, como conducir sin percatarnos de todo lo que estamos haciendo, la investigación ha descubierto que sólo a través del aprendizaje y dejarte llevar puedes alcanzar el flow. Lo descubierto por los investigadores les puede resultar de gran utilidad para entender qué procesos hay detrás de esta forma de fluir cuando ya has dominado una disciplina, y podría utilizarse como herramienta para fomentar y facilitar la creatividad.
Imagen | deangeles en Midjourney
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