En la era del teletrabajo la teoría de las ocho horas ya no tiene sentido. Los expertos creen que la solución está en algo llamado cronodiversidad

  • La nueva corriente cree que repartir la jornada laboral en ocho horas no tiene sentido

  • Aseguran que una mayor flexibilidad laboral comporta mayor productividad

Teletrabajo
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

De un tiempo a esta parte hemos visto cómo todas las normas que creíamos inamovibles sobre el mercado laboral han empezado a desmoronarse. El trabajo ya no tiene una localización fija y puede ser teletrabajo desde la otra parte del mundo, la Generación Z apuesta por la ambición silenciosa en vez de escalar puestos, y ahora hay quienes creen que el siguiente objetivo debe ser la jornada de ocho horas que damos por afianzada.

Lo llaman cronodiversidad, y a grandes rasgos viene a explorar la posibilidad de que abandonemos otra de esas normas impuestas por la sociedad que dicta cuándo hay que trabajar, disfrutar del tiempo libre, y descansar. Un día repartido en ocho horas bien compartimentadas que, conforme nuestro ritmo de vida cambia, ha dejado de tener sentido para muchos.

El teletrabajo mató a la jornada de ocho horas

Si enfocamos la productividad como algo que precisa de una personalización específica para cada uno de nosotros, regir nuestras vidas por la regla de los tres ochos, ocho horas de descanso, de trabajo y de ocio, repartidas así de forma universal, parece la antítesis de lo que postula esa nueva necesidad de conciliar nuestra vida laboral con la privada.

Bajo la idea de aprender a perder el tiempo, con el bienestar físico y mental que propone la mera contemplación, quienes defienden esta cronodiversidad aseguran que el ritmo acelerado y encorsetado en el que vivimos ni es normal ni natural, y desde luego no es tan productivo como nos lo han pintado hasta ahora.

Es algo que el teletrabajo, frente a la posibilidad de poder pausar, alargar o incluso acelerar nuestra forma de trabajar, lleva tiempo demostrando con beneficios demostrados a través de varios estudios. Si conseguimos sumar ahí conceptos como la semana de cuatro días o la reducción de la jornada, tal vez estemos planteando una situación en la que todos, empleados y empleadores, salimos ganando.

En cierto sentido, y pese a que a estas alturas de la película ya dábamos ese objetivo por perdido, no deja de estar en línea con lo que la utopía de Keynes promulgaba para 2030, la necesidad de alcanzar un futuro económico en el que trabajar 15 horas semanales, no más de tres horas diarias. Puede que abrazar esta nueva cronodiversidad sea en realidad un paso en la misma dirección.

Imagen | Thought Catalog

En 3DJuegos | Estos investigadores han descubierto la pila del futuro. Una batería sin litio que se recarga en segundos, es más barata y dura mucho más

En 3DJuegos | Que tiemblen los sueldos del teletrabajo, las ofertas con salario geográfico se empiezan a hacer hueco en los portales de empleo

VÍDEO ESPECIAL

4.461 visualizaciones

20 MEJORES PELICULAS VIDEOJUEGOS

El cine y los videojuegos, los videojuegos y el cine: qué relación tan estrecha. Existen muchos, muchíiiisimos videojuegos basados en películas, pero también pasa al contrario. Vemos varios ejemplos.