Puede que desde este lado del Atlántico nos suene exagerado, y no es menos cierto que el paso de los años también haya hecho de las suyas en nuestra percepción sobre lo ocurrido, pero durante la época de los 50 y 60 el miedo a un ataque nuclear como el de Fallout era muy real. Tras el videojuego, la serie de Amazon Prime Video ha vuelto a recordarnos la mezcla de drama y capitalismo a la que se dio forma en Estados Unidos durante la Guerra Fría.
Pensad que estamos en plena escalada de conflicto contra la Unión Soviética, pero sobre todo que veníamos de comprobar cómo Estados Unidos no era intocable tras el ataque a Pearl Harbor, y cómo la bomba atómica utilizada como respuesta había arrasado Hiroshima y Nagasaki. El miedo a un conflicto capaz de llevar al mundo a la ruina más absoluta era muy real. Y como suele ocurrir, el capitalismo hizo negocio de ello.
Cómo crear tu propio refugio nuclear DIY
Popularizados durante la Guerra Fría, los refugios nucleares no tardaron en convertirse en parte de la cultura popular de Estados Unidos. Además de la inversión de Kennedy para crear refugios públicos en los que sobrevivir frente a un ataque, el hecho de invitar a los americanos a construir sus propios refugios y hacer acopio de provisiones, por lo que pudiese pasar, terminó salpicando a todo.
Para muestra, un botón. El vídeo gubernamental que tenéis a continuación es una de esas películas educativas encargadas por la Oficina de Defensa y Movilización Civil en plena época del conflicto en el que, paso a paso y en plan DIY, se dedica media hora a comentar cómo construir tu propio refugio nuclear.
Cine, programas de televisión, series, dibujos animados… Escapar de la idea de crear o poseer un refugio nuclear era casi imposible en una sociedad que vivía pendiente de cómo un pequeño conflicto podía ser fatal. El drama era tal que hasta empezaron a preocuparse por las pizzas que se pedían en la Casa Blanca.
Pese a que había refugios públicos de mayor escala que incluían víveres para mantener a cierto número de personas durante unas dos semanas, el tiempo en el que creían que la radiación dejaría de ser mortal para posibles supervivientes, la gran baza del gobierno era promover que cada norteamericano se encargase de crear su propio refugio.
Cuando los refugios a lo Fallout se convirtieron en moda
Además de los que se vendían como si fuesen una casa nueva con su propia piscina y jardín subterráneo, la gente se construía sus refugios en el jardín o el sótano mientras acumulaba suministros esenciales para sobrevivir durante un tiempo sin tener contacto con el exterior. Para 1960, Estados Unidos gozaba de la mayor densidad de refugios nucleares per cápita.
Con el paso del tiempo y la desescalada de la Guerra Fría, la percepción que la gente tenía de este tipo de refugios empezó a cambiar, evidenciándose que su utilidad era cuestionable y que, después de todo, tal vez aquellos packs de comida en lata y raciones del ejército que habían acumulado durante años no iban a servir para nada.
Por suerte para ellos, siempre hay un roto para un descosido, y como la guerra nunca cambia tal y como abrazó como lema la saga Fallout, ya hay quienes han visto en la creación de refugios un negocio que puede volver en cualquier momento. Ya hay quienes se dedican a crear búnkeres de lujo para millonarios.
La fiebre preparacionista en la que se ha sumido gran parte de la sociedad norteamericana durante los últimos años es, a grandes rasgos, un reflejo de ese mismo problema. Ese cuento de Pedro y el lobo que nunca dejará de ser la excusa perfecta para sacarle el dinero a la gente.
Imagen | National Museum of American History
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