Cuando hace unos años la idea de estar sano y cultivar el cuerpo pasó de ser una recomendación lógica a convertirse en la obsesión por el fitness, los defensores de las dietas milagro, convertidos ahora en fitfluencers, empezaron a predicar por todos los canales posibles la palabra de la paleodieta. Para estar sanos había que volver a los orígenes y adaptar la dieta de nuestros ancestros.
Lo que nacía como un mensaje de lo más lógico y recomendable, desde apoyarse en proteínas animales y vegetales hasta rechazar los procesados, pronto se transformó en un mantra que descartaba cualquier cosa que no se hubiese comido un hombre de las cavernas. La realidad es que, si alguno de ellos se parase a analizar qué comían nuestros ancestros, probablemente terminaría cambiando el nombre a la paleodieta.
La paleodieta es un invento idealizado
Como decíamos, la idea de la general que se esconde tras la moda de la paleodieta no es necesariamente mala. Se apoya en carnes, pescados y huevo que son altos en proteínas, en frutas y verduras con grasas saludables como el plátano y el aguacate, rechazan lácteos y cereales porque no estaban al alcance de los neandertales, y se elimina de la ecuación cualquier comida procesada o fermentada, ya sea por formatos industriales o por azúcares añadidos.
Si durante las últimas líneas te has parado a pensar de dónde sacaban nuestros ancestros el plátano y el aguacate, probablemente ya habrás adivinado por dónde van los tiros. Pese a que tenemos idealizada la idea de los hombres de las cavernas cazando mamuts y comiendo carne todo el día, lo cierto es que no seguían esa máxima por un problema de escasez que, además, dependiendo de las regiones hacía que su dieta variase de forma abismal.
De hecho, en España yacimientos como el de El Sidrón demostraron que los neandertales asturianos eran principalmente vegetarianos, y que lejos de salir en busca de ricas frutas, en realidad los pobres se comían cualquier cosa que pillasen, desde musgo hasta hierba. Gran parte del error que nos ha hecho pensar en ello como grandes carnívoros está en la presencia de nitrógeno-15 en sus huesos, pero hasta eso tiene una explicación. Era por culpa de la carne procesada.
Los restos y yacimientos de nuestros ancestros han demostrado que, presa del hambre, incluso comían carne en proceso de descomposición que, como en una suerte de procesado, las larvas de las moscas consumían parte del tejido podrido y terminaban convirtiéndose en una fuente adicional de nutrientes. Los citados valores anómalos de sus huesos, de hecho, vienen de ahí.
Sumando que también comían cereales y legumbres, la paleodieta termina cayéndose por completo al destacar que, como cualquier animal cercano a la inanición, la paleodieta de nuestros ancestros también incluía a los de su propia especie. Puede que si nuestros parientes lejanos llegasen hasta nuestros días terminarían disfrutando, por fin, de un buen aguacate, pero habría que explicarles que lo del canibalismo, por lo que sea, tendrían que sacarlo de su paleodieta.
Imagen | U4325 en Midjourney
En 3DJuegos | El creador de los burpees era mileurista, los hacía sin salto, y estaba preocupado porque hacéis mal el ejercicio
En 3DJuegos | Los burpees ni con salto ni sin él, la ciencia ha demostrado con varios estudios que no son el mejor ejercicio
Ver 7 comentarios