Tras votarse en 2019 que el cambio de hora que realizamos dos veces al año llegaría a su fin en 2021, el próximo domingo 26 de octubre volverán a retrasarse los relojes una hora para adaptarnos al horario de invierno. Tal y como ha anunciado Pedro Sánchez, el Gobierno quiere que esta vez sea la última que lo hagamos.
La intención, según comenta el presidente, es que Bruselas elimine el cambio horario en la Unión Europea de forma definitiva, un paso que no se ha dado hasta ahora por la falta de consenso entre los países que dan forma a la organización. Con la excusa del ahorro energético relegada a una mera anécdota, ahora la gran duda es si nos quedamos con el horario de invierno o el de verano cuando, en realidad, debería ser otra muy distinta.
Un cambio horario aprobado en 2019
El problema del análisis-parálisis de la Unión Europea cuando toca enfrentarse a ciertos cambios es ya un viejo conocido de los estados miembros. La consulta realizada entre 2018 y 2019 arrojó más de 4,6 millones de respuestas en las que, para el 84% del público, la idea de suprimir el cambio horario empezaba a ser una prioridad.
Frente a esa duda, la de si seguir cambiando o no, durante años los países se han agarrado a la necesidad de un ahorro energético que se instauró en 1973 durante la crisis del petróleo y que, según estudios modernos, en realidad estaban suponiendo una diferencia no sólo muy pequeña, sino que en algunos casos incluso era completamente nula.
Ante la evidencia, lo más normal habría sido apostar por el cambio o, mejor dicho, por no volver a cambiar la hora, pero en ese sindiós que supone a menudo la organización de la Eurocámara, el voto a favor de suprimir el cambio horario se topó con otro problema: el no saber organizarse para adaptar una hora fija capaz de convencer a todos por igual.
Mientras algunos países apostaban por quedarse con el horario estándar, el de invierno, otros preferían el de verano, el que a priori mejor funcionará en países como España por cómo esas horas de luz adicionales por la tarde mueven gran parte de nuestro turismo. En cualquier caso, el Gobierno ni se pronunció entonces sobre una preferencia ni lo ha hecho ahora. Y es que por muchas vueltas que le demos al debate, en realidad el problema es otro.
Lo que dice la ciencia del cambio horario
Aunque es cierto que la falta de una coordinación general dentro de la Unión Europea podría terminar entregando un mapa de horas difícil de gestionar en aspectos como el transporte o la logística de los mercados, en esa mirada hacia lo que dice la ciencia que destacaba Pedro Sánchez en su mensaje hay no pocas corrientes.
La más común es la que habla de cómo los cambios horarios nos afectan más de lo que creemos, provocando dolores de cabeza y semanas de adaptación frente a las que, en mayor o menor medida, siempre nos cuesta lidiar. Se habla, de hecho, de caídas en la productividad, de problemas de metabolismo, e incluso una sensación similar a la del jet lag que termina afectando a nuestro sueño.
Para otra rama de la ciencia con menos ruido que ese, en cambio, el problema no está en el cambio del horario de invierno al de verano y viceversa, sino en un problema de base que está en las manecillas del reloj. Pese a que durante buena parte de la historia de nuestra civilización nos regimos por el sol y las estaciones para levantarnos y acostarnos, adaptándonos a la luz como principal objetivo, la costumbre desapareció cuando aparecieron los relojes.
Parte de los defensores del cambio de horario se acogen a eso, a lo que se conoce como cronobiología, para acercarse lo máximo posible a ese ciclo de luz que resulta más natural para el cuerpo y termina influyendo de la misma forma que lo hace en otros animales. Sin embargo, incluso ante ese planteamiento, hay malas noticias para lo que busca una buena parte de España. Siguiendo esa regla, lo más recomendable sería el horario de invierno porque ata más el amanecer a la hora de levantarnos.
Imagen | Unión Europea
En 3DJuegos | A Europa se le escapó el tren del coche eléctrico por culpa de un debate. Le está pasando lo mismo con los vehículos autónomos
En 3DJuegos | Jakob Fugger, la persona más rica de la historia de Europa: una fortuna tan enorme que superaría a la de Mark Zuckerberg
Ver 9 comentarios