Me ha costado separarme del primer monitor 4K OLED de Samsung, un panel demencial que es en realidad una Smart-Tv disfrazada. Análisis del Odyssey G8 OLED

Me ha costado separarme del primer monitor 4K OLED de Samsung, un panel demencial que es en realidad una Smart-Tv disfrazada. Análisis del Odyssey G8 OLED

El nuevo modelo de la familia Odyssey llega, para mi sorpresa, con una importante capa Tizen OS bajo el brazo y todo un entramado de opciones para el consumo multimedia

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Samsung Odyssey G8
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Alberto Lloria

Editor

Lo admito, trabajando en 3DJuegos han pasado por mis manos una buena lista de monitores, muchos de ellos OLED, pero ninguno como este. Como usuario de un Samsung Odyssey G7, esperaba con ansias poder lanzarme a uno de los OLED de la marca surcoreana, y qué mejor que con su gama Odyssey. Sin embargo, lo que tuve entre manos durante dos semanas fue un monitor, el Samsung Odyssey G8 OLED, que, al mismo tiempo, es un televisor en un concepto peculiar donde sobran muchas cosas, especialmente si lo vas a usar exclusivamente para videojuegos. No obstante, la calidad de la pantalla, el sonido y la conectividad son tan sobresalientes que vale la pena cada euro invertido.

Ver monitores ultrainteligentes no es raro hoy en día. Hay varios modelos; LG, por ejemplo, coquetea con características que van más allá del simple consumo de videojuegos, añadiendo diferentes capas de personalización, así como todo un entramado de soporte vía IA para mejorar la imagen o similares. Sin embargo, pocos hacen lo que Samsung. En este caso, el nuevo modelo de los surcoreanos, lanzado a finales de 2024, tiene el alma de una Smart TV con soporte para apps vía Tizen OS, así como conexión a Internet. Todo esto dentro de un monitor nada barato, eso sí: 1.099 euros en la tienda de Samsung.

Especificaciones de gama alta con una pantalla sobresaliente

En este tipo de análisis, no suelo centrarme tanto en el diseño de un dispositivo a menos que lo merezca por algo especial o porque su uso visual sea casi tan importante como su desempeño. En el caso de un monitor que también funciona como televisor, creo que hablar del diseño del Odyssey OLED G8 es crucial. Con un acabado en materiales metálicos de tono gris oscuro, el monitor transmite una sensación de lujo y robustez que supera a muchos de sus competidores. Además, incluye un anillo de iluminación LED RGB en la parte trasera, que puede personalizarse a través de su propio OSD. Eso sí, tampoco es la mejor ni la mayor iluminación que he visto en el mercado. No hablamos de algo similar a la iluminación Ambilight de Philips, sino más bien de un añadido visual para acercar el Odyssey G8 al estilo gamer de los monitores con los que compite.

Samsung Odyssey G8 4

No obstante, la joya de la corona es su panel. En este caso, hablamos de una pantalla QD-OLED de 32 pulgadas, resolución 4K y una frecuencia de actualización de hasta 240 Hz —o 140 Hz si deshabilitamos las ayudas para gaming y el soporte FreeSync—. En cuanto a la calidad de imagen, la implementación de un panel QD-OLED, que busca ir un paso más allá que el OLED tradicional, resulta en una experiencia visual apabullante y precisa, ideal tanto para juegos como para el consumo de películas o series.

SAMSUNG Odyssey G80SD OLED Monitor de Juego, 32", UHD con Panel OLED, 3840 x 2160 píxeles, frecuencia de actualización 240 Hz, Tiempo de Respuesta 0,03 ms (G/G), AMD FreeSync Premium Pro,

De hecho, aunque requiere ciertos ajustes por nuestra parte, uno de los OSD más versátiles y amigables que he podido probar —completamente separado del Tizen OS de Samsung— permite optimizar parámetros como el Alto Contraste, combinado con su HDR, para ofrecer imágenes espectaculares incluso en HDR vía Windows. En consolas, habiéndolo probado con PS5, la experiencia es superior. Su brillo máximo de 779 nits y la profundidad en las secuencias nocturnas de Marvel's Spider-Man 2 o en los pasillos angostos de Dead Space Remake quitan el hipo.

Samsung Odyssey G8 7 (Al hacer fotos con un iPhone 13 y el sistema de iluminación, los negros aparecen más azulados)

Aun así, no todo es perfecto. Su brillo máximo en SDR de 206 nits es inferior al de otros monitores OLED, lo que puede ser un inconveniente en espacios muy iluminados y requerirá de ciertas concesiones para funcionar correctamente. Además, aunque la precisión del color es buena, no está a la altura de algunos de sus competidores, dejando secuencias algo saturadas de tonos azulados en los momentos nocturnos, especialmente en aquellos juegos que disfrutemos en SDR.

Asimismo, uno de los problemas que encontré y cuyo proceso de adaptación fue arduo, es su uso para tareas ofimáticas. No engaño a nadie si digo que trabajo más de 8 horas frente al PC, por lo que un monitor debe tener, como mínimo, buenas opciones para el cuidado de la vista, algo de lo que carece el Samsung Odyssey. Sus funciones para reducir el brillo durante un uso prolongado palidecen frente a otros paneles, lo que me obligó a hacer malabares entre opciones visuales para no cansarme la vista más de lo necesario.

Un monitor Smart TV: ¿de verdad es su mayor fallo?

La función Smart TV del Odyssey OLED G8 es una de sus características más polémicas o, por lo menos, de dudosa necesidad. Aunque convierte al monitor en un dispositivo multifunción ideal para espacios pequeños, como estudios o habitaciones, también puede resultar frustrante para los usuarios que buscan una experiencia más simple. Configurar el dispositivo requiere conectarlo a través de Wi-Fi y seleccionar aplicaciones de uso principal (esto último es opcional), un proceso que puede ser tedioso para algunos.

Img 3839 El uso de comandos vía voz es algo que quizá no casa con las necesidades de todos

Además, el mando, similar a los últimos modelos de los Fire TV de Amazon, sirve casi exclusivamente para el consumo multimedia. Esto se traduce en que, a no ser que estés usando el monitor con las opciones de juego —que incluyen habilitar el HDR y los ajustes para gaming—, no puedes acceder a las opciones visuales y de configuración a través del mando, sino solo desde el móvil. Y aunque es raro no tener el móvil cerca, en este tipo de dispositivos multimedia considero innecesario depender de un dispositivo iOS o Android para configurarlo.

Eso sí, Tizen OS funciona con una velocidad increíble. Atrás quedó el sistema tosco de Samsung que estrenaron sus televisores hace años. Puede que muchos no estén en el mismo barco que los surcoreanos al optar por un dispositivo todo en uno como este —yo tengo mis dudas más allá de su excelente pantalla—, pero lo cierto es que Samsung ha mimado su producto hasta las últimas consecuencias.

Samsung Odyssey G8 2

Además, gracias a que el panel está pensado para el consumo multimedia en un porcentaje que rivaliza con el gaming, los surcoreanos han conseguido implementar un sistema de sonido sobresaliente que utiliza AI-Driven Sound para mejorar el acabado sonoro y la ecualización de graves y agudos mediante inteligencia artificial.

¿Vale la pena el Samsung Odyssey OLED G8?

Para responder a esta pregunta, diré que cuando me avisaron de que venían a recogerlo —pues hablamos de un dispositivo de muestra—, sentí un gran vacío. El Samsung Odyssey OLED G8, aunque chocó de frente conmigo por su concepto de televisión encapsulada dentro de un monitor, es un panel que combina lo mejor de dos mundos: el rendimiento visual de un monitor de alta gama y las funcionalidades de una Smart TV sin entorpecer la experiencia.

Samsung ha sabido mantener ambos mundos separados, aunque con peros. Sus áreas de mejora, como su brillo en SDR y la complejidad para adaptarse a un monitor que intenta ir más allá de los convencionalismos, hacen que no sea perfecto. Si, como yo, buscas una experiencia superior en gaming y, de vez en cuando, consumir contenido multimedia sin que la experiencia visual se vea comprometida, este es tu monitor. Una opción que no solo me ha sorprendido, sino que, de ser posible, se quedaría como mi monitor personal.

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