Convertirse en desarrollador de videojuegos no es sencillo, pero hacerlo mientras sufres cortes de electricidad que pueden durar hasta tres semanas lo hace casi imposible. Tampoco ayuda necesitar hasta diez meses de salario mínimo para poder comprar una tarjeta gráfica competente. Tobi vive en Lagos, Nigeria, pero acaba de publicar su primer juego en Steam. Para hacerlo, además de buscarse la vida con un plan que ha durado cinco años, también ha tenido que engañar a Valve. Lo que ha vivido da para escribir un libro y llamarlo La Odisea.
Crear videojuegos desde uno de los países más pobres del mundo
Tobi publicó su primer juego en Steam (Little Scavenger) hace dos semanas y quiso mirar hacia atrás para compartir con la comunidad todo lo que había conseguido. Comenzó explicando que su carrera había comenzado cinco años atrás de una forma atípica. Aunque siguió los pasos de todos los desarrolladores del mundo y comenzó a trabajar en esto por pasión, tuvo que hacerlo de una forma un poco más premeditada. "En 2019 tuve que ahorrar durante todo un año para comprar un portátil de 200 euros para poder empezar mi carrera", explicaba.
La anécdota la compartió a través de una publicación en Reddit en la que también hablaba de detalles como los mencionados cortes de electricidad: "Desarrollar juegos en Nigeria no es fácil. Tenemos apagones frecuentes y, dependiendo del mes, a veces tenemos que renunciar al internet en casa por otras prioridades. Estas razones hacen que el proceso de desarrollo sea más lento y mucho más pesado de lo necesario. Recuerdo una vez en 2020 en la que no tuvimos electricidad durante tres semanas y yo estaba de bajón total porque no podía trabajar en mis juegos".
Aunque el sector cada vez se abre a más regiones, el mercado del videojuego piensa de forma casi exclusiva en clientes con un cierto nivel adquisitivo que generalmente residen en países occidentales o territorios colindantes. Una estadística ilustrativa al respecto es que Europa, Estados Unidos, Canadá y Japón aglutinan el 80% de las consolas del mundo pese a representar un porcentaje ínfimo de la población. La imagen cambia un poco cuando hablamos del PC, pero os podéis imaginar que no es como si en Nigeria hubiera un ordenador puntero por domicilio.
Esto ha hecho que plataformas como Steam no estén preparadas para estos países, lo que llevó a Tobi a engañar a Valve: "Hace un año descubrí que la gente de mi país no puede crear cuentas de desarrollador en Steam y esa revelación acabó con mi ánimo y las ganas de hacer juegos. Sin embargo, encontré ayuda de un diseñador de videojuegos muy conocido que prefiere mantenerse en el anonimato. Él estaba dispuesto a poner el juego en la tienda por mi y me alegré mucho. Un año después, esto sigue siendo un problema para nosotros, los desarrolladores nigerianos, y espero que Steam elimine esta barrera".
"Pese a lo que os cuento, no todo en mi carrera ha sido pesimismo y tristeza. Ya os he dicho que conseguí llegar a 10.000 seguidores en Twitter y que he publicado un juego. Cuando mi ordenador no funcionaba, desde Devolver Digital se ofrecieron a regalarme uno nuevo. Free Lives, los desarrolladores de Anger Foot me ofrecieron un viaje a sudáfrica con todos los gastos pagados para ir a Playtopia [un evento de videojuegos en Ciudad del Cabo]. Pese a tener todas estas desventajas, de algún modo he conseguido llegar a una posición en la que nunca pensé que fuese a estar hace unos años. Estoy verdaderamente feliz de mis logros y de las cosas que he aprendido", concluía el desarrollador.
Podéis echar un vistazo a la página de Little Scavenger en Steam, que es el primer juego que ha desarrollado tras estos años de trabajo. De momento las cosas parecen irle bien con un título que, pese a tener pocas reseñas, recibe mayoritariamente opiniones positivas. Además, el juego ha cumplido su función: ha ido suficientemente bien como para que Tobi se haya decidido a iniciar el desarrollo de un nuevo título. Esperamos que esta vez el proceso sea menos accidentado.
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