Análisis de Final Fantasy XV. El triunfo de las emociones

Análisis de Final Fantasy XV. El triunfo de las emociones
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Dicen que lo contrario al amor no es el odio, sino la indiferencia, y me alegro de que Final Fantasy XV no me haya dejado indiferente. He sonreído, me he emocionado, he sentido enfado, me he llevado las manos a la cabeza… Lo he amado, lo he odiado. Esta es mi historia de amor con lo que ha sido para mí más que un juego. Ha sido una emoción continua. Análisis de FFXV.

Capaz de lo mejor y de lo peor. Así es el amor y así es Final Fantasy. Me quedé sin palabras la primera vez que lo vi. Hubo química cuando lo jugué. Tuvimos nuestros más y nuestros menos a medida que pasaba el tiempo. Que si FFVII fue el más icónico, que si FFX era la belleza hecha videojuego, que si FFXIII resultaba pasillero… Pero al final, siempre se imponía ese poder invisible y místico encargado de ponerte la piel de gallina.

Final Fantasy XV me ha hecho recordar dichos episodios de amor y desamor, porque he sentido de todo mientras sujetaba el mando. Sorpresa por su gigantesco y bellísimo mundo. Desconcierto por su cuestionable estructura de juego. Admiración por la vuelta de tuerca que han dado a la serie. Duda por su a veces descuidado diseño. Pasión por una historia que llega al corazón. Rabia porque creo que podría haber dado más de sí.

Muchas ilusiones y expectativas encerradas en un disco que hemos esperado durante años. Puede que las vuestras sean idénticas a las mías, o que sean distintas. Hablarás de ello con tus amigos, habrá polémica en los foros, nadie quedará indiferente. Ocurrirá, es inevitable. Y lo es porque esto es Final Fantasy, una saga con unos altibajos que se resumen en esta entrega. La luz contra la oscuridad, las decisiones acertadas contra las más polémicas. Los japoneses no lo han tenido fácil. Han luchado contra ellos mismos en un desarrollo caótico. ¿Pero sabéis qué? Al ver los créditos pensé que el bien había triunfado, que esto ha salido adelante por el corazón que le han echado. Mi viaje ha merecido la pena, y eso vale más que todo lo que leeréis a continuación. Pero sigamos el camino, poniendo la música que se merece esta historia.


Amistad

Hay historias de amor que comienzan con una simple amistad. La nuestra arranca tímidamente, con cuatro amigos destinados a caminar juntos por este valle de sonrisas y lágrimas que es Final Fantasy XV. Momentos buenos, momentos malos… El grupo es esencial para entender este videojuego. Lo es porque todo gira en torno a ellos, porque evolucionan, porque sientes que formas parte de su viaje.

Los restaurantes son puntos de reunión para el grupo, pero también un lugar ideal para desbloquear actividades y aceptar misiones de caza.
Los restaurantes son puntos de reunión para el grupo, pero también un lugar ideal para desbloquear actividades y aceptar misiones de caza.


Reconozco que me ha sorprendido. Era de los que pensaba que esto no funcionaría del todo bien. Sin embargo, tras horas escuchando las bromas de Prompto, los comentarios certeros de Ignis o la contundencia de Gladiolus, acabas cogiéndoles cariño. Con ellos he compartido trayectos en coche, cenas en campamentos o carreras en Chocobo. A veces uno me pedía que detuviera el coche para sacar una fotografía. En otra ocasión me daban un sermón de campeonato por mi actitud. Cuando intentaba conducir de noche me decían que era peligroso. Pero no se me han hecho pesados. Si acaso, Noctis, que arrastra un ligero pesimismo existencial (marca Nomura). Lo bueno es que Square Enix es como si hubiese dejado libre un pequeño rincón en su alma para completarla… y así compensar un poco. Que a veces se nos obligue a responder preguntas es buena prueba de ello.

El triunfo de las emociones


Pasan cosas increíbles, te emocionas y conectas con los personajes

No me han gustado ciertas incongruencias narrativas que no contaré por eso de los "spoilers", o que la importancia del grupo pierda fuerza en ciertos capítulos. Sin embargo, siempre me he preocupado por equiparlos con lo mejor (aunque me esperaba más armas) y que tengan sus técnicas a punto (el árbol de habilidades es una locura). Hasta me da la impresión de que las batallas funcionan mejor gracias a este sentimiento de grupo. Si alguien cae, te ves en la obligación de ayudarle. Si estás en apuros, vienen a rescatarte. Hasta tenemos ataques combinados. Tendrá sus pegas, pero en este aspecto el sistema combativo resulta implacable.

¿Alquilar chocobos? Debes pagar para tenerlos hasta siete días seguidos a tu disposición, pero el canje es inteligente. Tardarás menos en tus trayectos.
¿Alquilar chocobos? Debes pagar para tenerlos hasta siete días seguidos a tu disposición, pero el canje es inteligente. Tardarás menos en tus trayectos.


Diréis que, vaya, Square Enix no es que se haya estrujado el cerebro con la caracterización. Noctis es el niño pijo heredero del reino, Gladiolus el grandullón que no se muerde la lengua, Prompto el niñato bromista e Ignis el cerebrito "sabelotodo". Pues sí, son así, estereotipos, ¡pero rayos lo bien que funcionan! Una vez me dijeron que en televisión hay que exagerar nuestros rasgos para que funcionen mejor. En los videojuegos pienso que también pasa algo similar, o al menos en este caso han dado en el clavo.

Además, tiene su gracia, porque cada uno destaca por una habilidad. A Noctis se le da bien la pesca, con un minijuego nada despreciable. Gladiolus es fan de la supervivencia, y si queremos podemos retarle en combate para mejorar técnicas. Ignis hace unos platazos que ya veo al Kojima tuiteándolos. Y lo mejor, Prompto saca fotos que se quedan como recuerdo de nuestra aventura. Podemos seleccionarlas cada vez que descansamos en un hotel, una caravana o un campamento. Se quedan como documentos que inmortalizan nuestra aventura, un detalle impresionante para que al llegar al final, vuelvas a esas fotos y recuerdes lo importante que es la amistad.

El triunfo de las emociones


Seducción

"A los jugadores de siempre, y a quienes descubrís hoy Final Fantasy". Primera frase que vemos en el juego, toda una declaración de intenciones. Los habrá que no se lo crean. Cualquiera de nosotros pensaría que los clásicos eran mejores, que tenían gancho, que las entregas actuales no pueden hacerles sombra. Sin embargo, eso es dar por hecho que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor. Y eso está caduco. Hay motivos para pensar que un nuevo jugador puede enamorarse de FFXV.

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Los enemigos son vulnerables a determinados estados. Usar las magias inteligentemente puede facilitarte mucho las cosas.
Los enemigos son vulnerables a determinados estados. Usar las magias inteligentemente puede facilitarte mucho las cosas.


Primera razón: es un juego adaptado a la modernidad. La serie se despoja de sus cadenas para marcarse un mundo abierto de proporciones épicas. En Square Enix estaban dolidos por las críticas a los pasillos de FFXIII. Pues tomad, ahí tenéis. La región principal del juego es gigantesca y cuesta explorarla en su totalidad. Tenemos el Regalia y los chocobos, pero el viaje rápido se hace imprescindible para no hacer de esto una tortura. No todo es positivo y luego volveré sobre este tema… pero explorar el mundo se hace satisfactorio en líneas generales. Es un lugar en el que apetece quedarse las 30-35 horas como mínimo que dura la trama principal.

Segunda razón: el sistema combativo. Giro drástico para acabar de un plumazo con las mecánicas por turnos que venimos viendo en la serie. Ahora todo es en tiempo real, con más acción. A pesar de las críticas, el sistema funciona bien, salvo una cámara muy rebelde que no se ha arreglado lo suficiente con la actualización 1.01 (primer parche disponible). Existen dos grados de dificultad, lo que enfatiza las intenciones de Square Enix por llegar a todos los públicos. También hay un modo espera. Lo he probado y lo he quitado. No era lo que esperaba, y tal vez dado este planteamiento era algo que simplemente no encajaba.

El Regalia es gran protagonista del videojuego. Esta historia de emoción tiene que ver mucho con él, un compañero inseparable.
El Regalia es gran protagonista del videojuego. Esta historia de emoción tiene que ver mucho con él, un compañero inseparable.


Tercera razón: la trama. Dicen que en Final Fantasy las mecánicas te dan la bienvenida al juego, pero que es la historia lo que te anima a llegar hasta el final. En FFXV también se cumple. Por su estructura, es un videojuego que tiene partes cargadas de intensidad narrativa, pero otras en que nos abandona. Sin embargo, pasan cosas increíbles, te emocionas y conectas con los personajes. Notarás que hay partes en que crees llevar una bola de plomo encadenada al pie, pero la narrativa te da fuerzas adicionales para seguir, para llegar hasta los títulos de crédito.

Salvo su cámara rebelde, el sistema de combate funciona bien

Tiene mucho mérito. Por eso, creo en el poder de seducción de este videojuego. Pero aviso: tanto si esta es vuestra primera cita como si no, no llevéis las expectativas por las nubes. La espera ha sido elevada y la campaña promocional que hemos recibido simplemente tremenda. Además, es necesario darle tiempo para que os cuente todas sus virtudes y lo mucho que ha querido innovar. Eso dura muchas horas. Arrojar una impresión a primera vista es como no haberte molestado mucho en conocer a una persona antes de criticarla. Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero nadie puede negar lo que se ha preparado para gustar tanto a nuevos como a viejos jugadores.

El triunfo de las emociones


Fidelidad

Lo peor del amor es sentirse engañado. Sé que muchos os sentisteis así cuando empezásteis a descubrir cosas sobre este título. Y resumiría ese dolor en que no sentís que esto sea Final Fantasy. Sin embargo, lo es más de lo que pensáis. Detrás de esos hombres de negro se esconden en realidad los cuatro caballeros de la luz que vimos en la primera entrega, hace casi 30 años. Los combates no son por turnos, pero alrededor de ellos gira la esencia de antaño. Si ves la estructura de juego desde arriba, esquematizándolo, reconoces el esqueleto de los clásicos. Yo también pasé por vuestra situación, no lo niego, pero lo justo es decir que Square Enix no nos ha traicionado. De hecho, es una carta de amor encubierta.

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No he visto tantas armas como me gustaría, pero es importante echarle un ojo de vez en cuando a esta pantalla. Te ayudará a progresar.
No he visto tantas armas como me gustaría, pero es importante echarle un ojo de vez en cuando a esta pantalla. Te ayudará a progresar.


Además, FFXV hace algo maravilloso, confundir la realidad con la ficción. Tienes que llenar el depósito de tu coche y a la vez derrotar a un titán gigante. Recorres carreteras asfaltadas al estilo americano a bordo de un chocobo. Tan pronto ves a un viejo mecánico especializado en motores como a una mujer con la habilidad de curar personas con sólo tocarlas. Hay un coliseo al estilo romano en que puedes apostar por bestias que no habías visto en la vida.

La fantasía queda envuelta con un bonito papel de regalo llamado "realidad". Es una metáfora. Es como si de repente ahora mismo, que lees este artículo, se te apareciera Ifrit, Shiva o Bahamut: metarrealidad aumentada. Entras al mundo del juego viendo cosas con las que estás familiarizado, pero luego te sorprende lo que vas encontrando. Y lo que te encuentras es muy Final Fantasy. Demonios… vaya si lo es. Me ha encantado comprar melodías clásicas de la saga para ponerlas en el reproductor del Regalia. Me he tirado horas consiguiendo guiles para cargarme de objetos curativos, porque no son imprescindibles, sino lo siguiente. He sentido un golpe de nostalgia cuando en el menú aparecían mis personajes en forma de "sprites" retro. Y sí, he realizado invocaciones. No de la manera que os esperáis, pero es mejor que lo descubráis por vosotros mismos.

Hay cosas muy cuestionables en este videojuego. Aún así, no quiero contaros demasiado. A mí no me gustaría que lo hicieran conmigo. Sin embargo, debo reparar en la estructura del juego, es fundamental. Menudo lío que han montado los japoneses. Llegado a cierto punto del juego, pasamos de un mundo abierto impresionante a un avance lineal. Ya estaba avisado sobre esto. Lo dijo Hajime Tabata. También me lo dijeron en Square Enix al recibir la copia de análisis. Están muy preocupados por ello. Aportan como justificación que necesitaban hacerlo así para contar mejor la trama.

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Es cierto. En mundo abierto la trama se diluye. Cuando llega la linealidad mejora, pero no sé qué pensar… Creo que no han encontrado un buen equilibrio. No puede ser que estés horas sin recibir noticias de la historia, y de repente te provoquen un vuelco al corazón con un giro espectacular. Lo más curioso de todo es que no sabría deciros qué es mejor. Me ha gustado tener libertad, irme a pescar, protagonizar cazas de monstruos (batidas), cumplir secundarias, visitar emplazamientos, levear… Pero también me ha gustado que me guiaran. Había partes de hecho que me recordaban un montón a Final Fantasy VII. Si haces un croquis, te sale el diseño de niveles de los clásicos.

Mi corazón ha palpitado con la historia de Noctis y sus amigos, es bellísima

Al final, es como te lo tomes. Si te entretienes mucho en el mundo abierto, te alejas de la historia. Si te centras más en la trama, te pierdes todo lo que tienes a tu alrededor. Siempre podrás volver, no te preocupes. Por eso, no sabría deciros cuál es la mejor perspectiva a tomar. Yo lo disfrutaría, lo saborearía. No tengáis prisa en acabar el juego. Iros a batir bestias y conseguir guiles. Pararos a preguntar por los problemas de la gente, os darán misiones. Perderos por el mundo, es precioso. Disfrutadlo, no apresuréis el camino. Habéis estado esperando demasiado como para que ahora lo completéis con prisas y a lo loco.

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Amor y odio

Es difícil de explicar la relación que acabas estableciendo con el juego. Hay veces que lo amas, hay otras que lo odias. Por algo dicen que del amor al odio hay sólo un paso. Es verdad. Pero me gusta. Prefiero tener este debate antes que el juego me deje indiferente. Eso sí que no lo hubiese aguantado. Por suerte, FFXV, con sus pros y contras, es un juego con personalidad, que puede gustarte más o menos, pero que emociona.

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Lo he querido cuando vi su mundo abierto, majestuoso, con un Luminous Engine espectacular, que justifica en sí mismo la creación de este videojuego. Me he maravillado por los entornos, la belleza de los paisajes, cómo pasaba el sol entre las ramas de los árboles. Mis ojos han hecho chiribitas con Altissia, con el diseño de los enemigos, con algunas secuencias de introducción. Mi corazón ha palpitado con la historia de Noctis y sus amigos, es bellísima. Mis manos se han deleitado con unas batallas que alcanzaban clímax espectaculares, sobre todo por esa banda sonora… Oh, dioses de Lucis, esa música es insuperable. Los trayectos en Chocobo no resultarían tan llevaderos. Las secuencias perderían toda su magia. Yoko Shimomura, eres muy grande.

Me he enfadado cuando veía que la historia no arrancaba, que no pasaba nada cuando debía hacerlo, que se podía haber hecho mejor. He sufrido por un par de picos de dificultad muy elevados, echando de menos una mejor progresión, no que me tuviera que pegar un palizón a levear, así porque sí. Me he despachado a gusto con mi pobre televisor cuando la cámara no funcionaba bien en los combates. Por supuesto, me he acordado de los diseñadores en momentos en que hacían relucir un diseño de niveles impropio de este siglo, a pesar de que algunos tenían su encanto.

Sin embargo, volvía a ilusionarme en el momento en que una secuencia cinemática me dejaba boquiabierto, o cuando en la recta final se me encogía el corazón con lo que pasaba. Otra vez, la piel de gallina, y pensaba que no estaba tan mal. Me lo estaba pasando bien. Eso de que asimilaras la experiencia al acampar me pareció una idea brillante. Luego me iba a los menús, y ahí estaba un árbol de habilidades espectacular, con el que pasaba minutos sin cansarme. O confeccionaba mis propios hechizos, combinando fuego, hielo y electricidad. O buscaba la mejor forma de equipar a mis personajes. O me iba a las preferencias para poner las voces en inglés o japonés (excelente doblaje en ambos casos).

Los efectos visuales durante las contienda son fascinantes, y dan un dinamismo único a los combates.
Los efectos visuales durante las contienda son fascinantes, y dan un dinamismo único a los combates.


Y entonces volvían a aparecer los fantasmas. Una parte insufrible en que ir de un lado para otro consiguiendo llaves para seguir adelante. Diseños jugables caducos que se enfrentaban a otros brillantes. Vicios de los J-RPG fusionados con ideas frescas y oportunas. La imposibilidad de controlar con completa libertad el Regalia, que en realidad va sobre raíles. Ligeros microtirones ("frame pacing") en mi PS4 que sin embargo no se daban en absoluto en PS4 Pro. De hecho, en esta otra consola el juego va fluidísimo, y si la tenéis ofrece una experiencia óptima para jugar. Xbox One no se queda muy atrás, aunque ofrece un acabado más borroso, con texturas de no tanta calidad. Es necesario poner frente a frente ambas versiones (PS4/One) para vislumbrar las diferencias. Jugando por separado ambas experiencias son satisfactorias.

Con sus pros y contras, es un juego con personalidad, que puede gustarte más o menos, pero que emociona

Yo, como podréis imaginar, hecho un completo lío por este vaivén de emociones. En la redacción los he vuelto locos. Ahora me gusta más, ahora menos… Y puede pareceros difícil de creer, pero al final todo tiraba adelante por el alma que le han echado los nipones. Es como cuando un equipo de fútbol no está en su mejor momento, pero saca algo de sus adentros para marcar la diferencia. Casta lo llaman. Pues FFXV tiene la casta del ganador, de una saga que no se podía permitir caer en el abismo. De ahí los retrasos, de ahí que el desarrollo haya experimentado tantos giros. Al final, la historia de nuestros cuatro protagonistas es la historia del equipo de desarrollo, que han luchado juntos para sacar esto a flote. Vaya papelón...

El triunfo de las emociones


Emoción

Y así, tras una semana recluido, dándole sin parar y con más barba, emocionado he acabado. Es la fuerza interior del videojuego. Tengo la culpa, como todos nosotros, de esperar demasiado de estas grandes franquicias. Lógico, nos apasiona este medio. No obstante, por mucho que los desarrolladores hayan escuchado a los seguidores (que lo han hecho), nunca lloverá a gusto de todos. Esto es así. Esperamos un juego, obtenemos uno diferente. No es malo, pero nos condiciona. Hablamos sobre lo que nos gusta, sobre lo que no… Es complicado.

El triunfo de las emociones


Pero si algo he sacado en claro, es que he agradecido jugarlo. Me he hartado de leer que esto no es Final Fantasy. Mentira. Que el combate no está a la altura. Mentira. Que es imposible que alguien conecte con estos mal llamados "backstreet boys". Mentira.

Todo es falso porque FFXV fallará en muchos aspectos, pero no precisamente en esos. Erra en los altibajos que presenta, ocasionados por un desarrollo accidentado al que se le notan las costuras. No todo está bien cohesionado, y hay partes sublimes junto a otras que te hacen estallar en ira. Ese es el problema, que si todo hubiese estado al mismo nivel hablaríamos de un videojuego espectacular. No es que no lo sea, pero le ha faltado ese punto.

En cualquier caso, el otro día me decía un buen amigo que le daba igual lo que escribiera en este análisis, que se compraría el juego igual. Y puede parecer contraproducente que una persona dedicada a hacer críticas os diga esto: pero algo de razón tiene. Hay videojuegos que pueden con todo, que van más allá de leer una crítica o ver una puntuación. Hay videojuegos como Final Fantasy XV que simplemente hay que jugarlos, porque hacen historia, porque están cargados de sentimiento, porque son simplemente especiales. Así que yo sólo os digo que, a pesar de mi relación de amor-odio, no me lo habría perdido por nada del mundo. Gracias a los japoneses por hacer que las emociones vuelvan a triunfar. Hasta la próxima.

Excelente

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Final Fantasy XV

Por: El equipo de 3DJuegos
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Una fantasía hecha realidad. FFXV es amor en forma de videojuego, un flechazo de Cupido que atraviesa el corazón de los fans, una demostración de valentía que desafía a lo imposible, la fuerza de un equipo por sacar adelante un proyecto con enormes dificultades. Te enamorarás de sus valores de producción. Dudarás por sus cuestionables decisiones de diseño. Apreciarás que se haya escuchado tu voz. Te enfadarás porque el juego tiene muchos altibajos. Puede que camines entre el amor y el odio como yo mientras lo juegas, pero al final te darás cuenta de lo más importante: han triunfado las emociones. Y eso… es Final Fantasy.

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  • El mundo abierto, bello y con un buen número de misiones y actividades
  • Es muy Final Fantasy, reconocerás muchos elementos icónicos de la saga
  • La importancia del grupo y la amistad, sin ellos nada sería igual
  • Los combates en tiempo real ofrecen diversión la mayor parte del tiempo
  • Árbol de habilidades, conjuros, objetos… el sistema de progresión es genial
  • Al principio es abierto, luego lineal, pero la historia lo agradece y brilla más
  • Fantástico diseño artístico, una combinación brillante entre fantasía y realidad
  • La música parece hecha por los dioses de Noctis, aunque ha sido Yoko Shimomura
  • La historia se ausenta durante períodos prolongados en la primera mitad del juego
  • Muchos altibajos que te harán odiarlo y amarlo en repetidas ocasiones
  • Ideas de diseño algo desfasadas, aunque con un aroma nipón nostálgico innegable
  • A nivel visual partes muy cuidadas, pero otras no tanto
Jugadores: 1-4
Idioma: Textos en español y voces en inglés y japonés
Duración: 35-50 horas (mínimo)
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