Análisis de Super Mario Run. Correr, saltar ¡y disfrutar!

Análisis de Super Mario Run. Correr, saltar ¡y disfrutar!
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¡Es Super Mario! Sí, en smartphones y, sí, con un estilo de juego algo distinto al tradicional; pero a fin de cuentas, Super Mario. Esta es la gran virtud de un videojuego que aun con sus errores, pese a cierta simplificación de sus mecánicas, mantiene el encanto y la magia que esperas de cualquier obra de Nintendo. Super Mario Run ha iniciado su carrera en iOS y lo hace, como siempre, dibujando sonrisas entre los aficionados. Análisis.

Tiene guasa. Me he pasado la vida rodeado de videojuegos de Nintendo. He crecido con Super Mario Bros., The Legend of Zelda, Kirby, Pikmin, Fire Emblem… y tantas otras sagas de la Gran N, pero nunca, a nivel profesional, he tenido el gusto de escribir sobre una aventura de plataformas del bigotudo fontanero. Casi que lo prefería. El trabajo del redactor no es fácil; cuesta disfrutar de algo cuando juegas por obligación, cuando tienes que correr para publicar a tiempo. El destino ha querido, sin embargo, que sea yo quien os hable de Super Mario Run; ¡es algo histórico! Para mí, por razones obvias, pero más importante, para la propia industria del videojuego, pues esta es la primera vez que vemos a la mascota de la Gran N corriendo por los circuitos de un Smartphone. Literal. El juego va de eso. De correr y saltar; de correr y coger monedas, esquivar obstáculos y alcanzar la meta antes de que acabe el tiempo. Y todo ello con una única y simple acción: darle a la pantalla en el momento justo para saltar.

Es tan simple como suena. Pulsas y salta; pulsas fuerte, y salta más alto. Así, una y otra vez. Mario no se detiene. Siempre corre hacia adelante sin echar la vista atrás, sin darnos opción de pararnos un segundo. Tanta prisa tiene que incluso hay obstáculos que sorteará automáticamente, que saltará con su habitual destreza así, sin más, incluyendo a enemigos como los Goomba y Koopa Troopa. Pero al final, es la destreza del jugador la que determina el éxito o fracaso de la partida. Se requiere precisión, pulsar la pantalla en el momento exacto para superar las trampas propias de esta franquicia, y hacerlo además con estilo, con esa gracia sin igual con la que el fontanero ejecuta sus acrobacias. Fácil de jugar pero difícil de dominar. Esta es la premisa que impera en la gran mayoría de trabajos de Nintendo, y Super Mario Run no es una excepción. Cualquiera puede disfrutar de él, completar sus 24 niveles en un santiamén, sin demasiadas complicaciones, pero quien busque recolectar todas las monedas de colores… la cosa cambia mucho; ese ya es un reto para veteranos. Y es genial.


Misma esencia, distinta acción

Le vimos disfrutar de Super Mario Run mientras se comía una hamburguesa. Esa fue la peculiar forma de decirnos que a esta aventura de plataformas se podía jugar así, con una sola mano, sin grandes complicaciones. Y Shigeru Miyamoto no mentía. El nuevo trabajo de la Gran N es tan intuitivo, tan fácil de usar, que no necesitamos más que un simple dedo para sacar provecho a toda su acción. Cualquier aficionado curtido en las aventuras del fontanero podría pensar “qué mal ¿no?”, pero lo cierto es que Nintendo ha sabido sacar partido a esta nueva plataforma, creando una serie de nuevos desafíos que en algunos casos, nos gustaría ver en sus aventuras tradicionales.

Hay una versión de prueba gratuita que permite jugar los tres primeros niveles del modo historia y parte del modo carreras y Mi Reino. El juego completo cuesta 9,99 euros.
Hay una versión de prueba gratuita que permite jugar los tres primeros niveles del modo historia y parte del modo carreras y Mi Reino. El juego completo cuesta 9,99 euros.


Bloques que aceleran el paso, los que cambian la dirección de la carrera, los que detienen a Mario en seco para que pueda pensar mejor su siguiente acción, preparar ese salto imposible que le permita esquivar bolas de fuego, cuchillas afiladas o balas de cañón; todo en Super Mario Run está ideado para que actuemos con una precisión milimétrica. Casi que nos pide que memoricemos cada trampa, cada posición de los enemigos, para sortear todas estas trampas con una velocidad de infarto, sin fallos, ejecutando una coreografía perfecta que nos lleve a convertirnos en el más rápido y rico del Reino Champiñón. El concepto difiere del espíritu más sosegado, pausado, del resto de aventuras de Super Mario, pero al final, la esencia es la misma.

El videojuego busca a las claras divertir sin mayor pretensión que esa; hacerte pasar un buen rato desde el mismo instante en el que inicias la aplicación. Y lo consigue de muchas formas distintas. Su diseño de niveles, por ejemplo, es extraordinario. Se nota la mano de los principales creativos a cargo del fontanero, que no han perdido la oportunidad de formar parte de este hito histórico. Cada nivel, inspirados en los mundos clásicos de la franquicia, presenta retos muy dispares, con ritmos distintos, para que la acción, sin variar ni un ápice, nunca caiga en lo reiterativo. Sorprendentemente lo consigue. Hasta nos encontramos con las míticas Casas Encantadas y sus puertas engañosas, que hay que atravesar una y otra vez hasta dar con el camino correcto.

Correr, saltar ¡y disfrutar!


Cualquiera puede disfrutar de él, pero recolectar todas las monedas de colores es ya un reto para veteranos

Si encima buscáis todas las monedas de colores, que no son fáciles de conseguir, la diversión es todavía mayor. Casi que te obsesionas con ese objetivo; ya nada te importa más que hacer la partida perfecta, aun cuando te toque repetir la misma pantalla una y otra vez. No pasa nada. ¡Así de divertido es!, aunque no perfecto. He echado en falta algo más de complejidad en la acción; más bloques que modifiquen la carrera de Mario o, por qué no, sus clásicos ítems como la Flor de Fuego o algún que otro disfraz. Entiendo que esto habría complicado algo más la partida, pero también la habría dotado de más chispa. A medio plazo, por mucho que te lo pases bien, sientes que el plataformeo se repite más de la cuenta; que los retos, aun cambiando de escenario, son muy parecidos entre sí. Y es entonces cuando echas de menos el Super Mario de toda la vida; el que sabe sorprenderte constantemente con pruebas cada vez más duras.

Su diseño de niveles es extraordinario. Se nota la mano de los principales creadores de Super Mario
Su diseño de niveles es extraordinario. Se nota la mano de los principales creadores de Super Mario


Super Mario Run te deja con ese sentimiento de que sí, es un buen videojuego de plataformas, con la esencia Nintendo, pero no esa gran aventura que podría haber sido. Ni tan siquiera el modo Carreras, que nos enfrenta al fantasma de otros jugadores, termina de exprimir todo el potencial a esta idea de un Mario que nunca deja de correr. Aquí el objetivo es coger monedas y hacerlo además con estilo, ejecutando acrobacias perfectas para desatar la euforia de un público que, cuando está contento, desatará la llamada Fiebre del Oro. En ese estado será más fácil conseguir monedas y, por ende, derrotar al rival. ¿Con qué finalidad? Más allá de pasarlo bien hay un motivo: conseguir dinero y Toads de distintos colores, necesarios para reconstruir el Castillo de Peach y sus alrededores. Esta es la tercera faceta de juego de Mario Run, Mi Reino.

Correr, saltar ¡y disfrutar!


En la línea de Farmville y otras aplicaciones muy populares en redes sociales, se nos da cierta libertad para construir nuestro propio paraíso en el Reino Champiñón, creando casitas, usando flores y montañas para decorar, monumentos… y también edificios especiales donde disfrutar de minijuegos y otras recompensas en forma de personajes adicionales, entre los que encontramos a Luigi, Peach, Toad y demás; así como niveles secretos. ¡Todo muy al estilo Nintendo! La progresión aquí es algo lenta, pero no se hace pesado. Aunque al superar las misiones principales el ritmo al que consigues boletos para acceder a las Carreras se reduce notablemente, dado que las partidas son tan rápidas e intensas, y la acción tan divertida, las recompensas que obtienes llegan casi sin darte cuenta. Podrían haberse añadido más opciones, sí, pero como punto de partida, ante la más que probable llegada de nuevos contenidos, no está nada mal.

Consigue montones de monedas en el modo Carreras y demuestra al resto del mundo que nadie corre y salta con más estilo que tu.
Consigue montones de monedas en el modo Carreras y demuestra al resto del mundo que nadie corre y salta con más estilo que tu.


Los de Kioto también cumplen con nota en lo que se refiere al apartado audiovisual de Super Mario Run. El videojuego luce realmente bien; se ve bonito, colorido, como las últimas grandes aventuras del fontanero. La variedad de localizaciones, entre las que encontramos también las clásicas mazmorras y barcos voladores, sumado al diseño siempre alegre de los enemigos a batir, lo animado de la música y los efectos especiales, hacen de esta una de las aplicaciones más vistosas del presente año. Además, traducida al español con el habitual gusto y sentido del humor con el que la Gran N localiza sus juegos. ¿La gran pega? La conexión permanente a Internet. Entendemos que para disfrutar del modo Carreras sea necesaria, pero si alguien quiere echarse una simple partida, disfrutar del juego en, por ejemplo, un avión, ¿por qué no debería? De momento no es posible, y es un detalle que no nos gusta.

Muy Bueno

Sin sello
Correr, saltar ¡y disfrutar!

Super Mario Run

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Corre, salta ¡y disfruta! Super Mario Run, el primer videojuego del fontanero en smartphones, cumple con todo lo que se espera de una obra de Nintendo. Es fácil de jugar pero difícil de dominar; también divertido, muy adictivo y, en algunos aspectos, simplemente genial. Su diseño de niveles, la fluidez con la que encadenas una tras otras las acciones del bigotudo… todo en este juego está pensado para hacerte pasar un buen rato de forma inmediata, sin grandes complicaciones, ¡y la idea es genial!, aunque se echa en falta algo más de complejidad y más pantallas con las que ponernos a prueba. Un muy buen juego, seguro que el primero de muchos, que sin embargo no ha alcanzado la excelencia a la que nos tiene acostumbrados Super Mario.

  • Fácil de jugar, pero difícil de dominar
  • Conseguir las monedas de colores es un gran reto; ideal para veteranos
  • Diversión inmediata. El modo carrera te tienta a ponerte a prueba una y otra vez
  • En algunos momentos su acción se siente demasiado simplificada
  • Se echan en falta más niveles de juego
  • La necesidad de estar conectado permanentemente
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español
Duración: 3-4 horas (misiones principales) + extras
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