Una segunda entrega que se siente como la primera vez. Aparte de su precioso diseño artístico, la nueva obra de Level-5 aporta frescura y un camino diferente para el género del JRPG. En el análisis de Ni no Kuni 2 El Renacer del Reino, abordaremos todas y cada una de las nuevas facetas que nos ofrece.
El primer Ni no Kuni nos cogió a todos por sorpresa. En una generación que no fue muy ávida de videojuegos de rol japoneses, supuso un soplo de aire fresco que, además, aportaba un estilo muy diferente y personal, ayudado siempre por el prestigioso estudio de animación Ghibli. Así, se logró un juego con una incuestionable personalidad que, pese a algunas carencias en cuanto a profundidad y mecánicas, supo convencer a muchos jugadores, y no sólo a los aficionados al género.
Ni no Kuni 2 sigue el mismo patrón, haciendo un despliegue artístico inmenso, el cual se aprecia mucho más incluso gracias a la presente generación creando una simbiosis entre la ya famosa y depurada técnica del Cel-Shading con otros elementos técnicos que no hacen más que mejorar el conjunto. Pero esto no es todo. Bien sabido que debía ir más allá de lo puramente artístico, Level-5 ha perpetrado con esta segunda entrega un juego que intenta dar un nuevo paso frente a la clásica estructura del rol de misión principal, misiones secundarias y múltiples combates. La cantidad de actividades extra, pero muchas de ellas obligatorias, que realizaremos a lo largo de la aventura denotan sin duda que el estudio japonés ha querido explorar las fronteras del género, a veces incluso mezclándolo con otros distintos.
Hablaremos de ello más adelante, pero NinoKuni 2 también rescatan muchos elementos del original. Así, volvemos a presenciar ese extraño cruce entre dos mundos completamente distintos, uno el nuestro y otro un reino mágico de razas peculiares. No todo lo hace con acierto, pues algunos momentos muy emotivos de la primera entrega se intentan replicar en esta sin lograr un efecto tan poderoso, pero en líneas generales, lo hace con tino, ofreciéndonos un desarrollo muy similar a su primera parte.
Otro mundo
Pongámonos, entonces, en situación. Aunque comparta algunos elementos entre sí, la historia no tiene nada que ver con lo sucedido en el primer videojuego, por lo que si no has jugado a él, podrás seguirla perfectamente. Se siente familiar en algunos aspectos como su introducción, con el viaje a otro mundo de uno de sus personajes. Aquí se nos presenta primero a Roland, el presidente de una gran nación de nuestro mundo que se dirige a una importante reunión en su ciudad, cuando está es atacada por sorpresa. Justo antes de que la explosión de unos misiles alcance al protagonista, se verá transportado mágicamente a un nuevo mundo. El mundo donde vive Evan, el joven rey de la ciudad de Cascabel que se enfrentará nada más conocer a Roland con un golpe de Estado planeado por los ratócratas, una de las razas que habita en este mágico mundo.
Juntos deberán exiliarse y comenzar de nuevo. Pero en vez de intentar recuperar la ciudad de Cascabel, como hemos visto innumerables veces, el pequeño Evan decidirá algo distinto: construir su propio reino desde cero. Para ello, deberá superar múltiples pruebas y adversidades que le harán conocer también a todo tipo de compañeros y amigos que le ayudarán en la aventura.
La historia no es el punto fuerte de Ni no Kuni 2: El Renacer de un Reino. No es por su consciente estilo más infantil, eso no nos preocupa en absoluto. Es más, creemos que es el adecuado para este tipo de juego y argumento. Nos referimos más a la falta de desarrollo de personajes, tanto de los más principales como de los secundarios, que no parecen tener casi ningún momento especial para conocerlos mejor. La trama principal y los verdaderos conflictos del juego tardan en llegar, pero durante todo su transcurso no podremos evitar sentir esa sensación de ser un recadero a las órdenes de todo aquel que precisa nuestra ayuda en vez de un rey. Muchos capítulos se sucederán en base a cumplir tareas relativamente mundanas, de recolección o de caza de monstruos, para poder obtener un poquito más de información y avanzar en la historia, en vez de centrarse completamente en ella e insuflar algo más de vida a sus protagonistas.
El mapamundi del juego es probablemente el más bonito que nos hayamos encontrado hasta el momento
Donde no nos queda ninguna duda del gran trabajo de Level-5, es en el gran diseño artístico. Hemos visto en Ni no Kuni 2: Revenant Kingdom algunos de los paisajes más bonitos de la generación. La técnica del Cel-Shading es ya prácticamente insuperable con este juego, con unos perfiles precisos, un uso del color majestuoso y un sistema de iluminación y sombras realmente impactante. Cuando nuestros protagonistas se encuentran ante un foco de luz o de fuego, por ejemplo, el resultado es magnífico. A diferencia del primer título, que llegó en exclusiva para PlayStation 3, esta secuela se lanza, además de PlayStation 4, en versión PC, buena muestra de la intención cada vez más claras de las compañías japonesas de expandir el mercado, tal y como han confirmado varias veces en diversas entrevistas. La versión que hemos podido jugar nosotros es la de PS4 Pro, luciendo un 4K dinámico y unos 60 frames por segundo que le sientan de fábula, tanto en los combates como en la exploración del mundo, que transcurre con una suavidad que se agradece, y mucho.
Los escenarios no se quedan atrás. Algunas de las ciudades y entornos que visitaremos son de una belleza exquisita y, pese a que en algunos momentos encontramos mazmorras y entornos algo vacíos en cuanto a detalles y decorados, el conjunto general es más que sobresaliente. Únicamente echamos de menos algunas animaciones más en las abundantes conversaciones que no están dobladas y en las cuales los personajes permanecen bastante estáticos hasta el punto de que ni siquiera mueven la boca al hablar. De hecho, las verdaderas secuencias de vídeo, las más trabajadas, no son tan numerosas como nos gustaría. No sabemos si el hecho de no poder contar con el estudio Ghibli en esta ocasión ha tenido algo que ver, pero lo cierto es que muchos capítulos se desarrollan con secuencias más estáticas, mientras que las más fluidas y con un completo doblaje son relativamente escasas.
El mapamundi del juego merece un apartado aparte, porque es probablemente el más bonito que nos hayamos encontrado hasta el momento. Ya apuntaba maneras el del juego original, pero con las nuevas técnicas de la presente generación se logra sacar un resultado mucho más detallado, mezclándose a la perfección con nuestros protagonistas representados mediante el clásico estilo chibi, que se adapta como un guante. No será solo útil para viajar por el mundo, sino que también haremos un buen uso de él en algunas de las actividades extra que realizaremos durante la aventura.
La lucha por la paz
Uno de los aspectos que causó más disparidad en el primer juego fue el sistema de combate. A algunos jugadores les convenció su planteamiento, a medio camino entre la acción y los turnos, mientras que otros no terminaron de entrar en él. Ni No Kuni 2 realiza aquí un giro total hacia la acción más desenfadada, olvidándose casi por completo de la táctica, aunque se intenta recoger siempre mucho de la esencia del original.
Ahora luchamos directamente mediante dos tipos de ataque, flojo o fuerte, y nos apoyamos por otro a distancia. Dispondremos de técnicas y habilidades mágicas especiales que iremos obteniendo poco a poco en la aventura, muy útiles para lidiar con abundantes enemigos o con otros especialmente duros. Sin embargo, aunque es divertido y con ritmo, puede volverse algo repetitivo con el tiempo y la acumulación de horas de juego. Esto es debido principalmente a la escasa diferencia que existe entre cada uno de los personajes. Aunque, por ejemplo, Evan lleve una varita mágica y Roland una pistola, su comportamiento en el combate es prácticamente idéntico. Y así ocurre con el resto de nuestros acompañantes, que si bien utilizan armas distintas, todas terminan siendo muy parecidas. En definitiva, la posibilidad de elegir personaje no responde tanto a un fin estratégico, sino más bien a nuestros propios gustos estéticos.
El combate aunque es divertido y con ritmo, puede volverse algo repetitio
Quizá el elemento más original y estratégico del combate venga de la mano de los Fofis, el equivalente a los Únimos del primer juego. Y creednos, si estos últimos ya os parecían graciosos, esperad a ver a los Fofis. Estos pequeños y extraños seres nos asistirán durante los combates. Cada clase tiene diversas funciones, algunas especializándose en la ofensiva, otras en la defensa y otras en restaurar nuestros puntos de vida o magia, entre muchos otros efectos. No hay duda de que verlos pulular por los escenarios de combate animan y mucho cada una de las peleas.
Estos pequeños amiguitos se pueden además mejorar para que su efecto sea más impactante cada vez que hacemos uso de ellos. Por supuesto, tendrán un límite y es que no podremos superar la cantidad de puntos que suman las cuatro ranuras que tenemos disponibles para invocarlos.
A las pocas horas también se nos otorgará un pequeño instrumento llamado ecualizador, que nos permitirá retocar algunos ajustes de las batallas. Aunque no es muy importante, sí supone un curioso añadido, que nos permite, entre otras cosas, retocar el daño elemental favoreciendo algunos elementos y perdiendo la ventaja en otros. De la misma forma nos permitirá lograr, por ejemplo, más experiencia o dinero, a costa de más probabilidades de encontrar materiales o equipo. También podremos mejorar algunos parámetros de ataque y defensa, entre otros.
Con todo, no podemos decir que el sistema de combate no tenga múltiples posibilidades, ya que todas las facetas que hemos comentado anteriormente en este análisis de Ni no Kuni 2 se complementan con muchas otras secundarias como el intercambio de armas de corto alcance, los estados especiales y otros factores. Pero no podemos evitar pensar que se podría haber profundizado más diferenciando a cada uno de los héroes que podemos llevar.
La gestión de un reino
Era imposible predecir en las primeras horas la cantidad de actividades diferentes y originales que llegaríamos a ver a lo largo de la aventura de Ni no Kuni 2. Poco a poco, estas se iban acumulando hasta dejar de ser anecdóticas y convertirse en una parte vital del juego. Level-5 ha querido darles una gran importancia y aunque el desarrollo avanzado de algunas de ellas es puramente opcional, no nos queda duda de que querrás profundizar bastante en ellas para sacar el máximo partido al videojuego.
Las hay de todo tipo. Algunas más esporádicas nos llevarán a completar pequeños rompecabezas, pero que están muy bien planteados y que pueden hacerte pensar sobre todo si quieres realizarlos correctamente. Otras serán más abundantes, como las batallas campales, por ejemplo. Estas suponen un minijuego completamente distinto y bastante profundo, en el que, con una vista aérea, controlaremos a distintas unidades de nuestro propio ejército para combatir contra el enemigo, disponiendo de nuestras propias habilidades y la posibilidad de entrenarlo. Aunque muchas de sus pruebas son opcionales, la misión principal nos invitará a jugar algunas batallas campales obligatorias para disfrutar de él. Puede que no todo el mundo disfrute de este minijuego, pero es un buen añadido que se agradece.
Pero de entre todas las actividades que nos propone Ni no Kuni 2, la más importante de todas es la gestión de nuestro propio reino. Una vez que nos sentemos para construir la nueva gran ciudad tendremos que ir creando cada una de sus partes y mejorando todas ellas, casi como si de un juego de estrategia se tratara. No nos ofrece tanta libertad, claro está, pero si es profundo y necesario para conseguir mejorar todos los elementos de la batalla y de la obtención de recursos y materiales. Por ejemplo, no podremos elegir donde construir cada uno de los asentamientos, pero sí asignar a personas encargadas de ellos y seleccionar las próximas investigaciones que queremos realizar.
Será aquí dónde conseguiremos crear y mejorar gran parte de nuestro equipo, así como entrenar y conseguir nuevos Fofis. Pero las posibilidades no hacen más que expandirse, pues la cantidad de nuevas edificaciones que podemos construir es muy abundante. Si quieres dedicarle horas a la empresa, podrás lograr bonificaciones interesantes para la aventura que te facilitarán mucho las cosas. Algunas serán más obligatorias que otras, pero dado que el juego invita mucho a recorrer y repasar los escenarios que ya hemos visitado previamente, será especialmente útil.
Por supuesto, no podían faltar a la cita los recados, que vienen a ser como las misiones secundarias del juego. Cierto es que el primer Ni no Kuni tenía un buen puñado de misiones, pero prácticamente todas ellas eran, como su propio nombre indica, de recadero. No hemos ganado mucho en esta segunda entrega al respecto, ya que casi todos los personajes que nos ofrezcan este tipo de misiones nos pedirán una serie de objetos, pero sí hay un factor que las hace más interesantes, y es que muchos de estos personajes se unirán a nuestro reino una vez completamos su petición.
Sumar nuevos habitantes a nuestra causa será indispensable si queremos expandir las posibilidades de nuestro reino, asignando cada uno a los diferentes departamentos de la ciudad para producir más recursos y reducir el tiempo de las investigaciones, por lo que, aunque no te sientas muy inclinado a realizarlas al principio, puede que esto te motive un poco más.
Y podríamos seguir, pues Ni no Kuni 2 guarda muchísimas opciones con este nuevo sistema. Las hay también algo más anecdóticas, como el ciberlibro, una completa excentricidad que nos permite navegar por una especie de red social donde los habitantes de este mundo suben fotos e incluso las comentan.
El resultado es cuanto menos fresco y se siente original y personal
No nos queda duda de que el Level 5 ha utilizado a Ni no Kuni 2, además de para realizar un muy buen JRPG, como una especie de experimento para probar mecánicas nuevas que no estamos acostumbrados a ver en el género. El resultado es cuanto menos fresco y se siente original y personal. Puede que no sea del agrado de algunos jugadores, pues en este género tendemos a ser bastante conservadores en cuanto a su estructura, pero es de agradecer que alguien intente hacer algo nuevo con él. Tiene luces y sombras en muchos de sus apartados, pues la historia no termina de despuntar al igual que sus personajes, el sistema de combate podría haber dado más de sí y las misiones secundarias se antojan demasiado simples, pero lo suple con estas buenas dosis de originalidad llena de actividades diferentes y un apartado artístico que enamora. Level 5 ha vuelto a hacer magia.
Ni no Kuni 2 es un gran trabajo de Level 5, que no contenta con hacer una digna secuela del primer videojuego, ha aprovechado la ocasión para añadir una buena cantidad de diferentes actividades extra que enriquecen la experiencia. Hay claroscuros en el desarrollo de personajes y su historia principal y se podría haber profundizado algo más en su sistema de batalla, pero incluso estos puntos también tienen sus fortalezas, a las que acompaña un diseño artístico de los más hermosos que hemos visto hasta el momento. Un JRPG diferente y con personalidad.
Comprar Ni no Kuni 2: Revenant Kingdom- El diseño artístico es uno de los más bonitos que hemos llegado a ver
- Gran cantidad de opciones de personalización y gestión de nuestro propio reino
- El sistema de creación, mejora y uso de los Fofis es un gran añadido
- La diversidad de actividades secundarias y opcionales que ofrece lo hacen un JRPG diferente al resto
- El desarrollo de la historia de los personajes podría haber sido algo mejor y también más profundo
- Poca diferenciación de los personajes en el sistema de batalla, lo cual a la larga lo hace algo repetitivo
- Las misiones secundarias, aunque ahora cumplen la función de conseguir habitantes nuevos para nuestro reino, siguen siendo simplonas
