Las gamberradas de Saints Row regresan después de bastante tiempo sin hacer nada de ruido con una adaptación realmente sugerente de la tercera parte destinada a Nintendo Switch. Analizamos Saints Row: The Third The Full Package.
GTA rompió moldes hace ya muchos años, especialmente después de su tercera entrega, la cual prácticamente dio vida a un género nuevo. A partir de ahí surgieron infinidad de títulos similares, los sandbox o juegos de mundo abierto, si bien muy pocos consiguieron destacar entre toneladas de producciones cortadas por el mismo patrón. Una de estas excepciones fue la saga Saints Row de Volition Games, una obra que destacó por numerosos aspectos pero, sobre todo, lo hizo por ofrecer una carga de humor y desmadre pocas veces disfrutada en título alguno.
De todas sus entregas, una de las más celebradas fue la tercera, Saints Row: The Third, la misma que bastantes años después de su lanzamiento original (2011) aterriza en Nintendo Switch para alegría de sus usuarios. Sí, porque la consola de Nintendo no destaca precisamente por gozar en su catálogo de una gran variedad de este tipo de propuestas… y menos de juegos tan entretenidos, frenéticos y cargados hasta los topes de contenido como el que ofrece este denominado Full Package.
Al tratarse de una reedición, creo que no es necesario entrar en detalle de todo lo que tiene que ver con esta obra. Pero, también, siendo un título tan “antiguo”, sí que me detendré en explicar algunos de los pormenores más importantes de Saints Row: The Third The Full Package, como su argumento.
Steelport, la ciudad donde todo vale… ¡y explota!
Los afamados Third Street Saints, una banda capitaneada por Johnny Gat, ya ha hecho todo lo que tenía que hacer en la ciudad de Stillwater (la misma que acogió las anteriores entregas de esta saga). ¿Y cuál es su nuevo reto? Pues hacer lo propio en la nueva urbe de Steelport… pero la cosa no es tan fácil en esta ocasión. La razón es que en dicha localización opera otro grupo, el Sindicato, y doblegar a dicha banda no va a ser una tarea tan sencilla. De hecho tardaremos unas 12-15 horas como mínimo en conseguirlo si sólo nos centramos en superar las fases principales. Pero ya os aviso que la vida útil del título puede triplicar fácilmente esa cifra a poco que nos entretengamos haciendo el loco por ahí, algo que en esta aventura de acción es poco menos que “obligatorio”: en ello reside gran parte de su gracia.
La inclusión de abundantes DLCs añade una tremenda cantidad de contenido extra al juego
La locura y el desenfreno son los dos aspectos más importantes de todo lo que rodea a esta aventura… y al resto de la serie. Las actividades que se pueden efectuar en este juego son del todo surrealistas y, si bien se integran elementos clave en este tipo de producciones como los tiroteos, las persecuciones, etc., la forma de llevar a cabo las tareas y su disposición es lo que marca las diferencias. El sentido del humor de todo tipo (negro, verde, etc.) campa a sus anchas y se deja notar en todo momento, pudiendo desde confeccionar un look de lo más extraño para nuestro personaje a participar en minijuegos tan estúpidos como divertidos o empuñar armas bastante extravagantes (lo del penetrador tiene tela).
En líneas generales todo funciona bastante bien pero, dado que se trata de una adaptación de un sandbox, género que posiblemente es el que más ha crecido durante los últimos años, se perciben ciertas deficiencias evidentes achacables precisamente al paso del tiempo. Los tiroteos y las secuencias de acción, por ejemplo, son salvajes y excitantes pero se ven perjudicadas por un control algo impreciso y la imposibilidad de usar coberturas. El diseño de algunas misiones y niveles también se ha quedado un tanto anticuado, si bien es cierto que tampoco es que sea nada demasiado grave.
En cambio, más problemático es todo lo que tiene que ver con el pulido final del juego, que dista bastante de ser el ideal. Durante las partidas es posible sufrir bugs de muchas clases diferentes (bloqueos del juego en sí, quedarnos atascados en ciertos lugares…), lo cual en ocasiones puede resultar frustrante. Damos por supuesto que dichos errores se irán subsanando (como normalmente sucede en este tipo de títulos) con el paso del tiempo y la llegada de los parches correspondientes, pero a pesar de eso habría estado bien haber dedicado más trabajo en este sentido previo al lanzamiento del juego.
Por otra parte y dejando esto de lado, una de las virtudes más plausibles que posee el título es la desproporcionada cantidad de contenido que presenta. Saints Row: The Third puede presumir de ser uno de los sandbox que más DLCs ha recibido a lo largo del tiempo. ¡Son casi innumerables! Trouble with Clones, Moneyshot, The Warrior Pack y muchísimos otros paquetes de contenido han sido integrados en esta obra, si bien los Bloodsucker y Unlockable Packs han sido omitidos “para mejorar el equilibrio del juego” (esa es literalmente la razón oficial de dicha decisión).
Del mismo modo, también es destacable el impresionante grado de personalización que nos concede, siendo posible customizar prácticamente todo: personajes, vehículos, etc. Pero, en mi opinión, la mejor cualidad que atesora Saints Row: The Third The Full Package es su modo cooperativo online y local (en modo TableTop, no pantalla dividida, tened esto último claro), el cual funciona de manera muy fluida y aumenta considerablemente los niveles de diversión que arroja esta obra. Y para acabar, también se ha contemplado el modo Horda (que también formaba parte del título original) que prolonga más todavía la vida útil del título, aunque tampoco es que sea lo mejor que alberga el juego, para nada.
Técnicamente la serie Saints Row nunca ha destacado por ofrecer unos niveles sobresalientes ni, tampoco, por gozar de un motor gráfico súper poderoso, como es el caso de esta reedición. En cambio, la línea estética es bastante atractiva y reconocible, las animaciones de los personajes son muy llamativas y el tamaño de los escenarios es bastante respetable.
El sonido supera a dicha parcela técnica con creces, y lo hace gracias a su excelente banda sonora, a su más que notable doblaje en inglés (textos en español) y a la cuantiosa cantidad de efectos sonoros que se dejan notar durante nuestras andanzas.
Switch no destaca precisamente por gozar en su catálogo de un gran número de aventuras de estilo sandbox. Por eso la llegada de un título tan conocido como Saints Row: The Third con todo el material DLC aparecido hasta la fecha incluido de serie es una grata noticia para sus usuarios, pudiendo disfrutar de una desenfrenada locura de acción y humor a raudales tan imperfecta como atractiva y absorbente. No es el mejor dentro de su género y se deja notar su edad, pero es indiscutiblemente entretenido, largo y, a dobles, un espectáculo.
Comprar Saint's Row: The Third- A pesar del tiempo transcurrido desde su lanzamiento original, sigue siendo muy divertido
- Es impresionante la cantidad de contenido que presenta
- El grado de personalización que integra es increíble
- El modo cooperativo online y local es entretenidísimo
- El control es mejorable, sobre todo durante los tiroteos
- Muchos bugs, algunos de ellos bastante molestos
- Se ha quedado algo desfasado en el diseño de ciertos aspectos del juego
