Análisis de Ghostrunner. Ghostrunner es aún mejor de lo que esperábamos: frenético, exigente y muy divertido

Análisis de Ghostrunner. Ghostrunner es aún mejor de lo que esperábamos: frenético, exigente y muy divertido
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Es rápido, es violento y con estilo: Ghostrunner es lo que esperarías si combinas el 'parkour' de Mirror's Edge con un cíborg armado con una katana, y estancias inteligentemente diseñadas para ponernos a prueba. Un golpe o disparo basta para matar tanto a nuestro avatar como a nuestros enemigos, así que para ganar toca morir y aprender. ¿Funciona bien esta fórmula? Vaya que sí.

Puede que ni te suene, pero Ghostrunner es una muy grata sorpresa que nos ha deparado el 2020: es un frenético (y exigente) juego de acción en primera persona donde interpretamos a un cíborg tan ágil como letal. Sin comerlo ni beberlo el equipo de One More Level, en colaboración con 3D Realms y Slipgate Ironworks, da no solo con un juego que hará las delicias de los 'speedrunners', sino también con un meritorio sucesor espiritual de Mirror's Edge donde no hay mucho sitio para los disparos y sí para el uso concienzudo de las diferentes técnicas de desplazamiento a nuestra disposición. Su ambientación cyberpunk, por otro lado, da pie a una historia cruda donde los humanos sacrifican su dignidad en favor de la tecnología; a una cómoda estética oscura llena de luces de neón que sacan partido de las últimas tendencias gráficas, y a una jugabilidad absurdamente ágil basada en implantes y pirateos, pero también rompecabezas.

Francamente, la versión de prueba me dejó con algunas dudas sobre la IA, que ni parecía variada ni inteligente, pero con la versión final del programa entre manos, podemos respirar tranquilo: es lo que queríamos, o más. ¿Es perfecto? Por supuesto que no, y de hecho a nivel narrativo tiene algún que otro despunte: lo que sucede en los diálogos no siempre tiene mucho impacto en lo que ocurre en la pantalla, y de los cuatro personajes contados que componen la trama solo llegamos a ver (y muy brevemente) a tres. Pero estamos ante un juego que difícilmente podría haber dado mejores resultados de sus ambiciones, y es también un sueño hecho realidad para muchos 'speedrunners', que no es poco.

En Ghostrunner, interpretamos a un auténtico demonio de la velocidad. Para cuando terminemos la campaña no solo habremos desarrollado un conocimiento bestial de cada nivel a base de ensayo y error, sino que también habremos desbloqueado suficientes mejoras y habilidades como para volver a jugar y batir nuestro mejor tiempo en cada nivel. Así que, si bien no estamos ante una campaña larga, sí que estamos ante un juego que se siente mejor a medida que avanzamos, con muy buen ritmo, que engancha y que puede sacar partido al hardware mejor preparado. ¿Recomendado? Recomendado. Pero quédate a saber si es para ti o no.

La carrera para subir a Dharma Tower

Ghostrunner es un plato simple, creado con solo tres ingredientes: plataformas, combates y rompecabezas. Eso no es nada nuevo, porque muchos juegos de aventuras (Uncharted, Tomb Raider) también se construyen a partir de exactamente esos mismos elementos, ¿verdad? Tal vez, pero si aquellos juegos se construyen a partir de una sucesión, una cadena de secuencias intercambiables —en unas saltas y trepas, en otras, despachas enemigos; hay algunas donde toca pensar— aquí todo está mucho más mezclado. No es un juego de puzles como tal, pero cada nivel se resuelve más o menos como una estancia de los juegos de Portal. Llevamos un par de comparativas en la introducción y tal vez suene demasiado confuso sobre el papel, pero puedes estar seguro de que en la práctica se entiende muy fácilmente: entras en una sala o pasillo, te haces a la idea de cómo está montado todo, piensas un poco, y tratas de resolverlo con maña y habilidad. ¿Lo has logrado? Siguiente sala.

Ghostrunner es aún mejor de lo que esperábamos: frenético, exigente y muy divertido


Puedes equipar mejoras pasivas colocándolas como piezas de Tetris, en lugar de usar un árbol de habilidades tradicional.
Puedes equipar mejoras pasivas colocándolas como piezas de Tetris, en lugar de usar un árbol de habilidades tradicional.

Si has probado la demo gratuita disponible en Steam, ya sabrás cómo empieza el juego: nuestro protagonista, cuyo nombre no voy a destripar aquí, despierta, confuso, en los barrios bajos de Dharma Tower. Es en realidad una ciudad enorme, pero pronto descubrimos que también es el último bastión de toda la humanidad tras el apocalipsis; y que hay un tirano esperándonos en los pisos superiores, disponiendo de los habitantes como ganado, conejillos de indias o lo que le venga en gana. También tenemos una IA aliada que se hace llamar Arquitecto, y que nos acompaña en nuestra contienda contra el villano. Villana, más bien. Por supuesto, nuestro objetivo tiene toda una legión de mercenarios a su disposición, por lo que escalar la torre es toda una odisea. Toca correr mucho, tanto por el suelo como por las paredes; así como deslizarse, usar poderes sensoriales mejorados y asestar espadazos, todo pensando cautelosamente. Al milímetro.

¿Sabes lo que no hacemos en ningún momento? Disparar armas de fuego. El 'ghostrunner' que da nombre al juego —una suerte de guardia personal del antiguo amo y señor de la torre— lucha únicamente con su katana, que sirve tanto para cortar como para hacer 'parries'. Hay algunas apariencias para el arma repartidas por ahí, pero no esperes mejoras mecánicas para esta pieza en concreto. No las necesitas, de hecho, porque todo lo que no sea un jefe (hay muy pocos en la campaña) muere de un solo tajo, al igual que tú. El combate se reduce a reconocer a cada clase de enemigo, aprender el comportamiento de su IA, y saber reaccionar a cada encuentro rápidamente valiéndose más del entorno que de la fuerza. La demo solo incluía un tipo de enemigo, que es un mercenario con pistola que se queda quieto mientras dispara al mismo ritmo, una vez cada segundo. Pero la lista de oponentes se vuelve más compleja rápidamente. Y no deja de complicarse a lo largo del recorrido. Para cuando te des cuenta estarás rodeado de enemigos que se teletransportan, otros intocables que explotan y pueden corretear por cualquier superficie, o ninjas.

Ghostrunner es aún mejor de lo que esperábamos: frenético, exigente y muy divertido

No solo hará las delicias de los speedrunners, también es un meritorio sucesor espiritual de Mirror's Edge

De hecho, una de las mejores cosas del juego es precisamente su capacidad de evolucionar y sorprender. Ocurre que, a lo largo de la campaña, el repertorio de oponentes cambia tanto como los elementos interactuables del escenario, por lo que incluso elementos comunes como las carreras por las paredes se renuevan con vallas eléctricas u otros obstáculos; y también aparecen potenciadores que nos permiten hacer cosas extraordinarias durante un breve lapso de tiempo. Saltos enormes, parar el tiempo a nuestro alrededor, esa clase de cosas. Pero aunque se sientan genial, la realidad es que no son más que piezas para resolver cada nivel, como si fuera en efecto un rompecabezas. La rutina es casi idéntica todo el rato, de principio a fin, pero sabe combatir contra la monotonía introduciendo nuevos agentes en la acción cada pocos minutos. También hay algunas secuencias ubicadas en el Cibervacío, un espacio virtual donde desbloqueamos cuatro habilidades especiales resolviendo interesantes puzles. En esos casi no hay que correr: solo pensar.

Ghostrunner es aún mejor de lo que esperábamos: frenético, exigente y muy divertido

Así pues, Ghostrunner sabe tensar y destensar la acción con maestría. En ningún momento se nos pide que hagamos alguna tarea aburrida, y solo hay algunas cinemáticas repartidas por ahí en momentos puntuales de la historia. Esta, aunque no sea excesivamente imaginativa, avanza de forma constante a través de diálogos mientras nosotros nos dedicamos a partir enemigos por la mitad. Y si acabamos de completar una o dos salas que exigen que nos estrujemos la materia gris, habitualmente eso se compensa con otra más abierta donde se nos guía sin obligarnos a pensar demasiado, permitiéndonos disfrutar del movimiento. Y menuda agilidad que tiene el juego. No creo que esté hecho para seguir los puntitos marcados en la interfaz sin más. Puedes hacerlo, claro, si prefieres centrarte en la narrativa y la ambientación o si aún no dominas muy bien los controles; pero estamos sin lugar a dudas ante una verdadera fantasía para los 'speedrunners'.

Ghostrunner es aún mejor de lo que esperábamos: frenético, exigente y muy divertido


El Cibervacío es el único lugar donde se ofrecen alternativas artísticas y mecánicas. Es un sitio más relajado.
El Cibervacío es el único lugar donde se ofrecen alternativas artísticas y mecánicas. Es un sitio más relajado.

Nuestro personaje se siente increíblemente sensible a todos los comandos de movimiento, y hay muchas formas sencillas de generar impulso. Si te arrastras por el suelo y saltas en el proceso, ganas impulso. Si usas un 'dash' rápido, cortas ese impulso a cambio de un mejor control direccional. Todo eso se puede combinar con las superficies. No hay ningún evento "escriptado" al matar enemigos normales, pero sí que hay infinidad de formas de aprovechar la geometría del escenario para llegar al objetivo más allá de como sus desarrolladores parecen haberlo planeado. Incluso hay una estilizada herramienta acoplable a la interfaz que hará las delicias de quienes quieren combatir el reloj, llevando buena cuenta del tiempo que estamos tardando en progresar y las muertes que acumulamos en cada nivel. El reloj, de hecho, se para convenientemente en cada escena incontrolable para representar con fidelidad la habilidad del corredor. En ese sentido, me recuerda mucho a Mirror's Edge, que consideraría su predecesor espiritual.

Y ahí entra en juego también una característica que me ha enamorado: morir. Por raro que suene, Ghostrunners hace un par de cosas increíblemente bien en ese sentido. Una, todos los oponentes y elementos hostiles del escenario pueden acabar con nuestra vida de un solo toque, no importa que hablemos de una explosión, una bala o un golpe. La otra es que el lapso de tiempo que pasa entre que mueres y vuelves a la acción es casi inexistente. La animación del 'ghostrunner' al morir es muy corta y, si quieres, puedes acortarla aún más presionando una tecla. En otras palabras, nos ceden la oportunidad de intentarlo otra vez en cuestión de centésimas o milésimas. Esto es genial por sí mismo, pero es aún mejor si tenemos en cuenta que estamos ante un juego dificilillo y que no tiene reparos en pedirnos que seamos virtualmente perfectos durante unos segundos para superar ciertas partes. Eso se consigue mediante ensayo y error —puede llevarnos un buen rato— y de no ser por lo absurdamente rápido que puedes volver a la escena, se volvería desesperante. Injugable incluso.

Ghostrunner es aún mejor de lo que esperábamos: frenético, exigente y muy divertido

Apenas se tardan centésimas o milésimas en volver a la acción tras morir

En conjunto, diría que las 5-6 horas que te puede durar la campaña (de 17 capítulos) jugando sin prisa pero sin pausa son realmente divertidas y bastante rejugables, pues se nos ofrecen un buen puñado de desbloqueables y la posibilidad de mejorar nuestro registro del reloj. No me extrañaría en absoluto que un jugador increíblemente habilidoso y con pleno conocimiento de cada nivel fuera capaz de completar todo el recorrido en poco más de una hora. Por otro lado, es interesante anotar que el juego cuenta con un muy notable acabado musical del compositor Daniel Deluxe, que tal vez hayas escuchado en New Retro Wave; acompañado de diálogos en inglés. Es posible configurar los textos en español, incluyendo subtítulos, pero sabiendo que el juego puede llegar a exigir toda tu atención en algunos puntos, sospecho que algunos pasarán un mal trago tratando de leer todos los mensajes que aparecen en la interfaz. ¿Y qué hay del apartado técnico?

Ghostrunner es aún mejor de lo que esperábamos: frenético, exigente y muy divertido

Sorprendentemente positivo, sacando buen provecho de las posibilidades del Unreal Engine 4. La versión de PC, que es la que he usado para escribir estas líneas, nos ofrece tanto DX11 como DX12 con RTX, y si tienes una gráfica compatible de Nvidia puedes activar tanto el trazado de rayos como el estupendo DLSS 2.0. en sus diferentes modos. Se incluye un menú de mapeado de teclas, tasa de imágenes por segundo ilimitada, numerosas opciones para ajustar los parámetros básicos por separado, y una interfaz claramente amistosa con el control por teclado y ratón.

Excelente

Recomendado
Ghostrunner es aún mejor de lo que esperábamos: frenético, exigente y muy divertido

Ghostrunner

Por: El equipo de 3DJuegos
Recomendado

Puede que haya pasado desapercibido, pero Ghostrunner es un juego que sin duda deberías tener en cuenta si te gustó Mirror's Edge en su día, y muy particularmente si te gusta la idea de enfrentarte al reloj batiendo tus propios récords. Quienes estén dispuestos a superarse, tienen infinidad de técnicas para convertirse en un auténtico demonio de la velocidad. Quienes no lo hagan, al menos podrán disfrutar de sus niveles tan bien milimetrados y de su estupenda música y ambientación.

  • Increíblemente ágil en todos los sentidos: movimiento, interfaz, reaparición
  • Una cita obligada para los 'speedrunners': desafiante y con muchas posibilidades
  • Animaciones, efectos de iluminación, tecnología… muy apetitoso visualmente
  • La historia transcurre principalmente en diálogos, está algo desconectada de la acción
  • Tener tablas de clasificación para comparar tiempos le hubiera sentado muy bien
  • El diseño visual de los escenarios se puede hacer un tanto repetitivo
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 5-6 horas de campaña
Ver requisitos del sistema
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