Análisis de Cuisine Royale. Un battle royale divertido, que no se toma muy en serio a sí mismo

Análisis de Cuisine Royale. Un battle royale divertido, que no se toma muy en serio a sí mismo
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Los mejores chefs del mundo se han reunido con una misión: luchar a muerte en un combate todos contra todos a base de tiros y sartenazos. Con el análisis de Cuisine Royale, te cuento todo lo que ofrece este battle royale gratuito repleto de humor, poderes mágicos y utensilios de cocina.

Al oír el nombre de Cuisine Royale, es posible que creas que se trata de la última edición de MasterChef o de un programa similar, pero nada más lejos de la realidad. Se trata de un battle royale tan repleto de humor como de sartenes y cazos. Y es que Cuisine Royale nacía como una broma del April Fool’s - los santos inocentes sajones - de la mano de Darkflow Software y Gaijin Entertainment, una parodia de juegos como PUBG, Fortnite o Apex Legends, que le añade su propio toque de sabor a la tan manida salsa de los battle royale actuales.

Tras su estreno en 2018 como un juego de acceso anticipado, Cuisine Royale entraba en su versión final el pasado mes de diciembre para PC, Xbox One y PS4, manteniendo su espíritu bromista y con algunas señas de identidad propias que buscan diferenciarse dentro de un género sobrepoblado. Hablo de poderes y habilidades, de rituales demoníacos, de trampas mágicas, y lo más importante, de cacerolas y sartenes con las que proteger nuestra retaguardia. Aunque lo más relevante para muchos será que se trata de un free-to-play, un battle royale gratuito para PC y consolas.

Pero no es sencillo destacar dentro de un entorno con tantas propuestas, y mucho menos plantarle cara a tres de los mayores juegos del momento. Es por ello que me he lanzado a los fogones de Cuisine Royale en su versión de PS4 para conocer de primera mano lo que ofrece esta propuesta. Valorar si se trata de un plato de alta cocina para los mejores paladares, o de un estofado a medio hacer con sus ingredientes todavía crudos. Pero ya os adelanto una cosa: Cuisine Royale es de lo más divertido.

Tomando la sartén por el mango

Las partidas no se alargan mucho dado el número de jugadores

Lo primero de todo, voy a quitarme de encima ya los puntos en común que todos esperamos en estos juegos. Cuisine Royale es un battle royale de hasta 40 jugadores, por el momento, en un mapa abierto, con pueblos y edificios, cofres, vehículos, loot que recoger, y una "zona oscura" que se va extendiendo para reducir el área de juego. La propuesta base es similar a lo que te vas a encontrar en una partida cualquiera de PUBG, aunque Cuisine Royale muestra algunas particularidades ya desde el minuto uno.

Porque el comienzo de las partidas es instantáneo. Le das a buscar partida, ya sea en solitario como en dúos, o a patrullas de cuatro, y en el momento en el que la encuentras y se carga el mapa, apareces de inmediato en tierra. No hay zonas de espera previas, de hecho se encuentra partida bastante rápido, y tampoco hay un avión o autobús desde el que saltar, sino que los jugadores aparecen automáticamente en una ubicación separada de los rivales. Una decisión que le quita bastante estrategia a los primeros compases de las partidas, pero que a mí, personalmente, me ha parecido interesante, al hacer que pases más tiempo jugando y menos tiempo esperando.

Un battle royale divertido, que no se toma muy en serio a sí mismo


Un battle royale divertido, que no se toma muy en serio a sí mismo

Por contra, esto también implica que se tarda más en entrar en acción, al aparecer lejos de cualquier enemigo. En cualquier caso, salvo alguna excepción, las partidas no se alargan mucho dado el número menor de jugadores, así como por una jugabilidad que busca la diversión por encima de la simulación realista, lo cual hace que Cuisine Royale sea idóneo para echar partidas sueltas cuando tienes algo de tiempo. Una experiencia entretenida por su jugabilidad, pero también por todo el humor que rebosa en sus distintos componentes. Ya de primeras, las armaduras del juego no son únicamente chalecos y cascos, sino sartenes, coladores, cacerolas... Hay un montón de partes de la armadura, con piezas diferentes para cada hombro y pierna, el cuerpo, la cabeza y lo más importante de todo, para el culo.

Y sí, en Cuisine Royale hay un espacio de armadura específico para proteger tu trasero ante los peligros. Suena a broma, principalmente porque lo es, pero cuando estás huyendo a la carrera, y una bala rebota en tu sartén de detrás, te sientes agradecido de que te ha salvado el trasero. También hay un jetpack para la espalda, y mejoras equipables a modo de "ventajas" que son de lo más absurdas: un puro habano que aumenta tu vida máxima, unas botas aladas para correr más rápido, una botella de oxígeno para más resistencia… Incluso un gotero como los del hospital con una bolsa de sangre, que te regenera vida de manera constante. Las mejoras no solo suponen la diferencia, sino que es imposible no reírse cuando las encuentras y las ves equipadas.

Un battle royale divertido, que no se toma muy en serio a sí mismo

Cuisine Royale permite ejecutar ataques especiales y crear rituales mágicos con nuestras almas

Este tipo de cosas hacen que las primeras partidas de Cuisine Royale sean de lo más divertidas, mientras descubres la cantidad de absurdos que puedes equiparte para sobrevivir. Las mochilas son bolsas de la compra colgadas de tu muñeca, los cofres son neveras disfrazadas de caja de botín, para mayor parodia, y las vendas y botiquines son pizzas, latas de comida, platos preparados o un asado entero como si estuvieras en Streets of Rage. Incluso hay máquinas tragaperras que se activan con las monedas que hay por el mapa, y que tan pronto te dan un arma buena como que sueltan granadas y te matan, o te ríes al ver la notificación de que un equipo entero ha muerto por ese motivo.

El humor, por tanto, es una constante en Cuisine Royale, en especial para jugar con amigos. Pero esa no es su única seña de identidad. Y es que más allá de armas y cacerolas, de comida y neveras, Cuisine Royale permite ejecutar ataques especiales y crear rituales mágicos con nuestras almas. Porque sí, si matas a un enemigo y profanas su tumba, ganas almas con las que ejecutar el ataque definitivo de cada personaje, a cada cual más absurdo (hay incluso un "tiempo bala" siendo un juego multijugador), además de poder pintar sellos mágicos a modo de trampa, o emplearlos como rituales demoníacos con mayor efecto. Unas mecánicas muy curiosas y con potencial, aunque cuesta sacarle tanto partido como promete su premisa. Y si lo de las almas suena a Dark Souls, para revivir a tus compañeros caídos hay que alcanzar una hoguera y entregar sus corazones.

Un battle royale divertido, que no se toma muy en serio a sí mismo

Un plato de contrastes

Por desgracia, no todos los elementos de Cuisine Royale funcionan tan bien como estos. El manejo de las armas y la física del disparo dejan que desear, aunque Cuisine Royale no busca nunca el realismo en su propuesta. El transporte tampoco supone una gran ventaja para moverse por el mapa, puesto que los vehículos no permiten disparar desde ellos ni siquiera a los pasajeros. Y hay algunas decisiones de control poco naturales que hace que, por inercia de otros juegos, te confundas al hacer ciertas acciones. La recarga, por ejemplo, se hace manteniendo cuadrado un rato y no pulsando, y al revés, para revivir a un aliado caído tienes que dar un único toque y esperar a que comience la acción, que si estás solo no hay problema, pero en medio de un tiroteo da lugar a la confusión hasta que te habitúas.

Un battle royale divertido, que no se toma muy en serio a sí mismo

Tanto los rituales como la ropa afectan a la jugabilidad

Y la selección de sellos y rituales supone también un auténtico engorro, algo que espero que mejoren con el tiempo. Más allá de estos detalles negativos, Cuisine Royale ofrece una experiencia bastante pulida, aunque nunca llega a distanciarse lo suficiente de los demás battle royale, en especial de PUBG. Siempre se siente como un juego que has jugado ya anteriormente, a pesar del humor o de los poderes, y aún así, es un juego realmente divertido. Cuantas más partidas jugaba, con más ganas me veía de volver a jugar, lo cual siempre es buena señal en un juego multijugador.

El apartado gráfico, por su parte, cumple bien con su tarea. No es un portento visual de última generación, pero los escenarios y su acabado tienen bastante atractivo para un título gratuito. Actualmente hay dos mapas, uno ambientado en Normandía y otro en México, que ofrecen buena variedad de entornos a la hora de jugar. Lo más interesante es que algunas "decoraciones" como las armas estacionarias de los búnkeres en realidad son elementos que se pueden utilizar para disparar y "campear" en su ubicación. Y el sonido también cumple con lo esperado a la hora de escuchar enemigos, o disparos en la distancia. Así mismo, el rendimiento del juego y del servidor me han dejado muy satisfecho, con un rendimiento estable, sin bajadas aparentes de frames ni fallos gráficos reseñables, y sin haber tenido problemas de lag durante las partidas.

Un battle royale divertido, que no se toma muy en serio a sí mismo

Antes de terminar, hay que dejar claro que Cuisine Royale es un juego gratuito con micropagos. El juego cuenta con un sistema de progresión que desbloquea nueva ropa y accesorios, así como rituales y trampas para la partida, de manera gratuita, aunque algunas solo se pueden desbloquear si se adquiere el pase de batalla. Tanto los rituales como la ropa afectan a la jugabilidad - la ropa activa bonificaciones y habilidades - por lo que hay algunas mejoras que solo se pueden desbloquear con el pase. Siendo honesto, en ningún momento me he sentido estar ante un pay-to-win o similar, aunque es importante señalar que no todo se puede desbloquear gratis.

Interesante

Sin sello
Un battle royale divertido, que no se toma muy en serio a sí mismo

Cuisine Royale

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Cuisine Royale busca ofrecer una alternativa a los battle royale más populares del momento con buenas dosis de humor y con algunas ideas propias, aunque nunca se llega a sentir como una propuesta realmente diferente. Sin embargo, sus partidas son de lo más divertidas, en especial con amigos, con el aliciente de ser gratis.

  • Multitud de objetos equipables, a cada cual más absurdo
  • Un estilo desenfadado y repleto de humor
  • Rendimiento técnico sólido con un acabado bien pulido
  • Las armas y su comportamiento
  • Un sistema de progresión con limitaciones de pago
  • Nunca llega a sentirse como un juego novedoso
Jugadores: 1 - 4
Idioma: Textos en inglés y voces en inglés
Duración: 5 - 20 minutos por partida
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