Sobre el papel y viendo el éxito de otras leyendas icónicas como Super Mario o Tetris, un battle royale inspirado en Pac-Man no parecía una mala idea para conmemorar el 40º aniversario de la mascota de Namco. No obstante, el resultado es algo más ineficaz y apático de lo esperado. Te lo contamos en el análisis de Pac-Man: Mega Tunnel Battle.
Cuando me explicaron el concepto de Pac-Man: Mega Tunnel Battle pensé que solo podía funcionar. Recordaba las maratonianas noches jugando a Pac-Man VS. con amigos en Gamecube y pensaba en el nuevo juego de Bandai Namco como una suerte de opción masiva al concepto del videojuego diseñado por Shigeru Miyamoto, basado en la legendaria y reverenciada obra de Toru Iwatani. Mi particular esperanza en la propuesta se vio amplificada por las sensaciones vividas a los mandos de otros proyectos del casi subgénero del retro-battle royale como Tetris 99 o Super Mario 35. “Si funcionó con Mario y Tetris, ¿por qué no iba a funcionar con Pac-Man?”, me preguntaba ilusionado. Poco después de comenzar la que ha sido mi primera experiencia a los mandos de Stadia obtuve una respuesta. Quizás no la deseada, pero sí una contestación.
La sensación de estar ante una idea que ha terminado siendo desaprovechada se apoderó de mí a las pocas partidas de la creación de Heavy Iron Studios. De hecho, el tener un puñado de modos de juego y que solo uno sea aprovechable me hizo chocar con las gratas experiencias vividas a los mandos de los otros juegos disfrutados en Switch: una partida a Tetris 99 o Super Mario 35 te valía para estar completamente enganchado a su loca propuesta battle royale; Pac-Man Mega Tunnel Battle no tiene las ideas tan claras, y aunque el 40º aniversario del comecocos habría valido para hacer un proyecto a la altura de la categoría del personaje, desgraciadamente, no pienso que haya sido del todo así. Es vago y tiene poca o ninguna identidad.
Te preguntarás qué identidad puede tener un juego de Pac-Man en 2020, pero son muchos los artistas que han hecho suyo el concepto y lo han presentado de una forma única y especial. No es el presente caso. ¿Pero estamos ante un videojuego que merezca ser olvidado entre la amplia lista de proyectos fallidos de Pac-Man? ¿No vale la pena echarle unas partidas y disfrutar de sus virtudes? Te cuento en nuestro análisis las bondades y defectos de un programa que, desgraciadamente, no ha sabido mezclar sus prometedores ingredientes.
Waka waka waka
Lo primero que te llamará la atención de Mega Tunnel Battle es su surrealista menú. ¿Cómo se puede complicar tanto el menú de un battle royale? Uno no sabe exactamente cómo entrar a una partida hasta que se da cuenta que debe cumplimentar unas misiones previas para entrar al modo de juego de eliminación, el más interesante de la presente experiencia. Como imaginarás, consiste en acabar con el resto de Pac-Mans de la partida, y para ello tendrás que hacer lo obvio: comer la super píldora y fagocitar rivales y fantasmas para sumar nuevos puntos. ¿Pero cómo gestionar una partida con 64 Pac-Mans batallando por comerse los unos a los otros como si de un battle royale se tratase? Fácil: creando una cuadrícula de 8x8 laberintos y depositar a cada usuario en cada zona.
Si no cambia algunas de las claves iniciales no tendrá mucho más que hacer que lo presente
A partir de ahí, es un desafío de eliminación y puntuación: el reto se extiende durante cinco rondas delimitadas por una cuenta atrás que cambia de una a otra fase. Puedes ir jugando en tu laberinto para sumar puntos o puedes invadir a otros jugadores para comer cocos o comer comecocos y con ello eliminarlos del mapa. La sensación extraña que siento a sus mandos en los primeros días de juego es que resulta más práctico quedarte en tu laberinto y sumar puntos que lanzarte a la caza indiscriminada de rivales, concepto que choca por completo con todo lo que podríamos esperar de un battle royale. Sin embargo, es divertido: las partidas son cortas e intensas y una serie de ítems intentan sumar nuevos elementos a la partida para hacer más interesante el reto.
Algunos aumentan tu velocidad, otros crean nuevos fantasmas o los potencian, otros dan vida, escudos para tu personaje o un aura de peste que le ayuda a apartar amenazas. ¿Es suficiente? Bueno, los ítems podrían haber dado más de sí, y la sensación de no haber aprovechado el concepto battle royale es evidente a las pocas horas de juego… ¿Puede ser lo que buscasen sus desarrolladores desde el principio? ¿Le hemos puesto nosotros el nombre de battle royale a un juego que no lo es? En todo caso, es un fastidio pensar que Mega Tunnel Battle tiene elementos buenos para ser un juego divertidísimo y sus desarrolladores han decidido obviarlos y apostar por ideas que, en lugar de premiar la competitividad, la castigan.
A pesar de que el título ya está disponible en el servicio de juego por streaming de Google no es todo lo fácil que nos gustaría encontrar partida, por lo que el hecho de toparnos con modos no tan transitados no hace más que complicar el sentarse y jugar. A sus mandos también he notado algunos problemas extraños: es como si la sesión de juego tuviese pequeñas desconexiones pero la acción siguiese con la partida hasta que reconecta y reconstruye los hechos de una forma distinta a lo que veías en pantalla. Un problema que no parece tener nada que ver con mi latencia o conexión, por cable y de fibra, pero que acaban suponiendo momentos algo confusos para los usuarios que esperan competir sin sorpresas desagradables.
¿Y qué hay más allá del juego? Bueno, Pac-Man y tu laberinto pueden ser editados para que tengan su propia identidad… algo de lo que no va excesivamente sobrado Mega Tunnel Battle, dicho sea de paso. Venimos de videojuegos de Pac-Man con carisma y con un diseño y una identidad propia que les otorgan un apartado visual característico y único dentro de lo impersonal del personaje creado por Toru Iwatani en 1980. Pac-Man 256 de móvil, por ejemplo, es un buen ejemplo, hasta las aventuras del personaje en la serie animada y sus (mediocres) videojuegos Pac-Man y las aventuras fantasmales tienen su propia marca y estética, pero no podemos decir lo mismo de Mega Tunnel Battle, que irradia aburrimiento y sopor por cada poro de su nada imaginativo diseño.
Sí, hay algunas referencias a la pantalla de la muerte, pero llama la atención la nulidad de los laberintos y disfraces por otorgar algo atrevido y original al diseño. Disfraces bobos y mapas temáticos de nula personalidad. ¿A lo mejor se podría haber apostado por honrar la historia de Pac-Man o la propia Namco con guiños a Tekken, Soul Calibur o Ridge Racer? Resulta inquietante que durante la reseña del juego no deje de pensar en cómo mejorar lo que he jugado en Stadia… ¿Sabéis qué pienso? Que teníamos una idea que se podía aprovechar para hacer algo verdaderamente divertido y al final no se ha hecho, y eso es lo que sin duda me apena de toda esta historia y reseña.
Un cumple no muy especial
Ciertamente, Pac-Man en su dilatada historia no ha sido tan polivalente como Mario u otras mascotas de éxito en materia de spin-offs exitosos, pero eso no quita que a lo largo de su trayectoria como icono de la industria muchos desarrolladores y estudios hayan sido capaces de marcar su sello en el comecocos. Es el caso de Miyamoto con Pac-Man VS. o los divertidos Pac-Man Championship Edition, pero Heavy Iron queda lejos de los citados. Incapaces de imprimir identidad alguna a una producción que con algo más de esmero podría haber sido una más que digna celebración del 40 aniversario de la mascota de Namco, recuerdo, uno de los más grandes iconos de la historia del videojuego.
Es flagrante que muchos de los problemas del juego tendrían sencilla solución premiando más el acabar con rivales e invadiendo nuevos laberintos que quedándose uno en su propio cuadro. La exclusividad con Stadia es temporal, pero resulta difícil preguntarse cuánto aguantará Pac-Man: Mega Tunnel Battle sin dar un giro que lo aparte de su simple base y pueda atreverse a ir un poco más allá de lo que ofrece en la actualidad cuando dé el salto a otras plataformas. Si no cambia algunas de las claves iniciales no tendrá mucho más que hacer que lo presente... y sería una lástima, puesto que se podría crear un competente multijugador competitivo sin grandes dolores de cabeza y con Pac-Man como fondo.
No es una malísima fiesta de cumpleaños, pero la tarta se ha comprado en un supermercado a última hora y corriendo, las velas están corroídas de los años de uso y nos hemos quedado sin confeti y gorritos. Entiendo que Heavy Iron no es Arika o Miyamoto, pero también creo que Pac-Man: Mega Tunnel Battle podría haber dado mucho más de sí con algo más de empeño y ganas de homenajear al Comecocos.
Perdido y sin identidad, Heavy Iron es incapaz de tomar dos conceptos divertidos como el battle-royale y Pac-Man y hacer un videojuego disfrutable. Simple y nada imaginativo, se ha bastado de unos pocos tópicos de los títulos multijugador de siempre para construir una experiencia sin carisma que pasará inadvertida entre el catálogo de Stadia por ser incapaz de aportar algo más que la mera diversión de ser un Pac-Man. Divertimento pasable y hasta cierto punto disfrutable, pero es incapaz de encontrar elementos que fuercen a los jugadores a quedarse en su propuesta y es una lástima: otros juegos retro sí han logrado acomodarse al battle-royale y la supervivencia con gran éxito.
- Es un nuevo Pac-Man multijugador
- La idea de las cuadrículas es excepcional
- El espíritu de Pac-Man se mantiene...
- … pero no es nada atrevido a la hora de amoldarse al battle royale
- De los proyectos con menos carisma que ha protagonizado Pac-Man
- Toma decisiones discutibles en el diseño del multijugador
- Una celebración desangeladada para una fecha muy señalada
