Análisis de Sonic Colours Ultimate. Un regreso nostálgico a los tiempos de Wii

Análisis de Sonic Colours Ultimate. Un regreso nostálgico a los tiempos de Wii
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Con los reestrenos de videojuegos del pasado pasan dos cosas: se subrayan los elementos que hicieron grande a un videojuego en su tiempo original o constatamos que los videojuegos son obras con fecha de caducidad. ¿En qué lado de la balanza está el último estreno de Sega? Te lo contamos en el análisis de Sonic Colours Ultimate.

El año pasado se las prometía felices para el erizo: éxito en taquilla y los meses previos a una fecha señalada y los fans ilusionados a la espera de ver un nuevo videojuego que colmase las expectativas de tan señala fecha, como Sonic Adventure 2 lo hizo en el décimo aniversario. ¡20 años cuenta ya a sus espaldas el estreno de Shadow! Nos hacemos viejos, pero Sonic más. Que el COVID ha trastocado los planes del 30º aniversario de Sonic es más que evidente. ¿Recordáis la propuesta de Sonic 2020 en la que Sega prometió ofrecer noticias del erizo todos los meses? Si todo hubiese ido bien, hoy seguramente sabríamos más de su nuevo videojuego y no tendríamos que conformarnos con el reestreno de Sonic Colours con su versión Sonic Colours Ultimate que, no nos engañemos, ha sido celebrada por prácticamente toda la comunidad.

No obstante, no he dejado de preguntarme desde que me he sentado y me he puesto a sus mandos el papel que ha hecho la nostalgia sobre el software. Sí, lo bueno estaba ahí, pero había muchas cosas que mi cerebro había tapiado para siempre, como si mi mente hubiese olvidado todos los elementos negativos de la aventura original de Wii y solo hubiese medrado lo bueno a lo largo de los años. ¿Por qué? Pues seguramente, por muchos motivos: el hambre que había entonces de aferrarse a un juego de Sonic digno, algunas ideas frescas que se imponían a los elementos más cuestionables de Colors o, sencillamente, la conciencia de estar jugando en una Wii y admitir cosas que entonces eran admisibles y hoy no lo son. A los mandos de Sonic Colours Ultimate me ha resultado imposible no hacerme la pregunta del millón: ¿Quizás exageramos todos un poquito en 2010?

Os debo reconocer que he sido, sin querer, prueba de mi propio experimento. Solo tenéis que pasaros por el último avance de Colors Ultimate para ver mi total énfasis por rejugarlo en consolas actuales y compararlo con las reflexiones de hoy. Tampoco ha ayudado que el reestreno, apadrinado por Blind Squirrel Entertainment, haya sido algo vago. ¿Vale la pena Sonic Colours Ultimate a pesar de todo?

Heredero de los tiempos de Wii

Sonic Colors fue el tercer videojuego de la saga Sonic en Wii tras Los Anillos Secretos y El Caballero Oscuro. Narra una aventura en la que el Doctor Eggman abre un parque de atracciones en el espacio y Sonic, que sabe de buena tinta que el carahuevo no planea nada bueno en las estrellas, es acompañado por el intrépido Tails para investigar semejante muestra de amabilidad. Nuestros amigos descubrirán pronto un pérfido plan con el objetivo de esclavizar toda una raza de pequeños extraterrestres para obtener sus poderes y dominar la galaxia: tocará impedírselo. Aunque jugablemente se alejó de sus producciones previas en la consola revolucionaria de Nintendo, sí heredó algunos vicios de los títulos basados en las Mil y una noches y las Crónicas Artúricas.

Muchos lo habíamos olvidado y otros no lo reconocerán, pero creo que cuando jugábamos a ciertos videojuegos en Wii cambiábamos el chip e intentábamos entender un contexto del momento en el que los desarrolladores se veían obligados a lidiar con opciones de juego para el Wiimote y su audiencia. Dicha circunstancia resultaba en dos situaciones: una idílica en la que el juego prácticamente resultaba irreproducible en cualquier otra consola y otra en la que el aporte se veía forzado y no aportaba nada a lo jugable. También me atrevería a decir que muchos desarrolladores desarrollaban sus juegos en Wii con la perspectiva de saber que alcanzarían una demografía más amplia que en Xbox 360, PlayStation 3 y PC, lo que les obligaba a tomar decisiones de diseño que, en muchas ocasiones, cristalizaban en títulos más cándidos con sus futuros clientes.

Un regreso nostálgico a los tiempos de Wii

Bien, ¿qué pasa cuando te encuentras jugando a un juego de Wii sin una Wii en la mesa y sin un Wiimote y un Nunchaku en la mano diez años después de la fantasía revolucionaria de los de Kioto? Que vivo una perspectiva muy distinta de la que disfruté en su día. No me leeréis decir que Sonic Colours Ultimate es un mal videojuego, pero sí os reconozco que quitar a la nostalgia de la ecuación no le ha hecho ningún bien, al menos en mi caso. Creo que no exagero si os digo que la producción encierra algunos elementos jugables que son la auténtica antítesis de Sonic, decisiones discutibles y alejadas de lo que cualquier amante del erizo espera ver en sus aventuras de plataformas y velocidad.

La producción encierra algunos elementos jugables que son la auténtica antítesis de Sonic

Es inevitable pararse en el salto de Sonic, un auténtico quebradero de cabeza para los desarrolladores de cualquier capítulo de la marca. Es torpe, lento y en las secciones en las que se requiere cierta pericia muestra una imprecisión que había olvidado por completo. Hay niveles con plataformas rebotadoras que se traducen en saltar ad infinitum sobre ellas esquivando distintos obstáculos del mapeado sin gracia o interés alguno, apostando por una quietud para la mascota de Sonic que supone pura antonimia para el erizo. Por no hablar de algunos parajes en los que tenemos que presionar pulsadores para mover plataformas que se desplazan a una lentitud desesperante en la que resulta difícil fallar, pero ante el improbable fallo, se traduce en auténtico hastío jugable. De primero de diseño de plataformas. También sorprenden algunas pantallas cortas con fórmula de rompecabezas que son incapaces de aportar algo más que unos pocos minutos de juego al producto.

Una de Wisps, por favor

Un regreso nostálgico a los tiempos de Wii

Y mientras descubría todos los inconvenientes citados, no dejaba de preguntarme, “Toni, ¿qué te llevó en su día a valorar Colors tan bien?”. Y la respuesta estaba justo delante de mis narices: los Wisps fueron un añadido a la saga del erizo imponente y valioso, quizás poco aprovechado en entregas posteriores de la franquicia, y su uso son, sin duda, los momentos más celebrados, jugablemente, de la aventura. El gran secreto y éxito de Colors, de hecho, está en la exploración de niveles ya superados en los que podemos combinar las habilidades de los distintos Wisps y ejecutar maniobras y habilidades que en la primera vuelta no se podían ejecutar.

Como os decía en líneas superiores, os pido que no me malinterpretéis: Colors está en las antípodas de ser un mal juego; solo entono el mea culpa y os reconozco que, quizás exageramos un poco en su día. En lo que no exageramos, por ejemplo, fue en el diseño de niveles del juego, con algunas construcciones muy interesantes que respetaban muchos de los buenos tópicos que esperas cuando te pones a jugar a un Sonic. Naturalmente, todo salpicado con un ambiente galáctico, lo que otorga un soplo de aire fresco a sus coloridos escenarios y le otorga una identidad única a la producción de Wii.

Un regreso nostálgico a los tiempos de Wii

No contentos con traerlo de vuelta adaptándolo a las plataformas actuales, Blind Squirrel Games se ha atrevido a crear un nuevo Wisp y sumar una nueva mecánica de juego con Tails inédita en la producción original. El nuevo alienígena convierte a Sonic en una suerte de fantasma; la aparición del zorro de dos colas se traduce en una ayuda que permite a los jugadores ser rescatados de desafortunadas caídas. Hablando de caídas… los desarrolladores han querido remarcarlas en rojo, poniendo fin a un problema de la obra original, en el que no siempre estaba claro cuándo había un precipicio en el escenario.

Aunque no son añadidos muy espectaculares, creo que hay que premiar la buena intención. Lo que sí les puede echar en cara a los desarrolladores en su rol de traer de vuelta a Sonic es lo poco ambiciosos que han sido con la producción en lo visual: si se han atrevido a añadir algún elemento jugable, ¿habría sido descabellado darle un lavado de cara más acorde a la tecnología actual? De hecho, ni siquiera han podido recrear las escenas CGI en una resolución contemporánea, por lo que el resultado de los momentos de historia quedan opacados por una calidad de imagen pésima. Eso sí, en perfecto castellano, como es habitual con Sonic en Sega.

Las mieles de Sonic Mania

Un regreso nostálgico a los tiempos de Wii

Sonic Colours Ultimate, en definitiva, es un producto de su tiempo que, os debo reconocer, estaba mejor en mi cabeza nostálgica que girando el disco en mi consola de actual generación. Creo que el cambio en mi juicio también tiene mucho que ver con el éxito jugable y de ventas de uno de los últimos títulos de Sonic. ¿Sabéis qué creo? Que Sonic Mania ha sanado tantas heridas que al final nos ha terminado haciendo daño. El equipo de Christian Whitehead demostró de un plumazo que todos los complejos que la saga venía arrastrando desde la muerte de Dreamcast eran milongas si detrás había un equipo con ganas de hacer el videojuego que nuestro erizo sin duda merece.

Hace años que pienso que el Sonic Team, a pesar del nombre, no es el equipo capaz de otorgarle la grandeza que sin duda merece

Hace años que pienso que el Sonic Team, a pesar del nombre, no es el equipo capaz de otorgarle la grandeza que sin duda merece. Son fechas especiales y no tengo mucha fe en lo señalada de las mismas. Tendremos que esperar a ver si el nuevo Sonic de 2022 está más en las tierras de Sonic Mania o Sonic Forces. El hecho de estar anunciado en Switch, PS4 y Xbox One presuntamente restará algo de brillo técnico a la propuesta, pero es pronto para posicionarse con lo poco que se sabe aún de la nueva aventura de la mascota de Sega. Restará ser pacientes y aprovechar la oportunidad de volver a disfrutar de Sonic Colours en su versión Ultimate, que aunque haya perdido algo de la magia que tuvo en su estreno original, ciertamente, es una aventura de Sonic que vale la pena conocer.

Producto de su tiempo

Sin sello
Un regreso nostálgico a los tiempos de Wii

Sonic Colours: Ultimate

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Sonic Colors Ultimate trae de vuelta un Sonic de otro tiempo a las consolas actuales. Aunque las mecánicas y los dejes propios de los desarrollos de Wii están algo desfasados, la producción del Sonic Team sigue manteniendo algunas claves que lo convierten en un videojuego único dentro de la longeva saga del erizo. El port de Blind Squirrel añade algunos nuevos elementos jugables, pero es indudablemente perezoso a la hora de aprovechar las bondades de las máquinas actuales. Probablemente era un mejor juego en nuestro recuerdo, pero la presencia de los Wisps y algunos diseños de niveles estupendos justifican su retorno.

Comprar Sonic Colours: Ultimate
5 cosas que debes saber:
  • No es lo que era en 2010, pero sigue siendo un Sonic único en su especie que merece ser probado.
  • El port se adapta a las resoluciones actuales, pero es algo perezoso en su ejecución.
  • Los Wisps son un elemento único en la saga que engrandece la aventura espacial de Sonic.
  • Las mecánicas propias de Wii se ven desfasadas y fuera de lugar en 2021.
  • Un correcto anticipo para celebrar el 30º aniversario de Sonic. ¿Qué viene ahora?
Jugadores: 1-2
Idioma: Textos en español y voces en español e inglés
Duración: 8-10 horas
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