Desde el lanzamiento del Gothic original en 2001, Piranha Bytes ha conseguido una legión de fans gracias a sus RPG para jugadores hardcore. Elex 2 es el último videojuego de la desarrolladora, y pese a cumplir con la promesa de dar vida a una experiencia de rol realmente abierta y ambiciosa deja cierto regusto amargo por ciertas decisiones de diseño y fallos de optimización.
El planteamiento de Elex 2 es tremendamente sencillo: es un RPG extremadamente libre que permite al jugador disfrutar de la aventura como se le antoje. Esto se traduce en que, tras un breve tutorial en el que nos presentan las mecánicas más básicas, nos sueltan en medio del mundo con un único objetivo: detener la invasión que está teniendo lugar en Magalán, dándonos unas pistas generales pero dejando claro que vamos a poder hacer lo que nos venga en gana a la hora de afrontar la trama. Precisamente esta libertad se traduce en que las decisiones que vayamos tomando van a ser las que vayan dando forma a nuestra aventura. Tras las primeras horas, toca elegir cómo vamos a afrontar la guerra, y es que las distintas facciones ofrecen distintas ventajas y, por obligación de la trama va a tocar unirse a una. Algunas de estas facciones están enfrentadas entre sí, además de ofrecer cada una distintas ventajas, que van desde magia exclusiva a armas capaces de causar un daño demoledor.
La historia va enredándose poco a poco conforme avanzamos en la misión principal, aunque debo reconocer que no ha conseguido atraparme especialmente. Pese a seguir con los acontecimientos que sucedieron en la primera parte, no he empatizado especialmente con ningún personaje, y no hay ningún problema con ello, pues no es ni mucho menos el eje central del juego. Los personajes no son más que una parte más de un juego mucho más centrado en la exploración y en los descubrimientos que en su riqueza argumental.
Lo peor de la parte narrativa del juego son, sin duda alguna, las cinemáticas. Hay una cantidad absurda de cinemáticas dentro del juego (muchísimos flashbacks del primero juego), y lo peor es que muchas de ellas saltan de forma arbitraria al llegar a cierta zona o al cruzarse con ciertos personajes. Esto se traduce en que en varias ocasiones vas a estar en medio de un combate y te va a saltar una cinemática que no vas a poder quitar, rompiendo enormemente el ritmo del juego.
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La exploración es el eje central del juego, y la desarrolladora se ha encargado de obligarnos a recorrernos Magalán de cabo a rabo si queremos sacarle toda la chicha. Además del botín repartidos por el mapa, el sistema de instructores (los únicos capaces de enseñarnos a mejorar nuestras habilidades) nos obliga a visitar todos los asentamientos y edificios que vayamos encontrando, siendo la recompensa la nuevas habilidades o descubrir nuevos vendedores.
El combate de ELEX 2, una de cal y otra de arena
Empecemos con el elefante en la habitación: el combate. Quien esperase una reimaginación del sistema de combate del primer Elex se va a llevar un chasco, y es que la esencia sigue siendo exactamente la misma. El combate cuerpo a cuerpo se sigue sintiendo terriblemente tosco, aunque la opción de rodar aporta algo de variedad. No obstante, seguimos en las mismas: las armas a distancia se sienten muchísimo más potentes, y aunque es bueno tener una combinación de ambas he acabado usando siempre mi fiable escopeta para pasarme el último tercio del juego.
Pese a que estas armas a distancia se sientan absolutamente demoledoras, es imposible no valorar la enorme cantidad de opciones que encontramos en el juego. Varias facciones (Albos, Berserkers y Morkonos) cuentan con hechizos únicos de combate, mientras que el resto tiene recetas únicas y otras ventajas. Es bastante satisfactorio ir probando opciones hasta encontrar con la tecla, y es que una de las cosas que más me han gustado de Elex 2 ha sido la búsqueda de la fórmula de combate más óptima.
Tras comenzar con un arma cuerpo a cuerpo, pasé a los arcos, y conforme avanzaba en la historia iba encontrando más y más opciones potentes. Esto depende enteramente de cada jugador, y creo que es una de las cosas que más se disfrutan de este tipo de títulos. Piranha Bytes nos pone delante un buen puñado de situaciones “injustas” en las que estamos ante oleadas y oleadas de enemigos, y no hay nada más satisfactorio que encontrar una forma de superar estas situaciones con solvencia.
Elex 2 no pretende ser un juego equilibrado, y creo que eso es algo fantástico. Los jugadores más dedicados tienen un millón de formas de afrontar el juego, mientras que aquellos que busquen las soluciones más “rotas” también tienen por delante un buen puñado de horas de investigación.
Lo que sí he agradecido enormemente es el sistema de teletransportes. Es una sensación fantástica el explorar la región en busca de estos puntos clave, y es que cuantos más descubramos más sencillo será movernos por el mapa para completar las distintas misiones del juego. Como ya se ha dicho antes, la desarrolladora ha sabido incentivar de formas realmente satisfactorias la exploración.
El añadido más importante en términos de mecánicas dentro del juego es el jetpack, que nos permite volar durante un breve lapso de tiempo, aunque podemos ampliar este margen de vuelo con las mejoras pertinentes que desbloquearemos a medida que exploramos. Y aunque sobre el papel es una idea muy atractiva, me resulta difícil creer que se ha diseñado el mundo con el jetpack en mente, y es que en más de una ocasión vamos a poder escapar de situaciones adversas o llegar a lugares inaccesibles con este recurso.
El añadido más importante en términos de mecánicas es el jetpack
¿Es el jetpack algo que da todavía más libertad al jugador? Por supuesto, pero también queda la sensación de que podemos abusar mucho de esta opción. La última mecánica importante del juego es el sistema de experiencia, que no deja de ser algo que ya hemos visto en otros títulos del género. Con cada nivel, conseguiremos 10 puntos a repartir entre los 5 atributos del juego (Fuerza, Complexión, Destreza, Inteligencia e Ingenio), atributos que también estarán estrechamente ligados a las habilidades.
Cada nivel nos dará un punto de habilidad que podremos invertir siempre y cuando sepamos qué instructor la enseña. Esto se traduce en que en multitud de ocasiones vamos a tener muchos puntos de habilidad sin invertir si no hemos encontrado al instructor de turno o hemos conseguido los puntos de atributo necesarios.
Un apartado técnico que no cumple
Aquí es dónde llegan la gran mayoría de quejas del juego por mi parte. Elex 2 es un viaje al pasado en muchos sentidos, y el apartado gráfico es uno de ellos. No parece un juego de esta generación, y se asemeja más a lo visto en los primeros compases de la anterior. Las texturas, modelos y paisajes se sienten pobres, y aunque hay una buena variedad de enemigos muchos de ellos usan la misma base, cambiando únicamente su aspecto (algo que, por otra parte, ya vemos en otros juegos).
El apartado sonoro cumple, sin más, y aunque se agradece el doblaje debo decir que la traducción no ha sido la mejor del mundo. He encontrado bastantes fallos ortográficos, además de alguna que otra traducción algo extraña. Aquellos que sepan inglés no tendrán ningún problema, pero los que no van a encontrarse con frases un tanto extrañas en ciertas conversaciones.
Dónde sí que he llegado a enfadarme airadamente con el juego es en la optimización. Elex 2 me ha dado 15 errores fatales en las 32 horas que he invertido en él. 15. No hay cosa que me saque más de un juego que un crash. Teniendo en cuenta que el juego se ha ejecutado en un Ryzen 7 5800X con 32 GB de RAM y una 3070, por lo que no parece que los fallos vengan precisamente del PC. Todos han ocurrido durante los combates de forma aleatoria, y cruzo los dedos para que tengamos parche de día 1.
Elex 2 es un viaje al pasado, y no lo digo en el mal sentido. Los amantes de los RPG más hardcore van a disfrutar del juego, y es que la sensación de libertad es absoluta desde el principio. No es para todo el mundo, eso queda bastante claro, pero los fans de Gothic y del trabajo de Piranha Bytes tienen ante sí un nuevo título en el que sumergirse y que, una vez más, ofrece un millón de posibilidades. Se habría agradecido algo más de esfuerzo en el apartado técnico, eso sí.
- Un RPG muy rejugable gracias a las distintas facciones.
- La magia y distintos tipos de arma añade mucha variedad al sistema de combate.
- El jetpack aporta bastante más libertad al movimiento.
- Algunas misiones secundarias de compañeros pecan de repetitivas.
- Gráficamente, ELEX 2 es bastante pobre.
