Apenas terminamos Resident Evil: Infinite Darkness y Netflix ya tiene otra adaptación cinematográfica de una saga de juegos de Capcom. Se trata de Monster Hunter: Legends of the Guild, y aunque los fans llevan mucho tiempo siguiéndole la pista, tristemente el proyecto cae en saco roto porque no atina con ninguno de sus posibles objetivos. Ahora bien, demuestra conocer los juegos, que es todo un paso adelante.
Debo admitir que estoy muy sorprendido con Monster Hunter: Legends of the Guild ("Leyendas del Gremio" si lo prefieres en español) porque pensaba que después de Monster Hunter: La película, el listón estaba tan bajo que era virtualmente imposible decepcionarme. ¡Pero lo ha logrado! Quiero decir, desde la perspectiva de alguien que adora los juegos de Capcom, creo que es mejor que la adaptación cinematográfica anterior porque no se va por las ramas y demuestra interés por el material original. Otra cosa es que ese interés se manifieste en una puesta en escena emocionante, o que por el contrario esté embutido ahí sin más como la bola de ropa usada que dejas en el cesto para la lavadora. Aquí hay un poco de ambas cosas.
Puedo asegurarte, querido lector, que tengo presente en todo momento que hacer una buena película sobre esta franquicia es muy difícil. Por mucho que nos cueste admitirlo, la gracia de los juegos de Monster Hunter no es la historia, sino luchar —aprender a luchar, más bien— contra criaturas exóticas usando armas sofisticadas. Diría que los autores de Legends of the Guild son conscientes de esto y en sus escasos 59 minutos de tiempo en pantalla son capaces de condensar lo que supone ser un cazador y crecer como tal, así como representar el poder de los dragones ancianos, e incluso unir a varios personajes dispuestos a darle caza. Todo eso está bien sobre el papel, pero es que uno no puede evitar quedarse mirando como un pasmarote según ocurren cosas de gran impacto emocional que en realidad no evocan nada. Pero nada, nada.
No puede decirse que la película me haya convencido especialmente
No soy director de cine ni tengo mucha idea al respecto, pero como espectador creo que si me dicen "tienes una hora para contar una historia de Monster Hunter" pues igual por simple lógica hubiera empezado el tema con Julius o un Aiden adulto preparándose directamente para dar caza a Lunastra e hilando su pasado, su vínculo con la bestia, mediante flashbacks o lo que haga falta. Y a partir de ahí pues ya vas atando con el tema de que no se caza por diversión, el balance del mundo, etcétera. De esta forma al menos te aseguras de estar priorizando la acción sin descuidar la historia. Cualquier cosa me vale, en realidad, menos tirar un tiempo muy preciado con partes súper insípidas. Así que no, no puede decirse que la película me haya convencido especialmente y no se la recomendaría a cualquiera que tenga un mínimo de expectativas. Ahora bien, no quiero hacer como si tuviera la verdad universal y entiendo por qué habrá algunos, tal vez muchos, fans de la saga que terminen más o menos contentos con lo que el corto largometraje (es así) pone sobre la mesa.
Un quiero y no puedo de película
Como decía más arriba, que no me haya gustado la ejecución no significa que el planteamiento sea necesariamente malo y tengo que reconocer que existe un mínimo de conocimiento por los juegos originales detrás de todo el montaje. Cualquier seguidor de la serie reconoce al instante las técnicas pugilísticas del Velocidrome o el combo característico del Congalala, o la animación del hálito draconiano de Deviljho. Y sé que más de uno se habrá reído con el meme del pepinillo de este último, porque todo eso es fan-service y está bien consumirlo en cantidades moderadas. Más allá de eso, también da un poco en el clavo con la ternura que hay tras nuestras primeras partidas, donde vamos muy pobremente equipados y aún no conocemos todos los combos de las armas. Al final del día, Aiden es eso: un espejo en el que mirarnos. Porque más allá de eso, no está muy bien atado a las campañas de los juegos, ni definido como personaje en general.
Sí, tiene alguna que otra línea para hablar de su familia y el rasgo distintivo de bromear con los nombres de los monstruos —son chistes absolutamente terribles, incluso viniendo de la revista que valoró la película de Paul W.S. Anderson como "una adaptación magnamala"— pero en general es un recurso simple y necesario bastante olvidable. Julius y Nadia, de la escuadra de élite que acogen a Aiden, están algo mejor hilados y supongo que quienes hayan prestado atención a las líneas de texto de Monster Hunter 4 estarán contentos de tenerlos ahí. En este punto, deja de contar: no veo cómo ese respeto por los juegos, que innegablemente existe, puede justificar lo terrible que es en todo lo demás.
A nivel narrativo es un despropósito capaz de saltar de chistes para preadolescentes a matar cazadores calcinados vivos o devorados; o de construir personajes con anécdotas de las que el espectador no es partícipe, del estilo "¿te acuerdas cuando hicimos tal cosa?" Lo peor es que la animación tiene tantos agujeros como un colador, también. Me cuesta creer que ciertas escenas estén construidas a partir de una sesión de captura de movimiento, mientras que el nivel de detalle y los modelados de algunos modelados simplemente dejan bastante que desear. Para que veas que no es solo cosa mía, leía en Twitter a alguien comparando el acabado CGI de Legends of the Guild con la cinemática de apertura del juego original de PS2. Aquella con el Blangonga saliendo de la nieve, el globo aerostático y al anciano wyveriano detecando al Kushala Daora. Y oye, que no lo veo muy lejos de la realidad, casi que le confiere cierto aire de nostalgia y todo. La peor parte se la llevan los personajes y sus peinados plasticosos, pero en realidad es aplicable a todo.
Capcom y las películas de Monster Hunter
Debo decir que el resultado final es menos catastrófico de lo que probablemente estés entendiendo con estas líneas, sobretodo si estás acostumbrado a los anime que apuestan por modelados tridimensionales en lugar de dibujos. Pero sin salir de Netflix tienes otras muchas series o películas de animación que lo hacen mejor en este sentido, como The Dragon Prince, o hasta Resident Evil: Infinite Darkness que también está basado en una serie de Capcom. Nuestro camarada Toni Piedrabuena etiquetaba aquella de intrascendente y le calzó un sello de no recomendado con el que puedo estar muy de acuerdo, pero al menos visualmente no me daba la misma sensación de dejadez que sí tiene la serie que nos atañe. Insisto en que no me gusta en absoluto tener que hablar así de un producto de Monster Hunter porque como fan soy el primero que le desea lo mejor, pero es que cuesta lo suyo encontrar algo interesante fuera del respeto por las mecánicas de los juegos.
Es un experimento fallido tan poco apetitoso como esas recetas que salen mal en Master Chef
Puedo comprender que Capcom quiera expandir sus franquicias más allá de los videojuegos porque es lo que cualquier compañía grande quiere hacer: contar con un buen catálogo de IP polivalentes que rindan bien en un gran espectro de medios. No culpo por ello al editor nipón, pero creo que flaco favor se hacen a sí mismos si las películas de Resident Evil tienen la fama que tienen y las dos adaptaciones de Monster Hunter son aún peores que eso. No creo yo que sencillamente imitando las animaciones de los monstruos de los juegos vayan a ganarse la aprobación de sus fans establecidos, mucho menos de aquellos que vienen de fuera. Chistes como el del pepinillo, de hecho, pueden dejar a algunos fuera de la honda, como si dos personas hacen una broma que solo ellos entienden delante de ti. No lo veo ético ni acertado, si lo que quieren es ganarse un nuevo público.
No sé muy bien cuál es la tecla correcta que Capcom debe presionar para aprovechar la aceptación que siempre ha tenido Monster Hunter y el éxito cosechado por MH World en todo el mundo, pero tengo claro que esta no es. Legends of the Guild es un experimento fallido tan poco apetitoso como esas recetas que a veces salen mal en Master Chef. La teoría la domina, sí, se nota; pero la práctica es de un "no" tras otro. No sabe contentar del todo al fan de toda la vida y no creo que contente al novato, no veo que sea divertido para adolescentes y la mayoría de sus bromas quedan pequeñas para el público adulto, no es emocionante de ver ni se puede empatizar demasiado con los personajes o el desarrollo de la historia, no aporta nada para la saga y no creo que cumpla ni con sus estándares de calidad. Se agradece el intento, pero hay que apretar más las tuercas para la próxima vez. Y ya vamos por dos cruces.
Monster Hunter: Legends of the Guild podría haber sido una buena forma de dar a conocer la saga a un público más amplio, o un festival de emociones para los fans que ya conocen a Aiden, Julius y Nadia. Pero no es ninguna de esas dos cosas, y lo peor de todo es que apenas logra elevar el listón que había dejado la película de acción real porque no cuela ni estética ni narrativamente. Viene con los deberes hechos y el suplicio se remata bastante rápido en el tramo final: es lo mejor que se me ocurre para no cerrar el capítulo con tan mal sabor de boca. Tengamos los dedos cruzados para que en el futuro, cualquier otro intento de adaptar los juegos de caza de monstruos salga mejor que esto. No debería ser difícil.
- Apenas una hora de duración y no se inclina mucho a posibles continuaciones
- Ya disponible para los suscriptores de Netflix
- Capcom ha demostrado interés por expandir la saga en numerosos medios
- Más centrada en los juegos que la reciente película con actores reales
- Protagonizada por personajes que hemos visto en grandes juegos de la saga
