Tras comenzar el año con una de las mayores crisis de su historia, Ubisoft había prometido a todo el mundo de que su conferencia veraniega disiparía todas las dudas con respecto al futuro. Una misión que parece más que cumplida tras ver todos los grandes anuncios que han llevado a cabo en algo más de una hora. Buen ritmo, buenos videojuegos y sobre todo buenas sensaciones para unos fans que ya apenas tenían esperanzas de volver a estar en sintonía con la empresa. Sin embargo, la verdadera clave en lo referido al futuro de la compañía francesa no ha estado donde apuntaban los focos, si no en dos anuncios que apenas aparecieron unos segundos en pantalla.
Ubisoft quiere romper el bucle
Entre Star Wars: Outlaws, Avatar: Frontiers of Pandora o Assassin's Creed: Mirage nadie os echaría la culpa por no prestar atención a los discretos anuncios de The Division Resurgence y Assassin's Creed Codename Jade. Tampoco os diré nada malo si no entendéis por qué podría tener tanto significado el estreno de dos videojuegos de móvil cuando la compañía ha anunciado la llegada de títulos que prometen contar sus unidades vendidas por varios millones. Si analizamos estos dos títulos desde la inmediatez podemos llegar a la conclusión de que son poco relevantes. A fin de cuentas, parece que la compañía ya tiene garantizada la salida de la crisis que mencionamos al principio.
La cuestión está precisamente ahí. Los nuevos lanzamientos de Ubisoft serán el pilar que sustente a la compañía en el corto plazo, pero soltar tantos 'bombazos' consecutivos trae consigo nuevas dificultades. El desarrollo de videojuegos se ha vuelto muy caro, innecesariamente complejo y sumamente largo. Empezar un proyecto como los que habitualmente maneja Ubisoft supone poner encima de la mesa una cantidad muy superior a los 100 millones de dólares y esperar que, en unos cinco o seis años, la inversión salga lo suficientemente rentable. La compañía dejará de lado sus problemas con el extra de ingresos que está a punto de recibir, pero creará unos nuevos porque el bucle debe volver a comenzar.
Juegos como Star Wars: Outlaws solucionarán la situación de Ubisoft a corto plazo, pero una compañía siempre ha de pensar en lo que vendrá después.
Ubisoft necesita un sustento permanente, y es aquí donde entran Tanto The Division: Resurgence como Assassin's Creed Codename Jade. El objetivo de ambos títulos es dar a los jugadores para móviles una experiencia lo más similar parecida posible a las sagas principales. Se trata de un aterrizaje en el mundo de iOS y Android que Ubisoft lleva años buscando. Es cierto que la compañía ha estrenado unos cuantos títulos 'free to play' hasta ahora. Sin embargo, casi todos los juegos de su catálogo en teléfonos están cortados por el mismo patrón: son videojuegos ultracasuales que apelan a un único tipo de público que en nada se parece al que apuntan con sus grandes estrenos en otras plataformas.
En este sentido, el aterrizaje en móviles supone abrirle las puertas a miles de millones de potenciales jugadores en todo el mundo. Hay un dato que nunca me canso de repetir, pero que permite dimensionar lo pequeño que es el mercado de consolas en comparación con el de 'smartphones': el 80% de todas las PS4 vendidas a lo largo del ciclo de vida de la consola se distribuyeron en Estados Unidos, Japón y Europa. Ubisoft quiere, debe y necesita salir de ese circuito cerrado y abrirse a nuevos horizontes. No es casualidad, de hecho, que la empresa haya vendido a Tencent un buen porcentaje de sus acciones hace apenas diez meses.
La variedad de armas y la premisa histórica hacen pensar en un juego con un Assassin's Creed con microtransacciones que se expande con actualizaciones periódicas.
El ejemplo más evidente de cuál es la intención de la compañía en el futuro es Assassin’s Creed Codename Jade. No es casualidad que el videojuego más enfocado al mercado asiático que jamás ha creado la compañía esté ambientado en uno de los primeros imperios unificados de China. Una sociedad en el Siglo III A.C. que supone un marco perfecto para crear una historia que resuene con los jugadores del país y que ofrece una garantía de éxito en el mercado más lucrativo del mundo. Es una fórmula, además, ya conocida. El juego más exitoso de la historia en cuanto a ingresos, Honor of Kings, también fue creado de la mano de Tencent y apostó por crear una propuesta que lo hiciera casi irresistible para los jugadores chinos.
Lanzar dos juegos como servicio que diversifiquen la oportunidad de conseguir ingresos es crucial para el futuro de Ubisoft. Se trata, básicamente, de crear un círculo. Seguirán lanzándose grandes títulos que puedan ofrecer picos de ingresos gigantescos como a buen seguro harán los anunciados en el Ubisoft Forward. Sin embargo, se desarrollarán mientras otros proyectos de la compañía generan una entrada constante de dinero que debe evitar la presión a la que se han visto sometidos en tiempos recientes. Es un escenario ideal para los nuevos jugadores que disfrutan de sagas hasta ahora fuera de su alcance, los viejos fans que ven cómo la compañía lleva a cabo los desarrollos de forma más sosegada y la propia empresa que evita momentos de crisis exacerbada.
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