El creador de Yakuza cambia de aires con este interesante juego de acción en tercera persona en el que tendremos que medir la fuerza de un pequeño comando de soldados contra la de un enorme ejército de robots. Demuestra tus dotes de mando y conviértete en un líder de confianza si… ¡Quieres sobrevivir!
En el año 2080 un incidente del que no se han ofrecido muchos detalles provocará que un enorme ejército de robots se haga con el control de Tokio; una acción que motivará la movilización de un escuadrón de soldados de origen internacional que buscarán precisamente poner fin a esta situación de crisis. Con este trasfondo tan poco original pero interesante por tratarse de un juego desarrollado por el creador de la serie Yakuza -que ha insistido en que pretende crear una historia a la altura de lo que se espera de su equipo-, dará inicio este prometedor juego de acción en tercera persona que hemos tenido ocasión de ver y probar.
¿¡Confías en mí!?
Siguiendo la estela de grandes éxitos como Gears of War, Binary Domain nos pondrá en la piel del líder de un equipo de soldados especiales que medirán sus fuerzas contra un enorme ejército de máquinas de combate que prometen ponernos las cosas muy difíciles. En este sentido, a nivel jugable este título de Sega no se aleja en mucho de lo visto al citado Gears of War, apostando sobre todo por intensos combates contra varios enemigos simultáneos en los que el buen uso de las coberturas será vital para sobrevivir.
Sin embargo, este Binary Domain no se queda en un simple clon de Gears of War ya que también toma prestados diversos elementos vistos en otros juegos como la serie Ghost Recon, otorgando una gran importancia al juego en equipo ya que cada soldado tendrá su especialidad. Esto significa que no todo se limitará a tirar de frente y nada más, sino que tendremos que apoyarnos en los dos compañeros que lucharán junto a nosotros para enfrentarnos a las situaciones más difíciles. Aquí, hay que destacar que se podrán usar comandos de voz con cualquier micrófono para impartir las órdenes, resultando ésta una acción muy natural y efectiva.
Pero lo más interesante en este punto radica en el nivel de confianza que despertaremos sobre nuestros aliados. ¿Qué significa esto? Que si cometemos errores de forma regular nuestros compañeros dejarán de confiar en nosotros, lo que a la larga se traducirá en situaciones tensas en las que se negarán a cumplir nuestras órdenes por no considerarlas adecuadas, o directamente se embarcarán en luchas particulares sin buscar el juego en equipo. Y todo lo contrario ocurrirá si creen ciegamente en nosotros: nos apoyarán en todo lo que puedan, confiarán ciegamente en nuestras decisiones y correrán a toda prisa siempre que vean que necesitamos ayuda cuando estemos incapacitados (si no, siempre podemos inyectarnos nosotros mismos adrenalina para despertar de este estado).
Progresivamente, conseguiremos puntos de mejora que nos permitirán desarrollar las habilidades de todos y cada uno de los soldados, amén de la posibilidad de poder comprar nuevas armas, mejoras y equipo de batalla con el dinero que recojamos. La intención de sus desarrolladores, como nos reconocieron durante la presentación, es la de crear un juego con amplias posibilidades pese a centrarse en la acción. Y estas opciones y libertad se ven en detalles como el hecho de poder dañar por partes a los robóticos enemigos, creando situaciones de lo más espectaculares. No por nada, un robot puede quedarse sin piernas y aun así seguir avanzando hacia nosotros arrastrándose por el suelo. Y lo mismo ocurrirá si dejamos sin cabeza a un contrario, que avanzará sin un rumbo fijo hacia delante disparando tanto a aliados como a nosotros –un detalle que nos encantó-.
Los enfrentamientos contra grandes jefazos también prometen estar a la orden del día. En nuestro caso, pudimos ver la lucha contra una gigantesca araña mecánica con un potencial de fuego descomunal. Y todo parece indicar que estas batallas serán bastante habituales. En Sega también garantizan que las localizaciones tampoco se quedarán cortas, y aunque ahora solo enseñen secuencias con una estética más o menos similar, tendremos ocasión de recorrer entornos más variados como los barrios bajos de Tokio, que ofrecen un diseño mucho más oscuro y sucio.
En este sentido, aunque el juego no es el más espectacular del momento, sí cuenta con interesantes detalles gráficos que lo convierten en una propuesta destacable. Sobre todo nos ha gustado la posibilidad de desmembrar de forma realista a los enemigos, que se irán adaptando a sus heridas. También las secuencias cinemáticas tendrán un gran peso en la acción, como no podía ser menos del equipo responsable de Yakuza, que promete superarse así mismo en este proyecto.
Con un lanzamiento previsto para febrero de 2012, Binary Domain todavía tiene mucho tiempo por delante para seguir mejorando y pulir una fórmula de juego que puede encantar a los aficionados a la acción.